MIAMI- La quiebra de dos importantes bancos de Estados Unidos (Silicon Valley Bank [SVB] y el Signature Bank) y un tercero (First Republic Bank), que tuvo que ser rescatado por otras 11 entidades financieras, complicó aún más la situación para la Reserva Federal (fed o Banco Central) respecto a sus acciones contra la alta y tenaz inflación en el país.
Una semana antes, el Silvergate Bank fue el primero en declarar su insolvencia e iniciar lo que puedo convertirse en una crisis probablemente mayor a la del 2007 durante la gran recesión hipotecaria, a no ser por la intervención y el respaldo inmediato de Washington.
Desplome bancario
En sólo tres días, el gobierno estadounidense -a través de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC)- intervino dos instituciones financieras, después de un retiro masivo de depósitos en el Silicon Valley Bank, radicado en Santa Clara, California.
Este fue el colapso bancario más grande de Estados Unidos, luego del desplome del Washington Mutual en 2008.
Pero otras entidades regionales también elevaron la tensión al perder gran parte de su potencial operativo y pareció ser otro día oscuro en la historia financiera del país.
La californiana PacWest cedía (-54,74%), Western Alliance (-82,47%) con sede en Phoenix (Arizona) o Zions Bancorporation (-31,60%), de Salt Lake City (Utah).
El Silicon Valley Bank había sido afectado por las dificultades actuales de las compañías tecnológicas en meses recientes, la caída de sus acciones en el mercado bursátil y los despidos masivos, junto a la estrategia del Banco Central de aumentar las tasas de interés de casi cero a 4,50%-4,75% para combatir la inflación.
Suben más las tasas
El miércoles 22 de marzo, la Reserva Federal decidió ejecutar su novena subida consecutiva de tasas de interés y llevo el índice de referencia a 4,75%-5,0%.
Algunos analistas y medios de prensa insisten desde hace meses en que la Fed podía terminar en marzo con su política de incrementos, cuando el presidente de la entidad, Jerome Powell, ha reiterado que “el enfrentamiento a la inflación está lejos de terminar”.
El Banco Central estadounidense anticipa además una inflación más elevada de lo esperado en diciembre de este año (3,6%) frente al 3,5% previsto; y un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) menor a 0,4% frente al 0,5% pronosticado.
Los responsables de la Fed tuvieron en este encuentro una disyuntiva importante que resolver «para encontrar un equilibrio entre las preocupaciones por la estabilidad financiera y las vinculadas a la inflación», resumió Nathan Sheets, economista jefe de Citigroup Global.
La caída de estos bancos se vio impulsada en buena medida por el aumento de tasas a un ritmo inédito desde inicios de los años 1980, cuando en febrero de 2022 el rango oscilaba entre 0-0,25% para estimular el consumo lastrado por la pandemia.
Previo a la cita de la Junta Directiva de la Reserva Federal, varios economistas, entre ellos Rubeela Farooqi, de HFE, pronosticaron que los datos económicos estadounidenses sobre el mercado de trabajo y la inflación respaldaban un alza de 0.25%, como ocurrió finalmente.
Las medidas de la Fed hicieron subir el rendimiento de los bonos del Tesoro, en particular los de dos años, que llegaron a 5% en los primeros diez días de marzo y con un marcado impacto en el sistema financiero de EEUU.
First Republic Bank
Las acciones del First Republic Bank -el 4to banco en emergencia- cayeron 61,8% en Wall Street el 13 de marzo; incluso, después de que su presidente ejecutivo informara de un refuerzo de sus finanzas con efectivo de la Reserva Federal y del JPMorgan Chase Bank.
First Republic Bank tuvo que ser rescatado por otros 11 bancos, que inyectaron 30.000 millones de dólares en las arcas de la entidad para que continuara con sus operaciones u obligaciones.
“Lo que ocurrió aquí es que esas entidades bancarias hicieron inversiones masivas cuando las tasas eran bajas y al subirlas afectó el valor de las inversiones, pero en sentido general no es algo que causa un colapso. Todo inversionista sabe que los valores del mercado fluctúan. El problema sucedió cuando los clientes sacaron su dinero de forma masiva y dejaron casi sin liquidez los bancos”, comentó Gabriela Berrospi, fundadora y presidenta ejecutiva de la plataforma de educación y asesoría financiera «Latino WallStreet».
“El aumento de tasas impacta siempre de forma negativa las inversiones de los bancos”, recalcó.
La Reserva Federal, después de un año sin tomar ningún tipo de acción, decidió en marzo de 2022 iniciar la subida de las tasas de interés con un tímido 0,25%, en medio de una inflación que registró en ese mes un 8,5% hasta ascender en junio a 9,1% y luego descender a 6,4%.
Préstamos y liquidez
Para contener una crisis bancaria en espiral, la Fed prestó 12.000 millones de dólares a los bancos, 48 horas después de la quiebra de tres instituciones financieras y como parte de un nuevo programa de emergencia diseñado para situaciones similares.
Los préstamos a muy corto plazo (habituales) pasaron de $5.000 millones a $152.000 millones en una semana.
La Fed inyectó $142.800 millones a dos entidades creadas para suceder al SVB y al Signature Bank, un banco neoyorquino cerrado el 12 de marzo por los reguladores.
Estos créditos aumentaron en 297.000 millones de dólares su hoja de balance que trataba de reducir desde junio, luego de haber comprado títulos durante la pandemia para inundar de liquidez el mercado y evitar un colapso general.
Ese dato pesó también sobre la Reserva Federal para una decisión en el reciente encuentro del 21 y 22 de este mes, puesto que inyectar liquidez en la economía avanza en contra de su principal objetivo que es reducir la inflación.
Baja confianza
A pesar de que el presidente Joe Biden pidió confianza en el sistema bancario estadounidense y luego la secretaria del Tesoro, Janet Yellen se refirió a la solidez del sistema financiero norteamericano, el colapso de cuatro bancos en menos de una semana provocó una crisis de confianza.
Miles de clientes de bancos de tamaño medio retiraron su dinero y lo depositaron en entidades más grandes, consideradas demasiado fuerte como para que el gobierno no las rescate en una eventual bancarrota.
«Las salidas agregadas de depósitos de los bancos regionales se han estabilizado», tras las medidas de emergencia para apuntalar la confianza y frenar el contagio, agregó Yellen durante un encuentro de la Asociación de Banqueros de Estados Unidos (ABA) en Washington.
«Nuestra intervención era necesaria para proteger el sistema bancario estadounidense en general. Y acciones similares podrían justificarse si instituciones más pequeñas sufren retiro de depósitos que planteen riesgos de contagio», advirtió.
La Fed también introdujo una nueva herramienta de préstamo para los bancos, en un esfuerzo por evitar que se repitiera la rápida desaparición del SVB. «Creo que nuestras medidas redujeron los riesgos de nuevos colapsos».
Por el momento, el sector bancario sigue resistiendo a pesar de los recientes trastornos, afirmó Rob Nichols, director ejecutivo de la ABA.
«El sector bancario en general se mantiene fuerte, resistente, bien capitalizado y con liquidez», indicó Nichols para acotar que las autoridades intervinieron para evitar un efecto dominó.
De cualquier manera, la Reserva Federal se encuentra en una encrucijada donde los riesgos no han disminuido desde la llegada de la administración de Joe Biden al poder y la incertidumbre -lejos de aliviarse- se afianza.
Más de un 68% desaprueba la gestión del actual gobierno en la Casa Blanca, según encuestas realizadas en los dos primeros meses de 2023.
Por otro lado, un sondeo a mediados de marzo, hecho por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, reveló que apenas un 10% de los estadounidenses consultados confía en el sistema bancario de EEUU.