«Este bono que empezamos a pagar ahora es una de esas medidas que requería el país para incorporarla como uno de los elementos centrales de reactivación económica», dijo el gobernante tras entregar en efectivo el bono de 1.000 bolivianos a tres vecinos en un acto en una sucursal del estatal Banco Unión.
El bono, planteado por el mismo Arce como alivio ante la pandemia de COVID-19 durante la reciente campaña electoral, llegará a más de cuatro de los 11 millones de habitantes de Bolivia, inyectando unos 600 millones de dólares a la alicaída economía local hasta fines de enero.
Los beneficiarios serán los mayores de edad que no reciben salario regular ni cobran rentas de vejez, según explicó el Gobierno.
Arce dijo que el Bono Contra el Hambre debería aliviar al menos parcialmente las penurias de vastos sectores de la población «que viven de su trabajo día a día» y no pudieron generar ingresos durante el confinamiento total y las sanciones que rigieron durante más de tres meses de la pandemia.
Arce dijo que en las próximas semanas enviará leyes al parlamento y aprobará decretos supremos que configurarán un plan de reconstrucción de la economía, con el objeto de ponerla de nuevo en crecimiento.
«Vamos a reinstalar el modelo económico social comunitario productivo [de los pasados gobiernos de Morales] y este bono apunta a fortalecer la demanda interna como parte de ese andamiaje», añadió.El mandatario instruyó en el acto al ministro de Economía, Marcelo Montenegro, que se asegure de que el bono llegue a todos los rincones del país, para que ningún campesino quede sin el beneficio.
Fuente: SputNikNews