IBÉYISE PACHECO,
Varios hechos ocurridos recientemente distan de la casualidad. Desde Miraflores se ha activado un complejo plan de acción dirigido a desactivar la inesperada recuperación de la esperanza de buena parte del pueblo venezolano. Las instituciones serviles al gobierno se mantienen en alerta para ejecutar lo que ordene la dictadura sin detenerse en la violación a las leyes y el atropello a la institucionalidad. Ejemplo reciente: la injusta condena a 16 años de prisión por conspiración y terrorismo contra seis sindicalistas. Una aberración válidamente leída como el recrudecimiento de la persecución política.
Estos movimientos oficialistas se complementarán probablemente con otras acciones que han sido debatidas esta semana y que llevaron a que Maduro suspendiera su viaje a la Cumbre Presidencial de la Amazonía en Brasil (lo sustituyó nuevamente Delcy Rodríguez). Tampoco Nicolás cumplió con una rutina que mucho le divierte: su programa de los lunes. El argumento esgrimido fue otitis, un mal razonable que le impide bailar para TikTok y más aún montarse en un avión.
En realidad, Maduro prefirió concentrarse -porque disciplinado es- en el diseño de un barajo que signifique un refrescamiento de su gabinete, asunto que tenía pendiente después del deslave sufrido hace cuatro meses luego de la salida de Tareck El Aissami. En este refrescamiento del Ejecutivo, me dicen que Cuba, sin sorpresas, tiene voz decisiva. Los primeros en ser designados en este esquema fueron los militares que en palabras de Nicolás “son su mayor problema”. El ajuste de Maduro en la FANB ratificó a Vladimir Padrino López, pero hizo ajustes en cargos operativos, considerando su capacidad represiva. No fue casual por ello el discurso torpe, grosero y amenazante del nuevo comandante de la Guardia Nacional, Elio Estrada Paredes. Otras medidas dignas de sospecha son comentadas entre los militares, como la de mantener restringido la mitad del espacio aéreo del estado Apure. ¿Para qué? También se contempla que cualquier protesta será infiltrada por gente del régimen, en especial cuando aumente la cantidad de gente en la calle, es decir con el inicio de clases.
En este nuevo gabinete que se está elaborando, los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez consolidarían su poder, llenando el vacío que le dejó a Maduro la traición de El Aissami. La fuerza de la pareja Rodríguez es tal, que ha dado pie a la especulación de un escenario en el que ella -si fuese necesario- pudiese sustituir a Maduro como candidato presidencial.
Sin duda, el régimen sí se toma en serio lo de considerar todas las opciones.
La discusión de este esquema en el Ejecutivo ha dejado en la incertidumbre a Diosdado Cabello quien decidió tomar al toro por los cuernos y viajar a Cuba “en visita oficial” donde se reunió con Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional y con la directiva del Parrido Comunista de la isla. Aún se desconoce cómo le fue.
Diosdado, que venía sintiéndose seguro luego de la ausencia de El Aissami, vuelve a tener que enfrentar un eventual desplazamiento, teniendo que pagar caro una vez más, su histórico enfrentamiento con la pareja presidencial.
Los hermanos Rodríguez en cambio, y en especial Delcy, cosechan el fruto de su aparente lealtad y eficiencia.
En paralelo a nuevas designaciones, el Cesppa, Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (en función simbiótica con la Policía Nacional contra la Corrupción), ha endurecido el espionaje contra líderes opositores y ha recomendado la construcción teatral de guarimbas en distintos puntos del interior del país y la capital, con acciones que deben generar caos y dar impactantes señales de violencia que servirían al régimen para alimentar su mentira relatada repetidamente en eventos públicos por Maduro y la cúpula militar, anunciando agresiones desde la oposición.
Para sostener esta narrativa el régimen ha reforzado su sistema de espionaje electrónico que procura amedrentar y eventualmente extorsionar a conocidos políticos. Hasta ahora en la mayoría de los casos, la dictadura ha fracasado. El otro y urgente objetivo planteado es boicotear todas las acciones organizativas para la realización de elecciones primarias, así como el hackeo a la página digital de Vente Venezuela y demás aplicaciones y comunicaciones de María Corina Machado, quien ha afectado a Maduro más de lo esperado por el oficialismo. Han decidido activar guerra sucia con documentos montados por la DGCIM, en especial contra Machado y su estructura. En general, toda la plataforma tecnológica opositora está siendo atacada, no solo para intervenir los planes políticos, sino también para evitar que la información de la campaña exitosa de Machado baje al pueblo. En pocas palabras, el objetivo es atenazar aún más el bloqueo de la comunicación del liderazgo opositor con el país, manteniendo al pueblo desinformado y vulnerable al mentiroso y manipulado relato oficial.
Detrás de esta operación está buena parte del equipo que viajó a China en el 2017 con Shiuglen Kang a la cabeza, personaje de alta confianza del general Jorge Márquez Monsalve jefe del Despacho de Gobierno y director general de Conatel.
Debe quedar claro que Maduro se ha visto obligado a todas estas acciones ante el movimiento político que ha generado la expectativa electoral para el 2024. Hay que decirlo: Punto para la oposición.