ESPECIAL
@DesdeLaHabana
LA HABANA. – Juan José, emprendedor privado, en Cuba, estuvo un año y medio intentando conseguir un local para instalar una minifábrica de cerveza al oeste de La Habana. “Mojó con billetes (sobornó) a varios funcionarios del gobierno en el municipio Playa para que le aceleraran los trámites. Pero nada. Las cosas nunca se destrabaron”, indicó un pariente de Juan José.
Hace dos años, el 21 de febrero de 2021, el periódico estatal Juventud Rebelde publicó esta noticia: “Empresas de China y Cuba firman acuerdo en pos de instalar minifábrica de cerveza en La Habana”. Según la prensa oficial, el embajador cubano en Pekín, Carlos Miguel Pereira, comentaba que el convenio lo suscribieron la compañía Jinan China-Germany Co LTD y la empresa cubana Maquimport.
“Se trata de la primera importación de este tipo que realiza el Grupo Empresarial del Comercio Exterior en el Estado asiático, para apoyar a una forma de gestión no estatal. Explicó Pereira que los equipos adquiridos irán a un local abandonado del Gobierno Municipal de Playa, al oeste de La Habana, que se convertirá en un complejo gastronómico”, se lee en el reporte.
El 5 de abril de ese propio año, Cubadebate publicó un extenso reportaje titulado «Proyecto Local sin local o el sueño que se va como la espuma de cerveza», y mostraba el extenso catálogo del absurdo económico que funciona en la Isla.
Lo que ha vivido el emprendedor Juan José y su grupo es un auténtico sainete criollo. Invirtieron una suma considerable de dólares para importar la maquinaria, siguiendo al pie de la letra el macarrónico reglamento instituido para las “formas de gestión no estatal”, como pomposamente denomina el régimen a los negocios privados.
Adiós al sueño
Juan José, pasó por todos los vericuetos diseñados por la burocracia cubana, intentando obtener una licencia que le permitiera producir malta y cerveza de primera calidad. Pero el monopolio de la burocracia estatal no lo aprobó. Adiós al sueño de abrir un negocio que generaría 30 nuevos empleos y podría llegar a producir 4.500 litros de malta y cerveza diariamente.
¿Por qué Juan José no fue aprobado? “Apareció un tipo con más dinero y mejor conectado. Así de simple”, asegura un ex funcionario del partido comunista en la capital. Y cuenta a DIARIO LAS AMÉRICAS los turbios manejos detrás de una licitación lícita o la concesión de un permiso a un negocio privado o una MIPYME. A continuación, su testimonio.
“Conozco el caso de la cervecera que se iba a montar en Playa. Esos emprendedores pasaron el filtro y las investigaciones internas. Estábamos aun en la etapa de la pandemia y se necesitaba con urgencia reactivar la economía y generar nuevos negocios de bienes y servicios. Pero en Cuba no hay una subasta pública para determinar, de acuerdo con las propuestas que presenten, a quién se le otorga el permiso para abrir el negocio”.
Por debajo del tapete
“Todo funciona mediante las relaciones y el dinero que se mueve por ‘debajo del tapete’ [para comprar influencias]. Después de aprobada la Mipyme por los ministerios de Finanzas y Precios, Economía y Planificación y otros ‘factores’ [funcionarios] del gobierno, el intendente del municipio es el que da el OK. Desde un primer momento, en las nacientes MIPYMES vieron una mina de oro. Las mordidas de dinero son grandes. Para aprobar determinado negocio, como un bodegón que vende alimentos o una mini industria que elabora conservas, hay que pagar entre 3 y 5.000 dólares o su equivalente en pesos”.
“La cuenta da. Si el negocio es una cooperativa de la construcción, los funcionarios del partido en el municipio o la provincia se encargan de conseguirte los trabajos. Por ejemplo, un contrato para pintar determinada empresa estatal se tasa en 300.000 pesos y de ese dinero el presidente de la cooperativa le paga 30 o 40.000 pesos al intendente. Por supuesto, nunca directamente”.
“Con las MIPYMES el negocio es más suculento y una pila de auras tiñosas del gobierno están rondando esos ‘bisnes’ que dan plata (dinero). Desde el permiso de importación (las importadoras estatales cobran una gabela que llega al 20%), hasta pagar 300 dólares a pejes chicos para que aceleren la operación o 2.000 o 3.000 dólares a un funcionario de nivel para que te arriende un local en una zona céntrica de la ciudad”.
Según el exfuncionario, la intención del gobierno es aprobar la mayor cantidad de MIPYMES posibles. Desde que se inició el proceso en septiembre de 2021 y hasta noviembre de 2022, el Ministerio de Economía y Planificación, había aprobado 5.643 mipymes privadas, 68 mipymes estatales y 59 cooperativas no agropecuarias.
“En los pasillos de las sedes del gobierno provincial se rumora que las MIPYMES van a vender su mercancía hasta en las bodegas de Comercio Interior. Se están privilegiando los negocios que puedan invertir cientos de miles de dólares o uno o dos millones. La estrategia es desmontar el bloqueo (embargo comercial), porque esos negocios privados pueden importar directamente desde Estados Unidos y la OFAC les otorga licencia”, aclara.
“Claro, no toda la gente que maneja esos negocios es confiable políticamente. Por eso han irrumpido un grupo de MIPYMES misteriosas que las manejan ‘pesos pesados’ de las FAR, el MININT o parientes y amigos de funcionarios importantes del gobierno. El negocio tiene el beneplácito de los rusos que ahora mismo están asesorando la economía cubana. El Estado no desembolsa un dólar. Todos los gastos corren a cuenta de las MIPYMES a las cuales les cobra un 30 o 35% de impuestos. Negocio redondo”, concluye el exfuncionario.
Un empleado de una MIPYME habanera confiesa que todos “esos negocios no tienen el mismo rango. Hay MIPYMES que mueven unos pocos miles de dólares y otras que manejan millones. A esas, el gobierno les tiene echado el ojo. Casi todas están en componenda con las autoridades o altos cargos del gobierno son dueños del negocio”. Y describe el modus operandi para reabastecerse de dólares y tener una clientela por la izquierda.
“Como los bancos del Estado no te venden dólares -solo a las MIPYMES privilegiadas les venden divisas a menor precio y les permiten importar productos directamente-, las otras comprn euros y dólares en el mercado informal, de acuerdo a la cotización diaria que publica el medio digital El Toque. Pero como en estos momentos hay déficit de dólares, yo estoy pagando el dólar a 195 pesos, uno o dos pesos por encima de la cotización del día. Después, cuando compramos el contenedor con alimentos, esa subida de precio en la divisa se añade al costo de venta. Al encarecerse el dólar, suben los precios de los productos que vendemos. Algunas MIPYMES tienen permiso para importar carne de cerdo, pollo, quesos y embutidos. El dueño del negocio vende una parte en el local arrendado y otra se vende por la izquierda, para no pagar impuestos, a clientes VIP, por lo regular dueños de paladares y otros que pagan con dólares en efectivo y compran grandes cantidades”.
De represor a empresario
A exoficiales de las FAR y el MININT se les ha permitido abrir negocios privados. Yoandy Riverón, identificado como el oficial ‘Cristian’ de la Seguridad del Estado, quien hostigó y reprimió a activistas disidentes en la provincia Villa Clara, ahora devenido empresario, es dueño de la tienda de calzado Jona’s SURL en el poblado de Camajuaní. Un ex gerente de CIMEX, subraya que existe «una estrategia para reconvertir a un grupo de militares y funcionarios retirados en dueños de negocios y que en un futuro puedan burlar el bloqueo yanqui. Desde hace tiempo pesos pesados del gobierno tienen cuentas en paraísos fiscales y son dueños de negocios muy lucrativos. Utilizan a testaferros y a ciudadanos extranjeros como intermediarios para establecer empresas en el exterior”.
La dictadura intenta monopolizar los negocios privados más rentables y aglutinar una incipiente oligarquía obediente a sus intereses. Como en Rusia. Hay un segmento de comercio, las ventas de alimentos online que se pagan con tarjetas internacionales de crédito, cuyos propietarios son personajes importantes del régimen. Es el caso de Supermarket, regentada por Guillermo García Frías, un nonagenario ex combatiente de la guerrilla de Fidel Castro en la Sierra Maestra, que ya no ocupa ningún cargo político, pero tiene más poder que cualquier ministro. O Ramiro Valdés, otro de los llamados ‘históricos’, al frente de COPEXTEL, que maneja un negocio digital en dólares.
Hugo Cancio, empresario cubanoamericano, dueño de la empresa Fuego Enterprise, no pertenece a la nomenclatura oficial ni es afiliado al partido comunista, pero administra un negocio de ventas de alimentos que importa directamente desde Estados Unidos. Y recientemente la OFAC le otorgó una licencia para importar automóviles a Cuba.
El capitalismo de compadres que prevalece en Cuba cada vez, nos acerca más a Haití.