Más Twitter Files anuncia el dueño de Twitter, el magnate Elon Musk, en un sucinto tuit. «Algunas conspiraciones son ciertas», incluyendo a continuación un enlace al Exposé de Alex Berenson sobre algunas de las manipulaciones que se impusieron para censurar en las redes sociales todas las informaciones negativas sobre las vacunas COVID-19.
Hacer a Berenson partícipe de los archivos secretos de Twitter con respecto a las vacunas es el plato frío de la venganza. Berenson fue uno de los primeros y mejor informados críticos de la vacuna de ARN mensajero lanzada por Pfizer y comprada en cantidades nunca antes vistas por casi todos los países del planeta, aunque no pocos de ellos –España es un caso emblemático– hayan tenido que tirar a la basura toneladas de dosis. Y Berenson pagó su audacia siendo censurado primero y expulsado definitivamente, después. Hasta la llegada de Musk a Twitter, naturalmente.
«Mi primer informe de #TwitterFiles: cómo @scottgottliebmd, uno de los principales miembros de la junta de Pfizer, usó al mismo topo de Twitter que la Casa Blanca para suprimir el debate sobre las vacunas contra el covid», tuitea Berenson. «Gracias @elonmusk por abrir estos archivos».
Como en el caso de los periodistas anteriores que han glosado otros aspectos de las censuras, manipulaciones e injerencias de la Administración en el debate de las redes sociales, también en el caso de Berenson la información se publica desde un blog de Substack del propio periodista, y en ella se detalla cómo el jefe de Pfizer y el exjefe de la FDA colaboraron para censurar a los críticos de las vacunas de ARNm.
«El 27 de agosto de 2021, el Dr. Scott Gottlieb, consejero de Pfizer con más de 550.000 seguidores en Twitter, vio un tuit que no le gustó, un tuit que podría perjudicar las ventas de las vacunas de ARNm de Pfizer», señala Berenson. «El tuit explicaba correctamente que la inmunidad natural después de la infección por covid era superior a la protección de la vacuna», continuó. «Le pidió a la Casa Blanca que ‘siguiera la ciencia’ y eximiera a las personas con inmunidad natural de los próximos mandatos de vacunas».
Gottlieb envió un correo a Todd O’Boyle, hombre de la Casa Blanca en Twitter, para que tomara medidas, pese a que el autor del tuit no era precisamente un bebelejías ni un conspiracionista, sino el doctor Brett Giroir, un médico que había sucedido brevemente a Gottlieb en la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), y terminaba su tuit animando a vacunarse inmediatamente a todos los que no habían pasado la enfermedad.
Pero la acción de las farmacéuticas no se limitó a presionar para que se censurasen comentarios incómodos, por altas que fueran las cualificaciones científicas de sus autores; la red social también alentó la creación de cuentas falsas que difundían información errónea sobre Covid.
El San Francisco Standard descubrió cómo algunos de estos «influencers» virales eran claramente cuentas falsas. Un ejemplo de ello fue una cuenta llamada «Dr. Roberto Honeyman». Honeyman –que, cómo no, especificaba sus pronombres– aseguraba haber perdido a una hermana a causa del COVID en noviembre de 2022, en un tuit con más de 43.000 «me gusta» y 4.000 retuits. La foto de perfil asociada con la cuenta de «Honeyman» era una foto de archivo, señala Miller.
«Los dos médicos falsos, cuyas cuentas instaban a extremar la precaución sobre el COVID-19, formaban parte de una red de al menos cuatro cuentas falsas que promocionaban sus vínculos con la comunidad LGBTQ+, defendían abiertamente el uso de mascarillas y el distanciamiento social y repartían críticas. a aquellos que sintieron que no se estaban tomando la pandemia en serio».
El Dr. Gerold Fischer, otra de las cuentas falsas, «mostraba banderas arcoíris, trans y ucranianas junto a su nombre y se describía a sí mismo como ‘un aliado para todos en la comunidad #LGBQT+. #WearAMMask’», agrega el reportaje.