MIGUEL ÁNGEL MARTIN,
Es una locura hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. (Albert Einstein)
Insistir en la repetición de acciones esperando resultados diferentes es característico de quienes carecen de juicio. En el caso de Venezuela, esto implica el riesgo de perder una oportunidad crucial que trasciende las elecciones presidenciales programadas para el próximo domingo 28 de julio. Aunque es importante reconocer la relevancia del proceso electoral y sus posibles resultados, es fundamental entender que estamos en un momento constituyente. Los problemas estructurales que enfrenta Venezuela no se resuelven simplemente con una elección, sino con una revisión profunda de los pilares sobre los que se sostiene la nación.
¿Qué se entiende por momento constituyente?
El momento constituyente es un período crucial en el que una sociedad redefine su contrato social a través de una reforma profunda de la estructura del Estado. Según el teórico político Norberto Bobbio, este momento se caracteriza por un «acto fundacional» en el que se establecen las reglas del juego político, asegurando así la legitimidad y estabilidad del nuevo orden constitucional.
Por su parte, el filósofo Jürgen Habermas argumenta que un momento constituyente debe ser un proceso inclusivo y participativo, que garantice la deliberación pública y la inclusión de todas las voces sociales. Esto es esencial para evitar la captura del proceso por élites y asegurar que las nuevas normas reflejen un consenso amplio.
Este proceso suele surgir de la necesidad de cambios significativos en el sistema político, social o económico de un país. Promueve un debate cívico que busca establecer nuevas bases legales y normativas para el funcionamiento del Estado y la convivencia social.
¿Por qué Venezuela está viviendo hoy un momento constituyente?
Venezuela está atravesando un momento constituyente debido a la urgente necesidad de reformar su estructura política para abordar problemas sociales y responder a las demandas de diversos sectores de la sociedad. La crisis política, social y económica que enfrenta el país ha llevado a la ciudadanía a desempeñar un papel crucial en la transformación del contrato social y la reestructuración del Estado.
En contextos de crisis severa como el de Venezuela, el momento constituyente ofrece una oportunidad para que los ciudadanos participen activamente en reformas profundas. Este proceso no se limita a la redacción de una nueva Constitución, sino que busca una revisión integral de los fundamentos sobre los que se asienta el Estado.
Se trata de redefinir el contrato social y la estructura estatal para abordar de manera efectiva las demandas y necesidades de la población, estableciendo un marco legal que promueva la justicia, la equidad y el desarrollo sostenible.
¿Cómo se logra que la clase política de Venezuela entienda la necesidad de abordar el momento constituyente?
Es crucial que la clase política de Venezuela reconozca la necesidad de abordar el momento constituyente, ya que este proceso responde a las urgentes demandas de la población y ofrece la oportunidad de establecer nuevas bases legales y normativas para construir el país de bienestar que la gente aspira.
Para lograr esto, es esencial que la sociedad civil y la ciudadanía organizada asuman un papel activo en impulsar este movimiento de cambio real. La energía de renovación y esperanza que caracteriza al espíritu de los venezolanos debe obligar a la clase política a comprender que ignorar el llamado ciudadano puede perpetuar las crisis actuales y socavar la legitimidad del sistema político.
Por ello, es vital que la ciudadanía articule sus demandas de manera efectiva y mantenga su exigencia de reformas profundas. Este objetivo se puede alcanzar mediante la movilización social, la presión pública y la promoción de un diálogo constructivo que incluya a todos los sectores de la sociedad. Un enfoque inclusivo y participativo es fundamental para persuadir a los actores políticos sobre la urgencia y la importancia de este proceso transformador. En última instancia, es crucial que entiendan que la soberanía, como concepto, es la expresión de las demandas de los ciudadanos.
¿Qué podemos hacer de cara al futuro?
Para avanzar hacia un cambio real, debemos capitalizar la claridad de la ciudadanía sobre la necesidad de una transformación profunda. Nuestro objetivo es ejecutar el momento constituyente conforme al ordenamiento legal vigente, movilizando a toda la sociedad civil y a los ciudadanos para que asuman un papel activo en impulsar este cambio.
Este esfuerzo colectivo es crucial para establecer nuevas bases legales y normativas que promuevan la construcción de una democracia sólida, fundamentada en la justicia, la equidad y el bienestar de toda la nación. La vía para seguir es la constitucional, que nos invita a promover la iniciativa popular como la fórmula para emprender con urgencia las reformas necesarias que aseguren el retorno al sistema democrático y construyan una nación que funcione dentro de un Estado de derecho.
La gente clama por un cambio estructural en el país; esta resistencia ciudadana exige una transformación profunda y decidida.