Irán busca por todos los medios aliviar las sanciones que pesan en su contra desde 2018. Ese año Donald Trump salió del acuerdo nuclear por no ser suficientemente efectivo contra la manipulación y el control de uranio en ese país. Aún así, los esfuerzos iraníes habrían continuado bajo cuerda, lejos de la mirada de la Casa Blanca.
La estrategia: socavar la administración de Trump. Para ello, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, se reunió con personas que hoy son funcionarios de Joe Biden o lo fueron de Barack Obama. Los encuentros revelados por The Washington Times habrían sido en el año 2019 y en ellos figuran los nombres de Robert Malley, actual enviado especial para Irán; John F. Kerry, enviado especial para el clima, y Ernest Moniz, exsecretario de Energía de Obama.
No es la única revelación. El medio también agrega que Teherán esperaba que una nueva administración demócrata regresara pronto al poder en Estados Unidos. Es decir, EE. UU salió del acuerdo nuclear e impuso sanciones, pero el régimen iraní siguió moviendo fichas a espaldas de los canales oficiales, con el apoyo del equipo de Biden y apuntando a una posible presidencia de sus aliados.
Tal influencia dentro de las filas de Obama y Biden no habría sido de la noche a la mañana. Javad Zarif se encargó de cultivar las relaciones durante la última década según The Washington Times. Las relaciones crecieron hasta que sus integrantes se convirtieron en fuentes de inteligencia y seguridad nacional de alto nivel que permitieron al régimen iraní pasar por alto a Trump y trabajar directamente con los veteranos de la administración Obama, completa el medio.
Un acuerdo poco efectivo
La situación no es menos que alarmante. Recientemente el equipo de Joe Biden anunció que se sentarán a negociar con Irán respecto al Plan de Acción Integral Conjunto. El país se ha alejado poco a poco de su compromiso mientras presiona a EE. UU. para que retire las sanciones económicas. La nueva postura de EE. UU. ha sido catalogada como flexible ante un régimen que no para de amenazar.
Antony Blinken, secretario de Estado, mantuvo un encuentro virtual con tres ministros de Exteriores europeos, a quienes señaló que el acuerdo nuclear de 2015 «fue un logro clave de la diplomacia multilateral», indicó EFE.
Los funcionarios de Biden y de Obama que figuran en la nota de The Washington Times fueron precursores de aquel acuerdo nuclear, que establecía un límite de enriquecimiento uranio a 3,67 %, la disminución de las reservas de uranio enriquecido bajo en 98 % y la reducción de centrifugadoras.
Sin embargo no funcionó del todo. La presencia en el acuerdo de Rusia, Reino Unido, China, Francia, Alemania y la Unión Europea, no le impidió a Irán aumentar los niveles de enriquecimiento de uranio, una actividad que los puede acercar a la creación de una bomba nuclear.
A finales del año pasado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ya indicaba que ese país enriquecía uranio al 4,5 % y almacenaba 12 veces más uranio de lo permitido. También detectaron restos del material en zonas clandestinas. No hubo pronunciamientos desde el régimen de Hasán Rohaní, pero las cosas cambiaron tras la elección de Joe Biden como presidente de EE. UU.
Se caldean los ánimos
El año 2021 comenzó con un anuncio poco difícil de ignorar. El portavoz de la dictadura iraní, Alí Rabi, informó que estaban enriqueciendo uranio a 20 %. Nuevamente se reducía la brecha entre Irán y el 90 % necesario para la creación de una bomba nuclear.
Poco después el ejército iraní realizó ensayos con drones de guerra bautizados como «suicidas», capaces de penetrar y atacar en territorios enemigos Se hicieron simulaciones de «combate, vigilancia, reconocimiento y guerra informática».
A todas estas, la Casa Blanca aseguraba que no levantaría las sanciones hasta que Irán dejara de enriquecer uranio, lo dijo el propio Joe Biden. Sus palabras retumbaron en ese país, provocando no solo la respuesta del ayatollah Ali Khamenei, sino el pronunciamiento del gobierno en pleno, que finalmente admitió la intención de desarrollar armas nucleares.
“Nuestro programa nuclear es pacífico y la fatua del líder supremo ha prohibido las armas nucleares, pero si empujan a Irán en esa dirección, entonces no sería culpa de Irán, sino de los que lo empujaron”, dijo el ministro de Inteligencia, Mahmoud Alavi.
Luego de tales declaraciones ocurrió que EE. UU. se mostró dispuesto a negociar. Antony Blinken, secretario de Estado, lo confirmó con el encuentro virtual con los tres ministros de Exteriores europeos.
Ahora Irán aumenta la presión, el gobierno amenazó con enriquecer uranio a 60 %. “El nivel de enriquecimiento de uranio de Irán no se limitará al 20 %. Lo aumentaremos a cualquier nivel que el país necesite… Podemos aumentarlo al 60 %”, dijo el ayatollah Ali Khamenei de acuerdo a Reuters.
¿Adiós a la ONU?
La OIEA anunció que Irán ha aumentado el número de centrifugadoras más modernas y rápidas para producir uranio enriquecido. En la nación entrará en vigor una ley que restringirá la visitas del organismo adscrito a la ONU, lo que complicaría el seguimiento a la línea bélica-nuclear del régimen.
En paralelo, tampoco hay respuesta sobre el origen de partículas atómicas en varios lugares no declarados oficialmente como nucleares hasta ahora.
El director de la agencia nuclear, Rafael Grossi, viajará Irán para tratar de convencer al gobierno de ese país de que no limite las inspecciones internacionales.
Las cartas están echadas en la disputa nuclear que mantiene en vilo a la diplomacia internacional. Sin embargo, quedaría claro que el régimen iraní esperaba un nuevo gobierno para verse beneficiado económica y políticamente.
Fuente: PanamPost