El presidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo, ya muestra para dónde va su política exterior: rumbo al socialismo. Con el anuncio de la salida del país del Grupo de Lima avanza en la dirección que trazó su plan de gobierno para impulsar una “integración sudamericana y una mayor autonomía con respecto a los Estados Unidos”, lo que evidencia un acercamiento a las políticas de regímenes como el de Nicolás Maduro en Venezuela.
De esta forma lo está haciendo y sigue los pasos de México, Bolivia y Argentina en la lista de naciones que suscribieron la creación de la instancia multilateral que acompañaría y defendería a la oposición venezolana en la búsqueda de una solución a la crisis política y económica, pero que desertaron tras la llegada de gobiernos de izquierda.
Los intereses de Castillo son otros. Una lectura tibia del abandono de la coalición sería que su gobierno coordinara posiciones con el Grupo de Contacto Internacional (liderado por la Unión Europea), que propicia una salida negociada entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición en Venezuela, porque a diferencia de Estados Unidos, el Grupo de Contacto Internacional no apela a sanciones como un medio de presión. Hasta ahí han llegado los gobiernos que dicen tener una posición «neutral». Pero Castillo va incluso más allá, considerando que declara a Miraflores como una “democracia”. La interpretación de su postura apunta a un apego ideológico al chavismo, que ya el partido de Maduro celebra en Twitter.
Diplomacia socialista
Con Pedro Castillo en la Presidencia y Héctor Béjar en la Cancillería este giro era previsible. Ambos coinciden en el plan de unirse a las naciones que condenan las políticas de «bloqueos unilaterales» porque el tema prioritario no es Venezuela sino cómo encontrar la mejoría de todos los países de América Latina. Así lo vociferan.
Por eso, retirarán del Congreso la solicitud para salir del tratado que instituyó la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y por el contrario, impulsarán su reconstitución y modernización como un «organismo de cooperación y consulta que afirme la entidad propia de Suramérica en la política mundial». De igual forma Béjar anunció que Lima se reinsertará en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Ambos organismos con marcada tendencia a favorecer a los gobiernos de izquierda.
Es una evidente alineación comunista. Era previsible con Béjar, quien fue entrenado por Manuel Piñeiro, alias ‘Barbarroja’, en Cuba, a inicios de la década de los años 60, para liderar la campaña guerrillera en Perú.
Según el Nuevo Herald es “el hombre de La Habana en Lima, la pieza clave en el ajedrez geopolítico regional para alinear al país andino con el socialismo del régimen cubano que en 62 años arruinó, oprimió e hizo la vida miserable a millones de sus compatriotas” y que sólo “necesitó una semana para torcer la dirección de la política del país con el extranjero”.
Un giro que le costará sus relaciones con Estados Unidos. Está avisado. El secretario de Estado, Antony Blinken, lo exhortó a tener «un rol constructivo» respecto a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y acató pero a su manera. No hay duda.
Mandato paralelo
Ahora, el 48 % de los peruanos cree que quien toma las decisiones es el líder y fundador del partido oficialista, Perú Libre, Vladimir Cerrón, quien cumple una condena de cuatro años de prisión suspendida (sin ingresar a la cárcel) por la comisión del delito de corrupción cuando fue gobernador de la región centroandina de Junín, entre 2011 y 2014.
Él anticipó la disposición del canciller. “Perú no será más parte del Grupo de Lima, grupo de palomillas como los llamé en Caracas, que en realidad son el Grupo de Washington, un grupo que expresa el neocolonialismo contemporáneo”, escribió en su cuenta antes de que Castillo y el Ministerio de Relaciones Exteriores difundieran la decisión.
Inicio con desaprobación
Pedro Castillo se hunde con sus decisiones. Es el primer presidente de este milenio que comienza su gestión con desaprobación de la ciudadanía. El rechazo a Castillo llega 41 % en el territorio nacional. En 34 % se ubica en el norte y el oriente del Perú, baja a 30 % y a 27 % en el sur y el centro, respectivamente, y el rechazo escala a 56 % en el caso de Lima, donde se concentra un tercio de la población del país, mientras que 20 % de los encuestados señala no saber si lo respalda o no.
Ese es el resultado de la encuesta de Datum, con una muestra de 1250 peruanos entre los días 2 y 4 de agosto con un nivel de confianza de 95 % y un margen de error de 2,8 %.
El sondeo divulgado en Twitter también indica que 55 % de los peruanos cree que el jefe de Estado antepone los ideales de Perú Libre al bienestar y la unión del país y 62 % considera que la gestión carece de transparencia.
Además, el estudio revela que 51 % de la ciudadanía cree que el Congreso no debe otorgar el voto de confianza al equipo ministerial y 57 % sostiene que los actuales ministros «no serán capaces» de liderar con sus respectivas carteras.
Fuente: PanamPost