SONIA SCHOTT,
El propósito de toda campaña política es persuadir a los votantes de que se es la mejor opción. Aristóteles, el filósofo griego, consideraba el logos, ethos y pathos, formas de persuasión pública.
El logos, apela a la razón a través de argumentos. El Ethos recurre al estatus o autoridad del hablante, buscando la confianza de la audiencia y el pathos invoca las emociones.
Los discursos de campañas, la publicidad, las imágenes subliminales y hasta la música contienen siempre alguno o todos estos elementos.
La apelación al logos se utilizó mucho en La Declaración de Independencia, cuando los argumentos de Thomas Jefferson convencieron a los ciudadanos de que las acciones del rey Jorge eran actos de corrupción que afectaban los intereses de los colonos.
En el sitio web de la Biblioteca del Congreso hay un extracto con detalles del cartel de la campaña electoral del decimotercer presidente de Estados Unidos, Millard Fillmore, (1850 -1853).
“El anuncio representa a las figuras de la Justicia y la Libertad rodeando la figura de Fillmore entre las banderas estadounidenses. ¿influiría este simbolismo en un votante moderno? Probablemente no, pero todavía vemos las banderas estadounidenses en los anuncios de candidatos presidenciales actuales”.
Cuando el decimocuarto presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke (2006-2014) dijo en 2010: “Mis tres décadas de experiencia en el servicio público, mi compromiso incansable con esta comunidad y mi voluntad de llegar a todos los partidos y cooperar con la oposición, me convierten en el candidato ideal”, utilizó un mensaje ethos.
Para SAGE, una editorial académica global de investigación política “los demócratas y los republicanos no difieren mucho en el uso del pathos o lenguaje emocional, no obstante, los miembros del partido minoritario son sistemáticamente más emocionales que los del partido mayoritario, una tendencia reversible cuando el partido en control deja de serlo”.
Después de las recientes victorias de Donald Trump, las posibilidades de Nikki Haley para ganar la nominación republicana parecieron desvanecerse, pero, la exgobernadora de Carolina del Sur cree que vale la pena continuar la campaña y como dijo tras la derrota en New Hampshire, “queda un largo camino por recorrer”.
“Mientras siga creciendo por estado, estaré en esta carrera”, dijo Haley añadiendo “Tengo toda la intención de ir al Súper Martes”.
Todavía están por delante las elecciones primarias en Nevada el 6 de febrero, Carolina del Sur, el 24 de febrero y las múltiples elecciones del Súper Martes que incluyen, Alabama, Arkansas, California, Colorado, Carolina del Norte y Texas, todas el 5 de mayo.
Para Haley es vital que el dinero siga fluyendo a su campaña.
Los multimillonarios de Wall Street, Stanley Druckenmiller, Henry Kravis, Ken Langone y Cliff Asness le apuestan a Haley, según Bloomberg.
Mientras, los llamados anti-trumpers en el Partido Republicano, dudan que el éxito de Trump en Iowa y New Hampshire signifique un voto abrumador para el exmandatario, y que incluso, si logra la nominación en julio, tendrá dificultades para vencer al presidente Joe Biden.
La clave está en los partidarios de Trump, quienes podrían comenzar a dudar del expresidente, si es declarado culpable en relación a los 91 cargos que enfrenta.
Por supuesto, Trump sigue calificando los señalamientos de una cacería de brujas política. Esta actitud ha sido recibida con aplausos por su base aun cuando, hay encuestas recientes (New York Times/Sienna College) que pronostican que, una condena podría marcar la diferencia.
La estrategia de Trump ha sido no mostrarse preocupado en público. De hecho, casi ha declarado que es el único candidato en la contienda republicana y Biden, luego de los resultados de Iowa y New Hampshire, parece aceptar eso también. Aunque un proyecto de resolución del Comité Nacional Republicano que buscaba declarar a Trump como el candidato presidencial del partido fue retirado el jueves pasado.
Entonces, ¿cuánto tiempo podrá Nikki Haley continuar su campaña?
La ironía es que una encuesta de YouGov de enero mostró que si las elecciones fueran entre Biden y Haley, ella vencería con más votos que Trump.
Esta, es por mucho, una de las elecciones predecibles más impredecibles de los últimos tiempos, pues hay tantas variables que lo que ahora es pueda ser muy diferente dentro de unos meses.