CARACAS.- Venezuela se aproxima a un escenario electoral similar al de mayo de 2018 -cuando el dictador Nicolás Maduro fue electo en unos comicios calificados de fraudulentos-, con el que el régimen chavista pretende perpetuarse en el poder por seis años más.
Desconociendo los acuerdos de Barbados, que establecen, entre otros puntos, la revisión de las inhabilitaciones políticas y garantías electorales, que incluían la celebración de elecciones en el segundo semestre de 2024, el régimen de Maduro promueve una “gran consulta nacional” con sectores cuestionados de la oposición en aras de avanzar en la construcción de un calendario electoral.
Esto, sin tomar en consideración el liderazgo de María Corina Machado, candidata de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) -alianza que agrupa a los principales partidos opositores del país-, quien resultó electa en el proceso de primarias celebrado el 22 de octubre de 2023 con más de 2,5 millones de votos.
“Mañana (5 de febrero) a las 12:00 del mediodía todos los partidos políticos y grupos de electores ya han confirmado su asistencia en el Palacio Federal Legislativo para iniciar la gran consulta nacional”, expresó Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (AN) y jefe de la delegación chavista en el proceso de negociación.
En el marco de la conmemoración del intento de golpe de Estado perpetrado por Hugo Chávez en 1992, Rodríguez ratificó el llamado que había hecho el martes a precandidatos, partidos políticos, empresarios y miembros de la sociedad civil para elaborar una propuesta de cronograma electoral para presentar al Consejo Nacional Electoral (CNE) y que convoque los comicios presidenciales previsto para este año.
“A comprar alpargatas, que lo que viene es joropo”, advirtió el funcionario chavista, cercano a Nicolás Maduro, quien prevé tener lista la agenda comicial “mucho antes” del 18 de abril.
“Ruta electoral fraudulenta”
María Corina Machado, sobre quien pesa una inhabilitación política ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que actúa como brazo judicial del régimen, expresó su rechazo a la convocatoria realizada por el chavismo.
A través de un breve mensaje difundido en su cuenta de X, antes Twitter, afirmó que esta reunión desconoce el compromiso asumido en Barbados por “unas elecciones libres y limpias”.
“Su maniobra es una ruta electoral fraudulenta que viola la voluntad de millones de venezolanos expresada en las primarias del 22 de octubre y de todos”, aseveró en la publicación, en la que acusó al régimen de querer “lavarse la cara al comprometer, por la vía de la amenaza y el chantaje, a instituciones y personas” para que acudan a ese encuentro.
La abanderada unitaria alertó a la comunidad internacional de esta “burda manipulación” y reiteró que la estabilidad, buenos negocios y paz sólo son posibles “con Estado de derecho, justicia, bienestar social, democracia y libertad”.
“Mantengamos el foco en construir más y más fuerza cada día para obligarlos a hacer elecciones presidenciales libres y limpias este año, en las que les daremos su gran derrota”, subrayó Machado.
María Corina Machado, la única candidata
Distintos voceros del régimen de Maduro han dejado claro su intención de dejar fuera del juego electoral a la líder opositora, a la que acusan de tener “delirios de grandeza” y tildan de “arrogante” por defender su derecho a participar en estos comicios en los que está en riesgo el destino del país suramericano.
“Aquí no va a haber elecciones fraudulentas. Yo recibí el mandato de casi tres millones de venezolanos que ejercieron soberanía popular el 22 de octubre, y que yo represento. No pueden hacer elecciones sin mí ni sin los que votaron ese día”, expresó la opositora tres días después de conocerse el fallo del TSJ, en compañía de excandidatos y representantes de los distintos partidos de la PUD.
La líder opositora, junto a las organizaciones políticas y de la sociedad civil que la respaldan, han descartado, por los momentos, la posibilidad de designar un sustituto para que se mida con Maduro o el contrincante que designe el chavismo en este proceso electoral.
Con su lema “hasta el final”, Machado se mantiene como la única candidata de la mayoría opositora.
Maduro busca perpetuarse en el poder
Este domingo, en un comunicado difundido por redes sociales, la coalición opositora reiteró su compromiso y el de su abanderada de lograr este año el cambio político por la ruta electoral.
Alertó sobre la pretensión de Maduro de “quedarse en el poder sin tener el apoyo de los votos del pueblo”, por lo que junto a “algunos aliados” promueven reuniones para intentar “diseñar un tipo de proceso electoral que se adapte” a esa intención que va “en contra del sentir de la gran mayoría de los venezolanos” que apoyan un cambio político por “la vía democrática”.
“Desde la Plataforma Unitaria Democrática consideramos que el espacio político para discutir esta materia es el Acuerdo de Barbados, dentro del cual ya la representación del gobierno y nuestra Delegación Negociadora acordaron y firmaron, entre otros temas, proponer conjuntamente que el proceso electoral presidencial sea en el segundo semestre del año 2024”, reza el documento.
Además, resaltó que si bien el proceso de negociación es el “espacio político” para discutir el calendario electoral, constitucionalmente esta es una competencia del CNE, como ente rector de los procesos electorales.
“Si lo considera conveniente (el CNE), como debería serlo, puede convocar, antes de tomar las decisiones, a reuniones para oír la opinión de todos los interesados”, apuntó, al remarcar que la reunión convocada el lunes solo puede obedecer a “la intención de distorsionar lo que debe ser un proceso electoral transparente, capaz de garantizar el respeto a la voluntad del pueblo expresada libremente”.
¿Una oposición a la medida?
Dejando por fuera a María Corina Machado y a los partidos que la respaldan, el chavismo busca crear un escenario electoral similar al registrado en el 2018, cuando la oposición decidió no participar por considerar que era un proceso “fraudulento” de origen, que no contaba con las garantías electorales que establece la Constitución.
En esa oportunidad, el proceso fue convocado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), presidida por la actual vicepresidente chavista, Delcy Rodríguez, y que ejercía las funciones de la AN electa en 2015.
En ese proceso, cuestionado nacional e internacionalmente y en el que Maduro se ganó el desconocimiento de más de 60 países, el dictador se midió con tres candidatos que estaban lejos de representar a la mayoría opositora: Henry Falcón, de Avanzada Progresista (hoy judicializada); Reinaldo Quijada, del partido disidente del chavismo UPP89; y Javier Bertucci, de Esperanza por el Cambio.
Ahora, en lo que parece ser el surgimiento de una nueva oposición a “su medida”, en la que su permanencia en el poder no corra peligro, surgen al menos nueve candidaturas de dirigentes que se dicen opositores. Entre ellos se encuentra, Antonio Ecarri, por la Alianza de El Lápiz, quien declinó participar en las primarias opositoras por considerar que representaban la “unión de un grupito”.
También participarán Benjamín Rausseo, comediante conocido como “Er conde del guácharo” que tras pedir participación del CNE en las primarias, se deslindó del proceso; Leocenis García, del partido Prociudadanos, a quien recientemente el TSJ le levantó la inhabilitación política que tenía desde 2021; y el propio Javier Bertucci, que busca su segunda “oportunidad”.
Otros aspirantes a Miraflores, que tienen mayor cercanía con el chavismo y pertenecen a los partidos opositores que fueron judicializados por el régimen, son: Luis Eduardo Martínez, del partido Acción Democrática calificado de “alacrán”; José Brito, de Primero Venezuela, que busca suplantar a Primero Justicia; Juan Carlos Alvarado, del Copei intervenido por el TSJ; y Luis Alejandro Ratti, quien se proclama presidente del movimiento Vente Venezuela, perteneciente a María Corina Machado.
A ellos se les suma, además, el periodista Seir Contreras, quien fue despedido de la planta televisiva afín al chavismo, Globovisión, por sus críticas al régimen de Maduro.
El joven, que indicó que también asistirá a la reunión convocada por el chavismo, aseguró que no busca ser un “factor de división” sino sumar por Venezuela. “Yo no soy una falsa oposición. Soy de oposición, pero no de ‘la oposición’ (PUD). Mi partido en este momento es Venezuela”, agregó.
Esta sería la “oposición” con la que Maduro vaticina una “gran victoria” en las elecciones presidenciales del 2024.
“El equipo gana y vamos a ganar por las buenas o por las malas”, advirtió Maduro este domingo a la oposición, dejando en evidencia que una contienda electoral no tendría sentido porque el chavismo la «ajusta a su medida» para perpetuarse en el poder.