Bernardo Henao Jaramillo,
Desde el siglo XIX se celebra, en muchos países del mundo, el 1 de mayo como día del trabajo. Es un día festivo que recuerda la lucha de los trabajadores por sus derechos laborales. En Colombia se celebra desde 1914.
Cuando en Colombia aumenta el desempleo se produce, curiosamente, un ataque del gobierno a los derechos de los trabajadores en cuanto a su libertad de elegir en materia de salud y de pensión. Y esto cuenta con el beneplácito de la mayoría de sindicatos y federaciones de trabajadores.
Es en este contexto que el presidente Petro “expropia” la manifestación de los trabajadores y la convierte en un acto político. El presidente ha sido muy poco exitoso en sus llamadas a movilizaciones, habida cuenta de su desgobierno, del decrecimiento de la economía y de sus inconvenientes reformas. Es por ello que “secuestra” la tradicional manifestación obrera del 1 de mayo para defender su nefasto gobierno.
Desde la tarima de la plaza de Bolívar dirigió a los asistentes un discurso lleno de odio, de división y polarización, de resentimiento, de populismo y engaños, como es ya su costumbre. En ningún momento se refirió a los derechos de los trabajadores e intempestivamente anunció el inconsulto rompimiento de las relaciones con el estado de Israel.
Por supuesto no mencionó que Colombia fue en 2023 el país del mundo con mayor cantidad de asesinatos de trabajadores, según ITUC.
En cambio pregonó, refiriéndose a la bandera del M-19: “Esa bandera [la del M-19] no se guarda, no se esconde. Esa bandera se levanta y va a continuar levantada”. El M-19 , grupo criminal y terrorista, secuestró y asesinó al sindicalista José Raquel Mercado, de la CTC.
Los colombianos recordamos que el M-19 fue una organización criminal, terrorista, sanguinaria, de toda violencia y crueldad. Sabemos que Petro fue uno de sus miembros, de ligas inferiores. Y hoy, él dice sentirse orgulloso de eso, que es tanto como estar orgulloso del dolor y la muerte que este grupo causó.
Dice la sabiduría popular: un hecho vale mal que mil palabras. Y el hecho es que Petro ondeó la bandera del M-19 en la plaza de Bolívar, el día del trabajo.
Cabe preguntarse, ¿qué nos está diciendo Petro con el uso de esta bandera? Aparte de sus palabras relativas a que la organización terrorista no había sido prohibida. El significado va más allá de la ofensa a nuestra bandera, nacida en los albores de la independencia. Francisco Miranda fue su creador. La versión actual data del año 1934.
Petro ofende así a nuestro país. Su gesto manifiesta un deseo de prolongar su mandato y el temor que tiene de no poder lograr ese anhelo. Lo desvela el grave asunto de la violación de los topes de su campaña, porque cada día crecen las pruebas que así lo demuestran.
Volviendo al anunció del rompimiento de las relaciones con el Estado de Israel, debe anotarse que ello se venía “cocinando” desde hace rato, a partir de cuando Israel fue salvajemente atacado por Hamás y Petro se negó a condenar el feroz atentado. Israel, entre otras, respondió. “La historia recordará que Gustavo Petro decidió ponerse del lado de los monstruos más despreciables conocidos por la humanidad que quemaron bebés, asesinaron niños, violaron mujeres y secuestraron a civiles inocentes”.
En el corazón del presidente, o lo que de él le quede, está oculto un neonazi ya que decir antisemita no es suficiente. Y copia, una vez más, a Chávez, su mentor. Ofender a Dios le pasará sus consecuencias. Chávez lo hizo y hoy sabemos que terminó al lado de Lucifer.
¿Qué podemos decir? El golpe económico derivado de este rompimiento será enorme y es, además, un momento muy malo, cuando ha crecido el desempleo a la par con el descenso de los indicadores de la economía.
Un capricho ideológico derivado del estalinismo, hace tiempo mandado a recoger, se transformará en la debacle de nuestras fuerzas armadas.
Sabido es que el primer movimiento de Petro tras tomar posesión de la presidencia fue descabezar las cúpulas de nuestras FFMM y de Policía. Quizás nunca dimos a este paso toda la importancia que tiene: significó, mostró, el deseo de Gustavo Petro de iniciar el desmantelamiento de nuestras Fuerzas Militares lo que va a completarse ahora por obra y gracia de este rompimiento de relaciones.
Y cuando esto ocurra, ¿quien nos defenderá? Es así de simple y por eso saca la bandera del M-19.
Otro de sus pronunciamientos fue el consabido ataque a diferentes estamentos de nuestro país a quienes Petro hace objeto de su odio. No podía esperarse nada distinto, pero sí resultan sus ofensivos ataques una muestra más de que no estaba celebrando el día del trabajo.
Finalmente, un punto de inmensa gravedad: reitera su llamado a una constituyente que provendrá de unas “asambleas populares”, cuya organización y concepto se desconoce.
Sabemos que el pueblo es la parte de la población que tiene plenos derechos civiles y políticos. Es tanto como decir que el pueblo somos todos. Entonces, ¿como funcionará esto?
La marcha del 21 de abril le debe dar una idea al mandatario.
Pildorita uno: nuestro gran amigo Cr John Marulanda, integrante de Únete por Colombia, acaba de partir a los Altares Celestiales. Demos gracias al Señor por su vida, su amistad, su entrega y todo lo que fue para Colombia y para nosotros. A Sandra y su familia nuestras condolencias. Paz en su tumba.
Pildorita dos: todos los salpicados en el escándalo Sneyder, como en el 8000 no renuncian ni se apartan de los cargos mientras cursan las investigaciones. La fiscalía debe proceder con firmeza y celeridad caiga quien caiga.