sábado, noviembre 23, 2024
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Reflexiones sobre la resistencia no violenta en Venezuela

Regis Iglesias Ramírez y JOHN SUÁREZ,

El pueblo y los líderes democráticos venezolanos tienen el deber ahora de defender la soberanía popular manifestada cívicamente con el voto por la libertad y esta vez parecen estarlo haciendo. Puede alguien afirmar que no debieron ir a las elecciones con un Consejo Nacional Electoral que es una extensión vulgar del régimen chavista, entre otras muchas contrariedades y evidencias de que el fraude, como en pasadas ocasiones, sería la salida del régimen para mantener su infame poder y bochornosos privilegios para ralentizar el inevitable el día feliz de la libertad.

El proceso debió ser denunciado e impugnado en el mismo momento que el chavismo comenzó a violar los acuerdos de Barbados y no se permitió a María Corina Machado participar como candidata. Debió ser puesto bajo advertencia en el momento que no dejaron entrar los observadores internacionales una vez que se decidió participar de las votaciones y se debió denunciar más enérgicamente las irregularidades que se presentaron durante el día, que fueron ilustrativas de las intenciones del régimen gansteril chavista.

Pero a pesar de que la esencia del régimen, de todos los regímenes comunistas es perversa y criminal los venezolanos decidieron aceptar el desafió, el pueblo decidió ir a las urnas a dar su voto a Edmundo Gonzáles y la inmensa mayoría le dio la victoria apoyando el cambio y la libertad.

Es lo que pasó en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Albania, Letonia, Estonia y Lituania, en Chile y Sudáfrica. Los antiguos pueblos cautivos tras la cortina de acero o maniatados por regímenes autoritarios en el cono sur de América o como el del apartheid en Sudáfrica, votaron aun en medio de la dictadura, como ahora lo hicieron los venezolanos, luego de acuerdos entre las partes para favorecer y garantizar la transparencia y legitimidad de aquellos procesos, era también el espíritu de las reuniones de Barbados y vencieron con sus votos la tiranía porque también sus líderes fueron consecuentes y, no olvidemos, porque la comunidad internacional fue solidaria.

Quien ignore esto y trate de disminuir la lucha cívica que los pueblos han elegido para lograr su libertad o desvalorice la no violencia para caminar hacia sociedades libres y prósperas está en su derecho a creer en otra vía pero tampoco la violencia es garantía de éxito allí donde se ha intentado como solución.

En su estudio de 2008 «Por qué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica de los conflictos no violentos», las académicas universitarias Maria J. Stephan y Erica Chenoweth compararon los resultados de 323 acciones de resistencia no violenta y violenta entre 1900 y 2006. Descubrieron que las principales iniciativas no violentas tuvieron éxito el 53 por ciento de las veces, en comparación con poco menos de la mitad de las campañas de resistencia violenta (26 por ciento).

También, el análisis revela «que las campañas no violentas tienen más probabilidades de tener éxito que las campañas violentas frente a una represión brutal». Esto también requiere que el movimiento de oposición no violenta tenga una visión estratégica y mantenga su postura no violenta incluso frente a una represión severa.

¿ Hay que poner ejemplos? Las dictaduras no terminan por un gesto de varita mágica nunca, eso seguro. Sabemos el precio, lo hemos pagado. Cada pueblo tiene su propia realidad y siempre de una manera u otra encuentra respuestas y soluciones para decidir su presente y futuro.

Quien crea y proponga soluciones extremas, que no radicales porque radical es ir a la raíz del problema y el problema principal en sociedades totalitarias es la falta de soberanía popular, que aliste tropa y recursos bélicos para lograr su propósito. Pero esto sería un error porque la violencia pocas veces trae la libertad y crea naciones sanas. Y por supuesto si la propuesta es solo un bluf catártico motivado por la frustración generada por el timo a la voluntad popular, sólo queda en discurso y lenguaje de barricada cafetinesco, aún más patético.

Narcóticos Anónimos, en una publicación de 1981 que denominaron «el texto básico», observó que «la locura es repetir los mismos errores y esperar resultados diferentes». Lo mismo se aplica tanto a los drogadictos como a quienes recurren a la violencia. La historia ha demostrado que la no violencia es un método de lucha superior que ofrece mayores posibilidades de éxito y menos muerte y destrucción.

Qué pasara ahora en Venezuela es una pregunta que solo los líderes de la oposición democrática y el pueblo venezolano pueden responder. Esperemos que no se cansen y continúen en la denuncia y el reclamo cívico del pueblo organizado en la movilización por su libertad.

¿ Cuál será la posición de la comunidad internacional? También es una pregunta que deberá responder la comunidad de naciones libres. Pero la posición digna, coherente y solidaria no puede ser otra que no reconocer al dictador, intentar crear una Comisión Independiente de Observadores Internacionales que vea todas y cada una de las actas de votación y así se proclame, como todo indica fue la voluntad de los venezolanos, el triunfo de la oposición cívica. Si esto no es aceptado en breve por los delincuentes que por veinticinco años se han adueñado de Venezuela, decretar un boicot y aislamiento internacional como se hizo a la Sudáfrica segregacionista de los años 80s. Lo hemos pedido para la tiranía castrista y su partido comunista de Cuba y lo pedimos también para el régimen de Nicolas Maduro y su Cartel de cafres.

Al final los protagonistas son los propios venezolanos. Ellos definirán si tendrán que pasar 65 años o más para lograr su libertad, como nosotros los cubanos o esta vez por todas se sacuden la tiranía.

Fuente: Diario Las Américas

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