La desacertada e imprudente política exterior de Gustavo Petro vuelve a poner a Colombia en una situación complicada. No conforme con haber iniciado una pugna mediática con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, en la que por cierto tiene todas las de perder, y de haber sido declarado persona non grata en Perú por inmiscuirse en asuntos internos del país vecino, ahora tomó partido por un candidato para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, específicamente a favor de la eventual reelección de Joe Biden, dinamitando por adelantado las relaciones con la primera potencia mundial en caso de volver Donald Trump a la Casa Blanca. Y todo esto ocurre mientras se conoce que existe una alianza militar con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro.
“Usted tiene un compromiso con la humanidad: ganarle a Trump”, le dijo Gustavo Petro a Joe Biden durante la reunión de este jueves en Washington que duró alrededor de dos horas, lo que además habría generado cierta incomodidad en el mandatario estadounidense, que optó por no responder y solo hacer la señal de persignarse, según publicó Semana.
Joe Biden, de 80 años, quien ya es el presidente de mayor edad que ha tenido Estados Unidos, planea anunciar este martes su candidatura a la reelección por el Partido Demócrata. Los comicios presidenciales del próximo año podrían configurarse como una revancha para el expresidente Donald Trump, quien ya anunció desde noviembre pasado su aspiración para quedarse con la nominación del Partido Republicano, apareciendo como el favorito indiscutible de los votantes en todas las encuestas. Entonces, resulta muy probable que Biden y Trump vuelvan a enfrentarse por la Presidencia de EE. UU., viéndose comprometida la estrecha relación histórica que ha habido entre ambos países por la imprudencia de Petro en caso de volver Trump al poder.
La alianza militar entre Petro y Maduro
No hay que olvidar además que Donald Trump mantuvo durante su mandato una posición dura contra la dictadura venezolana, imponiéndole una serie de sanciones al régimen que son las que ahora Petro le pide a Biden levantar para favorecer a su aliado venezolano con el que ha sostenido ya cuatro encuentros en menos de siete meses. Pero la estrecha amistad no queda ahí. En una reciente entrevista que ofreció Petro a la revista Semana confesó que existe una alianza militar con el ejército bajo el mando de Maduro, quedando en evidencia que el restablecimiento de relaciones y la reapertura de la frontera iba mucho más allá del interés diplomático y comercial.
“El ELN no aceptó el cese al fuego que se pactó en diciembre. En esa medida lo que hay es una confrontación militar que tiene ahora un nuevo ingrediente: las Fuerzas Militares en Venezuela están actuando aliadas con el gobierno colombiano, con su Ejército, quitando un espacio que antes tenía libremente el ELN”, declaró Petro al mencionado medio colombiano.
Devolviendo un favor
De esta manera se confirma que la insistencia de Petro de interceder por Maduro ante el gobierno estadounidense para lograr el levantamiento de sanciones y los constantes viajes a Caracas obedecen a la necesidad de devolverle el favor a su aliado, quien puso a la capital venezolana como sede para el primer ciclo de negociaciones con la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se ha mudado a La Habana, Cuba, en su segunda fase.
Además, Petro ahora ha prestado Bogotá para ser sede de una nueva ronda de diálogos entre el chavismo y la oposición venezolana, que comienza este sábado con un primer contacto en la Casa de Nariño entre el mandatario colombiano y la Plataforma Unitaria que representa a sectores del antichavismo, para dar paso el martes a la reunión entre cancilleres con la que se pretende destrabar la negociación entre el régimen y la oposición a un año de las elecciones presidenciales en Venezuela, en las que Maduro busca relegitimarse amenazando desde ya con un adelanto de la fecha para tomar una vez más por sorpresa a sus rivales que acudirán a unas primarias el próximo 22 de octubre.
¿Con Dios y con el diablo?
El reconocimiento de la existencia de una alianza militar entre los ejércitos de Colombia y Venezuela para combatir al ELN no solo expone el nivel de relación estrecha conseguida entre Petro y Maduro sino que además plantea una situación compleja en el campo de batalla cuando, según informes de inteligencia, el ELN ha tenido presencia en más de la mitad de los estados venezolanos y ha trabajado de la mano con la Guardia Nacional Bolivariana en temas relacionados con el contrabando de combustible, el narcotráfico, el tráfico de armas y la pugna por el control de territorio con grupos de las llamadas “disidencias” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).