SONIA SCHOTT,
Si bien la Muralla China todavía ostenta el título de muro más grande del mundo, hay por lo menos otras 63 construcciones similares, en otros países, erigidas bajo la misma premisa: proteger las fronteras de los invasores y de la migración irregular.
Durante su candidatura, el ahora presidente, Joe Biden, se mostró critico al muro en la frontera sur de Estados Unidos, por considerar que no era operativo.
Sin embargo, en un desconcertante giro político, Biden reiniciará la construcción de una extensión de 20 millas del mismo muro, tan publicitado por Donald Trump cuando fue presidente.
La oportunidad no fue desestimada por el rival republicano, quien acudió a las redes sociales para averiguar si Biden iba a disculparse con él.
Si bien Trump popularizó el tema del muro, en 1993, el presidente Bill Clinton pidió que se construyeran 14 millas entre San Diego y Tijuana. En 2006, el presidente, George W. Bush, añadió al menos otras 434 millas y a finales de 2008, la administración Obama- Biden, completó otras 150 millas de vallas.
Una vez más, el muro, en el Valle del Río Grande, al sur de Texas, sigue siendo la respuesta a la gran cantidad de personas que intentan cruzar ilegalmente a Estados Unidos.
Según fuentes oficiales, más de 245.000 migrantes cruzaron esa sección de la frontera en los 12 meses fiscales que terminaron el 30 de septiembre.
Es igualmente cierto que Estados Unidos no está solo pues, la migración descontrolada en uno de los temas globales, más críticos.
Y es que cientos de miles de personas están abandonando sus lugares de origen por, la guerra, el hambre, la represión política, la pobreza, el cambio climático y el desempleo.
Tanto Estados Unidos como Europa no han logrado encontrar una solución al fenómeno, y el muro es solo el último ejemplo de cómo un gobierno recurre a medidas desesperadas para tratar de detener el flujo incontrolable de migrantes.
En Europa se ha probado una extraña combinación de políticas, incluido el envío de inmigrantes ilegales a otros países, a cambio de grandes sumas de dinero.
El gobierno del Reino Unido, por ejemplo, tiene una política controversial de enviar inmigrantes ilegales a Ruanda. Está iniciativa aún tiene que ser probada adecuadamente debido a una reacción legal.
Otro de las medidas anunciadas por la administración Biden se refiere a la reactivación de las deportaciones masivas de venezolanos que llegaron ilegalmente cruzando la frontera sur con México, después del 31 de julio.
Esto representó otro cambio.
Anteriormente, la ruptura de relaciones diplomáticas, entre Caracas y Washington, obligaba a utilizar a un tercer país para organizar los vuelos de repatriación, además, había preocupación por los abusos contra los derechos humanos por parte del régimen de Caracas y su autoritario líder, Nicolás Maduro.
Este acuerdo es producto de largas negociaciones entre La Casa Blanca y Miraflores según, Elliot Abrams del Council on Foreign Relations y ex-Representante Especial para Venezuela, de 2019 a 2021 y quien se pregunta ¿Por qué el régimen accedió ahora a aceptar de regreso a los inmigrantes venezolanos? Y ¿Cuáles fueron los incentivos que ofreció Washington?
Con tantas quejas y pedidos de ayuda provenientes de gobernadores y otros políticos en las zonas fronterizas, era imposible que la administración Biden no tomara medidas que mostraran liderazgo federal y no acción local.
Como dijo la semana pasada, el presidente de la Cámara de Representantes de Massachusetts: Ron Mariano. “Será mejor que (Biden) empiece a prestar atención a esto”.
El desafío fue resumido por, el secretario de Estado, Antony Blinken, cuando habló en la Universidad de Texas, en Austin.
“Antes había una crisis a la vez, tal vez Cuba, tal vez Haití, tal vez El Salvador, Honduras, Guatemala. Ahora es todo lo anterior, más Venezuela, más Nicaragua, más Ecuador, más gente que viene a través de América Latina desde partes lejanas de Estados Unidos, Uzbekistán, todos viniendo hacia México y luego hacia Estados Unidos”.
¿Resultarán los anuncios de la semana pasada políticamente embarazosos para Biden para buscar un segundo mandato?
La historia de la Muralla China incluye asimismo la historia de quienes se las ingeniaron para atravesarla, aunque esos votantes potenciales, de los estados más afectados por la crisis migratoria, sin duda, habrán dado la bienvenida a la medida.