«Podemos el ver el mundo hoy como jamás lo vimos antes», explicó Milley. «Podemos alcanzar, rastrear, ver, identificar», detalló antes de añadir que con las municiones de precisión de largo alcance, si se puede ver, «se puede golpear. Esto es fundamental y tiene un enorme impacto en el futuro del combate».
La inteligencia artificial, la alianza hombre-máquina, la robótica, los armamentos de precisión y «algunas armas hispersónicas» provocarán un «cambio fundamental» en el campo de batalla mundial, añadió el general.
El alto jefe militar indicó que las armas robotizadas estarán generalizadas aquí 10 ó 15 años, y China desarrolla rápidamente sus capacidades. «Querrán no solo igualarnos, sino superarnos y dominarnos, ser capaces de ganarnos en conflictos armados de aquí a mitad de siglo», aseguró.
El general abogó por una reducción de las tropas destinadas en el extranjero, y estimó que las bases permanentes en Corea del Sur o Baréin podrían hacer vulnerables a los soldados, sus familias y empleados civiles.
«Tropas más pequeñas, más repartidas por el mundo, que sean muy difíciles de detectar serán la clave del futuro militar», valoró.
Para impedir que China tome el control del oeste del Pacífico en caso de conflicto, Milley estimó que Estados Unidos debería desplegar unidades en Filipinas, Vietnam y Australia, equipadas con baterías de misiles de largo porte que puedan tener como objetivo barcos chinos.
Para lograrlo, el Pentágono debe aumentar su flota actual de 300 a 500 antes de 2045, de los que al menos un cuarto serán automatizados, además de construir hasta 90 submarinos, afirmó. Esta lista no incluye los portaaviones gigantes, objetivos fáciles de alcanzar por eventuales misiles de larga distancia de China, añadió.
Fuente: Diaria las Américas