Escrita hace casi cuatro siglos, Visita y anatomía de la cabeza del Eminentísimo Cardenal Armando Richelieu es, de entre las obras de Quevedo, una de las que contiene una mayor carga alegórica. Si en el caso de la composición quevediana, un médico, nada menos que Andrés Vesalio, se adentraba en el distinguido pabellón auditivo del cardenal francés para acceder al interior de un cráneo en el que se larvaban planes contra España, en los días de hoy la acción se ha invertido hasta el punto de que son otras las poderosas orejas prestas a escuchar al vulgo o, por mejor decir, a una parte muy escogida del mismo.
Nadie con un mínimo de madurez puede creer que las escuchas correrán riesgo alguno de establecerse con alguien que pueda realmente cuestionar el ignoto, pero previsible, programa de Sumar
La maniobra auditiva la comenzó, hace ya unos meses Yolanda Díaz, la, en palabras de Rosa Belmonte, «ministra del extraño prestigio», cuyo perfil hubiera hecho las delicias del diablo Cojuelo. Según manifestó en su día la gallega y galleguista, su disposición era dar comienzo a un semestre cuyo punto de partida sería la semana del orgullo, que la llevaría «por todo el país» –entendemos que en referencia a España- para tomar nota de las demandas de la «sociedad civil». En una mímesis menos viajera, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, socio preferente de EHBildu, ha anunciado que, a resguardo de pitadas, abrirá las puertas de La Moncloa a 50 españoles «anónimos», escogidos de entre los autores de los 250.000 mensajes recibidos en sus terminales de comunicación. La propagandística ceremonia sanchesca será retransmitida por el canal 24 horas y por RNE.
En definitiva, ni la una ni el otro se entrevistarán con la madre del niño hostigado en Canet, tampoco con los padres a los que se les niega un exiguo 25 % de enseñanza en español para sus hijos en Cataluña
Nadie con un mínimo de madurez puede creer que las escuchas correrán riesgo alguno de establecerse con alguien que pueda realmente cuestionar el ignoto, pero previsible, programa de Sumar, tampoco el del socio preferente de ERC. Si en el primer caso, la Díaz sólo se rodeará de quienes puedan sumarse a sus ambiciones, en el de Sánchez, es previsible cierta cuota de discrepancia convenientemente apaciguada con las habituales dosis de susurros propias del partido del diálogo.
Dos genuinos subproductos de la actual democracia coronada, asentada, en gran medida, en la adulación de aquellos, pero sólo de los adecuados, con los que se dialoga para mantener el orden establecido
En definitiva, ni la una ni el otro se entrevistarán con la madre del niño hostigado en Canet, tampoco con los padres a los que se les niega un exiguo 25 % de enseñanza en español para sus hijos en Cataluña. Tampoco es previsible que se citen con ninguno de los familiares de las víctimas de los etarras que la línea Marlaska de criminales acerca semanalmente a las Vascongadas para que el PNV complete el trabajo excarcelatorio cuidadosamente diseñado. Ni Díaz ni Sánchez prestarán oídos a antiabortista alguno, tampoco a quienes cuestionen los dogmas adscritos al rótulo «cambio climático», ni a quien pueda amenazar mínimamente a los poderes hegemónicos, regionales e internacionales, a los que sirven los dos escuchantes. Si en el caso de la obra quevedesca Vesalio se introducía en el cráneo del clérigo francés disfrazado «de embeleco y de embuste» con el fin de agradar al purpurado galo, la simetría auditiva nos ofrece la imagen de dos genuinos subproductos de la actual democracia coronada, asentada, en gran medida, en la adulación de aquellos, pero sólo de los adecuados, con los que se dialoga para mantener el orden establecido.