MANAGUA.- El régimen sandinista de Daniel Ortega clausuró este lunes otras 15 ONG, entre ellas siete religiosas, según resoluciones publicadas en el diario oficial La Gaceta.
Seis entidades fueron clausuradas por «incumplimiento de sus obligaciones», el argumento empleado por Ortega para clausurar las oenegés a través del órgano represivo, el ministerio del Interior. Con la medida, la dictadura confisca a los ONG sus bienes y propiedades y las pasa supuestamente a manos del Estado, una práctica de despojo que también aplicó durante la primera dictadura sandinista (1979-1990). Las otras nueve por «disolución voluntaria», dijo el régimen.
Nicaragua endureció las leyes sobre asociaciones civiles tras las protestas contra el régimen de Daniel Ortega en 2018, que en tres meses dejaron más de 300 muertos por la represión, según la ONU.
Entre las organizaciones religiosas clausuradas están Cáritas (institución católica de asistencia social) de la ciudad norteña de Matagalpa y entidades evangélicas como la Iglesia de Pentecostés y la Iglesia del Buen Samaritano.
También fue cerrada la Asociación de Canotaje de Managua.
El régimen de Ortega acusa a las ONG de financiar las protestas de 2018, las cuales tildó como un intento de golpe de Estado promovido por EEUU.
La clausura de ONG se basa en un marco legal endurecido en Nicaragua, donde el régimen de Ortega ha cerrado unas 3.600 desde 2018.
Persecución a la Iglesia
Además, Ortega arremete contra la Iglesia católica, con el arresto y expulsión del país de decenas de religiosos.
El jueves pasado, el mismo régimen de Ortega confirmó la llegada a Roma de siete sacerdotes católicos nicaragüenses quienes, según la oposición y medios de prensa, fueron “desterrados” tras permanecer bajo vigilancia o retención policial desde inicios de agosto.
La declaración, publicada en el portal oficialista El 19 digital, no ofreció más detalles del caso que causó revuelo en la última semana en Nicaragua, donde medios de prensa independientes habían reportado “una nueva ola de arrestos” de religiosos católicos.
Según organismos de derechos humanos, los religiosos eran miembros de las diócesis de Estelí y Matagalpa (ambos departamentos del norte del país) y habían sido detenidos o puestos bajo retención policial en sus casas o parroquias desde el pasado 1 de agosto, junto a otros seis sacerdotes cuyo paradero no se ha dado a conocer.
Cárcel y destierro para líderes cristianos
Estos organismos señalan que hasta la fecha 46 religiosos han sido expulsados de Nicaragua por el régimen de Ortega, y al menos 60 sacerdotes y monjas han sido forzados al exilio y/o impedidos de retornar al país tras haber viajado al exterior por trabajo o por razones de salud.
El régimen de Ortega mantiene una confrontación con la iglesia católica que se agudizó tras las protestas de abril de 2018, cuando el dictador, que permanece en el poder desde enero 2007 por la vía del fraude electoral, acusó a los obispos de ser parte de un “fallido golpe de Estado” supuestamente organizado por la oposición y EEUU.
La persecución a la iglesia incluyó el encarcelamiento durante un año del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, condenado por supuesta “conspiración” y “terrorismo” y desterrado al Vaticano en enero pasado junto con otros 18 religiosos previamente arrestados en Nicaragua.
Otros ocho sacerdotes católicos nicaragüenses habían sido deportados a Estados Unidos en un avión en febrero de 2023, como parte de un grupo de 222 presos, y fueron desterrados, expropiados y despojados de su nacionalidad.
En octubre pasado, 12 sacerdotes más fueron enviados también al Vaticano tras sufrir detención por parte de la policía.