El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una «movilización parcial» de los rusos en edad de combatir, abriendo la vía a una escalada en el conflicto en Ucrania. La medida, que entra en vigor este mismo miércoles (21.09.2022), obedece a la necesidad de defender la soberanía y la integridad territorial del país, subrayó el mandatario. Y explicó que serán llamados a filas solo reservistas que hayan cumplido el servicio militar obligatorio.
«Considero necesario apoyar la propuesta (del ministerio de Defensa) de movilización parcial de los ciudadanos en la reserva, aquellos que ya han servido (…) y que tienen una experiencia pertinente», declaró en un discurso previamente grabado y transmitido en la televisión.
«El decreto de movilización parcial contempla medidas adicionales para cumplimiento de los pedidos a la industria militar», añadió Putin. Además, insistió en que la decisión de lanzar una «operación militar preventiva (en Ucrania) fue absolutamente necesaria y la única posible», ya que el ataque ucraniano contra el Donbás era inevitable.
Putin decretó esta medida un día después de que autoridades prorrusas de varios territorios ocupados en la región del Donbás, en el este de Ucrania, anunciaran seudoreferendos de anexión a Rusia, considerados ilegítimos por Ucrania y Occidente, a celebrarse entre el 23 y el 27 de septiembre próximos.
«Chantaje nuclear»
El presidente ruso acusó a Occidente de utilizar a Ucrania como un instrumento para atacar a Rusia.
Se dijo dispuesto a utilizar «todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia y a nuestro pueblo», incluidos los nucleares. «Esto no es un bluf», advirtió, tras acusar a Occidente de querer «destruir» a Rusia.
El objetivo de Occidente es «debilitar, dividir y destruir finalmente a nuestro país», dijo e insistió en que «ellos (los occidentales) dicen abiertamente que en 1991 pudieron desmembrar la Unión Soviética y que ahora ha llegado el turno de Rusia».
«Se trata no solo de los ataques alentados por Occidente contra la central nuclear de Zaporiyia, que pueden provocar una catástrofe atómica, sino también de declaraciones de alto cargos de la OTAN acerca de la posibilidad en emplear contra Rusia armas de destrucción masiva», aseguró.
Según subrayó, los ciudadanos de Rusia pueden estar seguros de que la integridad territorial, la independencia y la libertad del país están garantizadas, «y aquellos que intentan chantajearnos con el arma nuclear deben saber que la rosa de los vientos puede volverse en dirección a ellos», advirtió.
300.000 reservistas
«Se llamará a filas a 300.000 reservistas» para reforzar a las tropas rusas en Ucrania, anunció, poco después, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, quien agregó que esto sólo representa una pequeña parte del número de personas movilizables en el país.
Según dijo el ministro, en una entrevista con el canal de televisión Rusia-24, que siguió al discurso del Putin, Rusia dispone de un potencial de movilización de 25 millones de personas.
«Nuestras pérdidas hasta la fecha son de 5.937 muertos», dijo Shoigu, reconociendo una cifra de bajas muy inferior a las estimaciones ucranianas y occidentales. Y subrayó la idea de Putin de que Rusia «no lucha tanto contra Ucrania como contra Occidente» en el país vecino.
El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, sin embargo, cifró hoy en su parte diario en 55.110 los soldados rusos fallecidos en los siete meses de intervención bélica del Kremlin en ese país.
Shoigu, por su parte, afirmó que en el lado ucraniano han fallecido y resultado heridos «más de 100.000» soldados. Y sostuvo que 61.207 militares de una fuerza inicial de 201.000 ó 202.000 cayeron en combate y 49.368 resultaron heridos. «Esto es la mitad del Ejército. Por eso ya están en la cuarta ola de movilización, se han movilizado casi 300.000» soldados, dijo.
Reacciones internacionales
«La farsa de los referendos y la movilización son signos de debilidad y del fracaso ruso», escribió la embajadora de Estados Unidos en Kiev, Bridget Brink, en Twitter, y añadió que su país seguirá «apoyando a Ucrania el tiempo que haga falta».
Peter Stano, portavoz del jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, calificó la medida de «desesperada» y la consideró «una prueba más de que Putin no está interesado en la paz, que está interesado en escalar su guerra de agresión”.
En el mismo tono, el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, garantizó a Ucrania ‘»todo nuestro apoyo en estos tiempos difíciles», tras este «nuevo paso grave y erróneo» de Rusia.
En tanto, la secretaria de Estado británica de Exteriores, Gillian Keegan, reaccionó instando a la calma, en declaraciones a la cadena Sky News, pero puntualizando que el discurso de Putin debe ser tomado «muy en serio». Esta es «obviamente una escalada y, por supuesto, ahora el pueblo ruso será reclutado para esta guerra» en Ucrania, subrayó. Keegan insistió también en que el Reino Unido ayudará al pueblo ucraniano «todo lo que podamos».