Al menos ocho reclusos murieron en una hacinada prisión de Haití que se quedó sin alimentos hace dos meses, informaron autoridades el jueves.
Docenas de muertes en circunstancias similares se han registrado este año en medio de un desmoronamiento de las instituciones en el país.
El hambre y el sofocante calor contribuyeron a las muertes de los presos reportadas esta semana en el penal de la ciudad suroccidental de Les Cayes, dijo Ronald Richemond, el comisionado del gobierno de esa localidad, a The Associated Press. Afirmó que la cárcel tiene 833 presidiarios.
“Quien pueda ayudar que lo haga de inmediato, porque los reclusos lo necesitan”, agregó.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dijo la semana pasada en un informe que de enero a abril se documentaron 54 decesos carcelarios relacionados con desnutrición en Haití, un país de más de 11 millones de habitantes.
En el informe se exhorta al gobierno de Haití a que “adopte las medidas necesarias para encontrar una solución permanente a la crisis de alimentos, agua y medicinas en las prisiones”.
Por ley, las prisiones en Haití están obligadas a proveer a los reclusos agua y dos comidas al día, que generalmente consisten de algún puré y un cuenco de arroz con pescado u otro tipo de carne.
Pero en los últimos meses, los presos han tenido que depender solamente de amigos o parientes para obtener alimentos y agua, y muchas veces a estas personas les es imposible visitarlos porque la violencia de las pandillas les impide transitar por algunas zonas, señaló Michelle Karshan, cofundadora de la organización sin fines de lucro Health through Walls, que provee atención médica en las prisiones de Haití.
Esa y otras tres organizaciones sumaron esfuerzos este año para alimentar durante tres meses a los aproximadamente 11.000 presos que se encuentran en las 20 prisiones de Haití, lo que fue una gran ayuda en un periodo de alta inestabilidad en el país tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse el año pasado.
Pero la situación se ha deteriorado desde entonces.
“Estas muertes son muy dolorosas”, agregó. “Los órganos internos empiezan a fallar uno por uno… Es horrible presenciar la situación”.