Los activos fuera del sistema y del país alcanzan los USD 336.224 millones, una cifra que supera el producto bruto estimado para este año y crece año a año a pesar de los diferentes incentivos para la repatriación de capital.
La Argentina logró, en septiembre de este año, un récord peculiar. El ahorro que los argentinos tienen declarado en el exterior o fuera del sistema –es decir, en el colchón–- alcanzó un nuevo pico y supera el volumen de toda la economía argentina. En otras palabras, la cantidad de dólares que los argentinos tienen afuera equivale a un monto superior al del PIB argentino proyectado para este año, 10% por debajo del registrado el año pasado. Lo que es equivalente a decir que los argentinos –algunos– tienen ahorrado en el exterior más dólares de los que produce la economía hoy.
Es lógico suponer que el monto total de activos de los argentinos fuera del sistema, incluso en el exterior, incluyendo efectivo o no declaradas a pesar de los distintos blanqueos y las nuevas normas internacionales, es altamente superior
Así se desprende el informe de balanza de pagos publicado el miércoles por el Indec, que estimó que, en el tercer trimestre del año, los depósitos, títulos, inversiones y propiedades en el exterior, sumado a tenencias fuera del sistema, ascendió a los USD 336.224 millones, una cifra que creció en más de USD 12.000 millones respecto a un año atrás. A la inversa, en ese mismo período, la economía local experimentó la consabida fenomenal contracción como consecuencia de la pandemia y medidas de aislamiento que dejarían, de acuerdo a las estimaciones privadas, en un nivel de PIB apenas por encima de los USD 330.000 millones.
Así, la cifra no sólo supera a la del tamaño actual de la economía argentina sino también al del total de la deuda pública, que asciende de acuerdo a los últimos datos publicados por la Secretaría de Finanzas, a los USD 333.368 millones. Y multiplica varias veces el nivel de reservas del Banco Central, que en los últimos días volvió a ubicarse por encima de los USD 39.000 millones.
La estadística oficial, obviamente, sólo computa las tenencias declaradas, por lo cual es lógico suponer que el monto total de activos de los argentinos fuera del sistema, incluso en el exterior, incluyendo efectivo o no declaradas a pesar de los distintos blanqueos y las nuevas normas internacionales, es altamente superior. Pero difícil de cuantificar.En cualquier caso, el incremento de los ahorros argentinos en el exterior, que es analizado como una señal de falta de confianza en el país a la hora de invertir, es una tendencia sostenida desde hace años, a contramano de los ciclos recesivos en el país y en la que también impacta la variación de precios de los títulos y valores. Y se consolida, además, a pesar de los ocasionales incentivos a la repatriación de capital.
Por caso, el Gobierno dispuso a principios de este año beneficios impositivos para aquellos ahorristas e inversores que estuvieran dispuestos a traer al país menos una mínima parte de su capital depositado en el exterior. En el marco del aumento de alícuotas de Bienes Personales, se implementó la posibilidad de reducir a la mitad el impuesto a tributar sobre los activos en el exterior. La norma establecida en diciembre de 2019 dentro de la Ley de Solidaridad que definió una suba de las tasas de Bienes Personales y las duplicó en el caso de los bienes de argentinos en el exterior, ofrecía la opción de repatriar, en el caso de los activos financieros, apenas 5% de la cartera para neutralizar el tratamiento diferencial. Es decir, depositando en el país una mínima parte del total de sus fondos en el exterior, los inversores accedían al mismo tratamiento impositivo que se aplica a los bienes en el país. Sin embargo, los vaivenes macroeconómicos, el temor al impacto económico de la pandemia y la incertidumbre financiera que ya comenzaba a insinuarse al vencimiento de esa opción, el 30 de abril, conspiraron contra el éxito de la medida.
Una vez más, la brecha cambiaria tuvo su impacto y licuó el incentivo a reducir la carga tributaria versus la seguridad percibida por los inversores de mantener sus tenencias en el extranjero. Esto porque el monto a tributar se calcula en base a las declaraciones juradas a valor de tipo de cambio oficial del cierre del año anterior. Para cuando expiraba el beneficio, el salto del dólar libre ya prácticamente duplicaba el valor del dólar a $63, a fin de diciembre del año pasado.