CARACAS.- De vendedor de llaveros a «ministro en la sombra» del régimen de Nicolás Maduro, el colombiano Alex Saab fue ficha clave de un canje con el que Estados Unidos consiguió este miércoles la libertad de una veintena de presos venezolanos y estadounidenses en Venezuela.
Saab (Barranquilla, 1971), acusado de ser «testaferro» de Maduro, era enjuiciado en Florida por lavado de activos a través de un programa de alimentación del régimen venezolano.
Saab fue arrestado en Cabo Verde en junio de 2020 y extraditado a Estados Unidos en octubre de 2021, en medio del reclamo furibundo de la dictadura venezolana, que denunció el «secuestro» de un supuesto «embajador» de su país. No era público hasta entonces que este empresario tuviese la nacionalidad venezolana y mucho menos que tuviese un título diplomático.
Estados Unidos venía pidiendo la liberación de estadounidenses y otros presos políticos venezolanos a cambio del levantamiento de sus sanciones contra Venezuela.
«Es evidente lo importante que es para Maduro el nombre de Alex Saab», aseguró Roberto Deniz, periodista del portal de periodismo de investigación Armando.info, que ha escrito exhaustivamente sobre el caso del presunto testaferro de Maduro.
Deniz es blanco de una orden de captura en Venezuela por «instigación al odio» por sus denuncias de corrupción contra el controversial contratista.
«Lamentablemente con el canje, que es más una negociación política, la justicia pasa a un segundo plano y Estados Unidos echa por tierra años de investigación contra Saab por lavado de dinero», añadió.
Diez estadounidenses quedaron en libertad, incluidos dos que habían sido condenados por un fallido intento de invasión a Venezuela en 2020. Otros 14 «presos políticos» venezolanos han sido excarcelados hasta el momento.
Contratista «consentido» del régimen
De acuerdo con las denuncias, Saab y su socio Álvaro Pulido, arrestado en Venezuela en abril pasado por un escándalo de corrupción en la petrolera estatal PDVSA, habrían transferido 350 millones de dólares desde el país caribeño a cuentas en el extranjero que poseían o controlaban.
Saab enfrentaba hasta 20 años de prisión si era hallado culpable.
Hijo de un empresario libanés asentado en Barranquilla, Saab comenzó como vendedor de llaveros promocionales antes de incursionar en el sector textil, con 100 almacenes que exportaban a más de 10 países, según biografías oficiales.
Inició negocios en Venezuela en el ramo de la construcción. Su primer contrato lo firmó en 2011 en el palacio presidencial de Miraflores, cuando Hugo Chávez era presidente y Maduro, canciller.
Un Saab joven con una cola de caballo subía a la tarima y rubricaba «una alianza estratégica» para la «instalación de kits para la construcción de viviendas prefabricadas».
Aunque dijo en 2017 que no conocía personalmente a Maduro, el ascenso de Maduro al poder en 2013 le abrió las puertas a este empresario para convertirse en su «contratista consentido» y después en su «ministro plenipotenciario en la sombra», destacó Deniz en una entrevista en 2021.
Según el periodista, de las viviendas sociales Saab saltó a un contrato para construir gimnasios por 100 millones de dólares, pagados por adelantado, y de ahí a uno en el área petrolera con una «empresa fantasmal» sin mayor trayectoria.
La exfiscal general de Venezuela, la chavista disidente Luisa Ortega, lo ha catalogado como «principal testaferro» de Maduro y su familia.
«Bisagra» con Irán y Rusia
Maduro creó en 2016 los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un plan de distribución de alimentos subsidiados en un momento de desabastecimiento de más de dos tercios de productos básicos.
Y Saab se convirtió en uno de sus proveedores, logrando «importantes acuerdos comerciales», según una serie en su canal en YouTube titulada «Alex Saab, agente antibloqueo».
En 2018, de acuerdo con esa versión, asume «como funcionario público» la «misión» de adquirir en Rusia e Irán «alimentos, medicinas, repuestos para las refinerías y diferentes empresas».
Saab se atribuye por ejemplo por la importación de combustible iraní en un momento de profunda escasez.
«Era la bisagra de muchos de estos negocios» de Maduro con «países aliados», destacó Deniz.