SONIA SCHOTT,
Todo indica que habrá una repetición de las presidenciales de 2020 cuando se enfrentaron por primera vez, el ahora presidente Joe Biden y su rival republicano Donald Trump.
Sin embargo, las actuales circunstancias abren otro escenario posible: que ninguno de los dos llegue al día de la nominación.
Según una reciente encuesta realizada por la Universidad de Monmouth, casi la mitad de los votantes cree que es probable que Biden sea reemplazado debido a su estado de salud, mientras que Trump no conseguirá la nominación debido a los enredados legales que enfrenta.
Las dudas sobre quién se postulará para presidente coincidieron con el anuncio del juez de la Corte Suprema de Nueva York de que Trump enfrentará un juicio penal, el 25 de marzo, por pagos a la estrella porno, Stormy Daniels, en 2016, para mantener su aventura fuera de su cruzada presidencial.
Entonces, en lugar de estar en campaña electoral, Trump perderá un tiempo valioso en un tribunal, acusado de falsificar registros comerciales para encubrir el pago de 130.000 dólares a Daniels.
Hay otros tres juicios por delante, aunque todavía no tienen fecha.
En un evento electoral, la exgobernadora de Carolina del Sur y única rival republicana, Nikki Haley lanzó una alerta a los republicanos que apoyan a Trump diciendo que, el “caos” judicial que persigue al favorito tendría efectos negativos para las elecciones de noviembre.
El hecho es que, de aquí a los comicios, Trump estará más ocupado defendiéndose legalmente que en campaña y si la encuesta de la Universidad de Monmouth está en lo cierto, la advertencia de Haley podría resultar correcta.
En todo caso, aún no hay indicios reales de que la multitud de sus seguidores leales estén reconsiderando sus preferencias. Tampoco se perciben señales de que los votantes republicanos estén más entusiasmados por apoyar a Haley.
De hecho, hasta ahora los problemas legales de Trump no han interferido con sus planes de lograr la nominación republicana y su afirmación de que es víctima de una cacería de brujas por parte de la administración Biden, para impedirle su camino a La Casa Blanca, ha encontrado acogida entre sus partidarios.
Lo que ha cambiado es que una vez que comience el primer juicio, Trump peleará su caso en los tribunales dándole impulso a Haley para posicionar sus argumentos por la nominación, aunque ella sigue estando muy por detrás de él en popularidad.
Por supuesto, mucho dependerá de la conclusión del juicio en marzo. Si Trump fuera absuelto, le dará un gran impulso y se incorporaría a la campaña con confianza renovada.
En cuanto a Biden, realmente no hay ningún aspirante esperando entre bastidores para ocupar su lugar, aparte de la vicepresidenta Kamala Harris, aunque la popularidad de ella es tan baja que es difícil imaginar que el Partido Demócrata se decante por Harris para enfrentar a los republicanos.
Encontrar un candidato totalmente nuevo como el gobernador de California, Gavin Newsom o la gobernadora de Michigan Gretchen Whitner, cuyos nombres han sido propuestos como posibles sustitutos, no daría ninguna garantía de éxito a los demócratas y sería visto como un desaire vergonzoso a la vicepresidenta.
Cambiar a los posibles candidatos de ambos partidos en esta etapa de la campaña no tendría precedentes por lo que sigue siendo un escenario improbable, pero no necesariamente imposible.
Las encuestas de los próximos meses podrían dar más luces sobre cómo piensan los votantes, pero las actuales tendencias parecen ser bastante consistentes.
Lo que si es cierto es que entre los electores independientes no hay entusiasmo porque que se repitan las elecciones de 2020.
¿Podrá Biden cambiar la percepción del público de aquí a noviembre?, ¿cómo impactará el juicio de Trump en los votantes si este resulta adverso al republicano?
Si Biden no comete más errores verbales en público y la economía mejora notablemente, tendrá más posibilidades de mantener a raya a los escépticos que lo critican. Si Trump es absuelto en su primer juicio y logra retrasar los demás, seguirá siendo fácilmente el candidato republicano más fuerte, aunque en una situación tan fluida como esta, es pronto todavía para comenzar a hacer apuestas.