1) “Pero cuando un venezolano mira el vídeo en el cual insultan y amenazan con total premeditación y alevosía a un par de compatriotas que solo están haciendo su trabajo, hierve la sangre y rabia el corazón. ¿Por qué tanto odio? ¿De dónde viene esa furia? ¿Qué le hicieron estos venezolanos para provocar tanta suciedad en el alma de una persona? ¿Hay justificación alguna? ¿Unos tragos de más pueden hacer aflorar el espíritu xenófobo de alguien o es algo que está sembrado allí?” Editorial del diario El Nacional.
Aunque sé de antemano que este tema del fulano beodo sureño es un refrito, para decirlo en jerga de las redacciones periodísticas, traté inútilmente de contener mi indignación. Además, el régimen de Maduro es el responsable directo de que muchos de nuestros paisanos anden por el mundo como una especie de beduinos, seminómadas, valga el término. Hasta ahora, seis millones de compatriotas huyeron despavoridos de Venezuela, no porque aquí vivieran muy bien, sería un hecho tan paradójico como absurdo, sino porque los escasos ingresos que devengan no les permiten ni siquiera alimentar a sus familiares. Vi con mucho detenimiento a pesar de mi indignación como ese sujeto vejó con odio irracional a estos compatriotas que tan solo estaban cumpliendo con su trabajo. Por supuesto que ese bárbaro, cruel y salvaje, desconoce que Andrés Bello, venezolano, tan venezolano como sus víctimas, filósofo, jurista, poeta, en 1829 embarcó hacia Chile contratado por el gobierno de dicho país donde desarrolló grandes obras en el campo del derecho y las humanidades. Este borrachín mala copa qué va a saber que bajo el decisivo apoyo de Andrés Bello en 1842 fue creada la Universidad de Chile, institución de la cual fue su primer rector por más de veinte años. Que muchos chilenos cuando el derrocamiento de Salvador Allende, vinieron a esta tierra a vivir su exilio político. Por cierto, la estupenda escritora Isabel Allende es una eterna agradecida de este país. No pierde oportunidad para elogiar y agradecer como fue tratada por este bondadoso y humanitario pueblo. Buena parte de ellos se quedó para siempre; otros están sembrados bajo este suelo.
El caso es, la triste realidad de esta calamidad socialista, que cada año el despojo económico, la falta de acceso a la educación y el empleo, la violencia y otros factores estructurales y personales han motivado a seis millones de venezolanos a buscar su supervivencia en cualquier otro país del planeta; caminando su expatriación por largos y peligrosos caminos. Este viacrucis está lleno de incertidumbres, terrenos remotos, transportes inseguros. Expuestos a todo tipo de terrores, violaciones, crímenes contra ancianos y niños, robos, extorsiones, en fin, cualquier tipo de adversidades. Este relato ya conocido en buena parte del continente gracias a la existencia de los medios digitales y de las redes de comunicación social, el autor del agravio no es el borrachito impertinente solamente, sino una derivación que proviene de un estado de necesidad extrema que ha hecho que millones de los nuestros hayan emigrado en desbandada hacia otros destinos.
2) Por otra parte, para concluir, es necesario insistir que no es cierto que no haya puntos coincidentes entre la oposición de asistir a las elecciones presidenciales, expresar tal cosa sería un exceso. Del mismo modo, en la impostergable necesidad de la restauración interna de las organizaciones partidistas. Asimismo, en la escogencia del candidato presidencial en elecciones primarias abiertas. Es decir, donde tengan derecho de participar todos los venezolanos militantes políticos e independientes. De todo esto se desprende que aquel candidato que salga favorecido en ese proceso electoral será respaldado por el resto para enfrentar al candidato del régimen responsable, precisamente, de la desmembración de las familias venezolanas.
Según mi óptica, hay algunas individualidades, algunas organizaciones minúsculas que se dicen de oposición que están más cerca del régimen, que son más coincidentes con ellos, me refiero con el madurismo, que con la oposición misma. De manera que no debe perderse tiempo en convencerlos para que se acerquen. Lo más conveniente es estar lo más lejos posible de ellos. Si en algo debe insistirse es en rechazar a los corruptos. A traidores y oportunistas. A los que se venden al mejor postor…
Fuente: EL Nacional