Quedan menos de dos semanas para que los italianos puedan votar en las elecciones parlamentarias en el país y en el exterior, destacando Sudamérica con una enorme comunidad. Se estima que en el subcontinente hay unas 10 millones de personas entre ciudadanos italianos y descendientes, de los cuales cerca de dos millones están habilitados para sufragar. Sin embargo, las políticas impulsadas por el progresismo de izquierda en el país europeo ponen en riesgo a futuro la legislación vigente que otorga la ciudadanía por sangre y, por ende, podría afectar el derecho al voto de los descendientes de italianos en el exterior.
Para estas elecciones que se celebrarán el 25 de septiembre, los ciudadanos italianos en el extranjero pueden votar personalmente en sus respectivos consulados hasta el 22 de septiembre. Y en caso de hacerlo por correo, la fecha tope para enviar el sobre es el sábado 17 de septiembre.
Debido a la importante comunidad italiana que habita en Sudamérica, PanAm Post entrevistó al candidato a diputado, Vito De Palma, quien se ha dado a conocer en la región como comentarista deportivo y ha decidido incursionar en la política. Su principal objetivo es defender el voto de los italianos en el extranjero, en particular en Sudamérica, que es la región que aspira a representar.
Ius sanguinis o ius soli
Italia no escapa de la inmigración irregular e indiscriminada de países africanos y asiáticos hacia Europa. Esto le preocupa a Vito De Palma. Pero no porque tenga en su programa políticas que vayan contra la inmigración. Al contrario. Él ha sido migrante y valora los beneficios del intercambio cultural. No obstante, el «progresismo» de la izquierda no escatima a la hora de buscar expandirse, y para ello se ha hecho común que termine perjudicando a los ciudadanos del país donde pretende perpetuarse. Esto es lo que estaría ocurriendo en tierras italianas.
De Palma explica que la legislación italiana garantiza el derecho de los descendientes a obtener la ciudadanía y poder votar en las elecciones, gracias a la doctrina ius sanguinis (derecho de sangre), según la denomina el derecho romano. Pero ante las cifras en descenso de la natalidad, la izquierda progresista busca que prevalezca el ius soli, (derecho de suelo), para así poder recuperar el crecimiento poblacional con migrantes. El problema está en el hecho de que no podrían prevalecer ambos doctrinas a la vez. Por lo tanto, según explica el candidato a diputado, si se llegara a implementar la doctrina ius soli, esto significaría la derogatoria del ius sanguinis. Entonces, los descendientes de italianos en el extranjero verían afectado su derecho a la nacionalidad y, por ende, al voto. La izquierda justifica además este cambio argumentando que el sufragio internacional, que debe emitirse por correspondencia, genera un costo elevado.
«No queremos un país musulmán»
Pero además, De Palma advierte sobre el choque cultural de una migración masiva procedente de países con costumbres, idiomas y religiones distintas. «Lo que pretende mi coalición es abrir lo más posible, y en lo posible hacer regresar, porque nosotros también queremos repoblar el país. No queremos ser un país de viejos y menos un país musulmán, que es un riesgo muy grande que se corre de acá a 2050. Si sigue la tónica actual, Italia va a ser un país de mayoría musulmana. La sede del Vaticano será un país musulmán. Es algo realmente increíble».
Es por esta razón que apuesta por una inmigración que preserve las tradiciones culturales, como por ejemplo, la llegada de italianos y su descendencia desde Sudamérica. Vale recordar que Argentina y Venezuela, dos países con una amplia comunidad italiana, están en manos de gobiernos socialistas que con sus políticas fallidas que han multiplicado la pobreza, han terminado incentivando el éxodo de sus ciudadanos.
Propuestas para defender la identidad italiana
Vito De Palma agrega que los descendientes de italianos en Sudamérica pueden ayudar a combatir la crisis de natalidad que atraviesa Italia, como muchas naciones europeas. Alerta que si se mantiene la tendencia actual, la identidad de los italianos estará en riesgo. Esa identidad «alegre, galante y de familieros». Pero su preocupación es que esas familias están desapareciendo.
Cabe mencionar que De Palma pertenece al partido con agenda de familia, plasmado incluso en su nombre, Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia). Su líder, Giorgia Meloni, podría ser la próxima primer ministro, si se considera que las encuestas la favorecen.
Por esta razón, Vito De Palma insta a los italianos en Sudamérica a defender su derecho a la ciudadanía y al voto, ya que de esta manera se involucran en la política y ayudan a poner un freno a la corriente ideológica que pretende priorizar a inmigrantes que no tienen nada en común con la cultura italiana.