LA HABANA.- Apenas tres meses necesitó el valor del salario mínimo en Cuba (2.100 pesos) para caer de los ocho dólares con 40 centavos a siete con 92. Este martes el valor de la divisa implantó un nuevo récord histórico, al cambiarse en el mercado informal a un dólar por 265 pesos.
Ese incremento del valor de dólar, según la tasa de cambio que publica diariamente el medio independiente El Toque, vino acompañada por un repunte del valor del MLC (Moneda Libremente Convertible) depositado en tarjeta bancaria hasta los 245 pesos, mientras que el euro se mantuvo estable en los 270, reseña Diario de Cuba.
Lo anterior supone que la tasa de inflación, y por consiguiente, el costo de la vida, vuelven más frágil el bolsillo de los cubanos, enfrentados también a una escasez de toda clase de productos, en especial alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad.
De acuerdo con el economista Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, el 26 de noviembre el peso cubano (CUP) mostraba una caída del 34,22%, cuando se cotizaba a 263 por dólares, una cifra que ahora empeoró. De acuerdo con el índice de inflación mundial que mide Hanke cada semana, la cubana es la décima moneda con mayor caída en el planeta.
Tasa de inflación en Cuba
Para el mes de agosto el dólar marcó un récord histórico frente al peso cubano y subió a los 250CUP, mientras que el euro llegaba a los 255 pesos cubanos y el MLC a 215.
«La caída de la moneda cubana refleja el colapso a cámara lenta de la economía productiva de la Isla», había dicho a inicios de ese mismo mes a Reuters Bert Hoffman, experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área en Hamburgo.
El economista cubano Pedro Monreal señaló esta semana que la creciente pobreza en Cuba está conectada al salario estatal y no parece tener solución inmediata.
«Cuba es un caso de pauperismo sin solución a la vista. Con salario medio inferior al valor de la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia (CBSR) y con pensiones de miseria, el Gobierno tendría que aclarar qué debería entenderse por soluciones ‘en la medida de las posibilidades'», escribió Monreal en la red social X.
En opinión del analista, «el salario no debería ser entendido en Cuba —como parece considerarse ahora— como una remuneración vinculada con indicadores de ‘cumplimiento’ empresarial, sino que se encuentra desconectada del costo de las necesidades básicas de consumo familiar».
«Quizás deberían incluirse en el debate actual las diferencias entre salario ‘justo’, salario ‘mínimo’ y salario ‘digno'», propuso Monreal. «Para empezar, un salario ‘justo’ —por criterios de empresa— pudiera no reflejar el costo de vida. Incluso utilizando el dato oficial de CBSR que muchos especialistas consideran subvalorado, la ‘élite’ obrera cubana tiene un salario medio (6.281 CUP) que apenas supera en 3% el costo del consumo básico», apuntó.
El experto recordó que, «en alto grado, es pobre en Cuba quien depende de un salario estatal».
Reforma monetaria expiró
En enero de 2021, el régimen cubano anunció una reforma monetaria y salarial de enorme alcance que sacaba de circulación al CUC (peso convertible) y supuso una reforma de precios, parte esencial del paquetazo económico denominado Tarea Ordenamiento.
La reforma, de acuerdo con las disposiciones publicadas en La Gaceta Oficial de la República de Cuba, quintuplicó el salario mínimo hasta los 2.100 pesos cubanos (en ese momento, 87 dólares al cambio oficial de 1×24) y un salario máximo de 9.510 (396 dólares a 1×24), aunque la mayoría de los precios se han multiplicado hasta en varias decenas de veces desde entonces. Así, el salario que ganan los cubanos tiene hoy casi la mitad del valor que tenía hace dos años.
La alimentación es lo que más duele en estos momentos al trabajador cubano. Por ejemplo, en una MIPYME en el Vedado, La Habana, un kilogramo de leche en polvo de República Checa cuesta 2.000 pesos; una botella de aceite español, 730 pesos; un frasco de mayonesa (también español), 1.000 pesos; una bolsa de frijoles mexicanos, 1.300 pesos, y una caja de dos kilogramos y medio de pollo estadounidense, 1.950 pesos. A estos productos no pueden acceder los obreros, sino aquellos que reciben remesas del exterior.