Luego de tres meses en Estados Unidos, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro regresa a su país. Se espera que asuma como el principal representante de la oposición frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. Esta sería la causa del fuerte operativo policial que se está desplegando en Brasilia y que busca evitar manifestaciones que lo respalden.
El secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, Sandro Avelar, asegura que la movida busca garantizar «la seguridad» en la capital del país. Sin embargo, no solo cerrarán parcialmente el tránsito de vehículos en la Explanada de los Ministerios, avenida donde se ubican las sedes de los poderes públicos. También están vigilando las redes sociales en caso de que simpatizantes de Bolsonaro estén organizando alguna concentración por su regreso.
Los seguidores del expresidente tampoco podrán reunirse en las inmediaciones al Aeropuerto Internacional de Brasilia, para esperar su aterrizaje este 30 de marzo. “Este movimiento de personas no podrá manifestarse en el vestíbulo del aeropuerto. Es comprensible que haya expectativa por parte de la afición por recibirlo, pero no en esa zona. Causaría enormes molestias a la comunidad”, fueron las palabras Avelar, reseñadas por Jovem Pan. Es decir, la capital de Brasil estará fortificada, mientras que desde el Palacio de Planalto, Lula da Silva guarda silencio.
Vigilancia en calles y aeropuerto
Los organismos de seguridad insisten con que «80 vuelos podrían verse afectados, solo en la mañana del jueves», si personas se acercan a recibir el exmandatario conservador. Lo cual generaría «caos» e impactos «en toda la red aérea brasileña». En consecuencia, para evitarlo «no se pueden hacer manifestaciones de apoyo en el lobby». En paralelo, el acceso al Aeropuerto Internacional de Brasilia será monitoreado por la Policía Militar.
«La Policía Federal es responsable por el aeropuerto, la Policía Militarizada y el departamento de tránsito vigilarán las calles y la Policía Civil actuará en la inteligencia», dijo Sandro Avelar para detallar de qué se encargará cada cuerpo de seguridad este jueves.
Las medidas restrictivas no solo aplican para las personas. «Motos, camiones, tractores o cualquier cosa que signifique una posible manifestación», será inspeccionado en la capital brasileña. El regreso de Bolsonaro genera por estas horas altas expectativas, ya que a inicios de este mes —durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el mayor foro anual de la derecha de EE. UU.— dejó claro que su misión «no ha terminado». La promesa es no abandonar a Brasil, ahora en manos de un gobierno izquierdista.
Por los momentos, el Partido Liberal tampoco ha hecho una convocatoria de concentración, pero sí organizó un acto privado para recibir al exmandatario. Será recibido por su esposa, Michelle Bolsonaro, diputados y otros representantes de la organización política.