CIUDAD DE PANAMÁ.- Las autoridades migratorias de Panamá revelaron cifras consolidadas de 2024 en donde se sentencia que por la selva del Darién atravesaron 163,165 personas menos con respecto a 2023, gracias a las políticas de control tras un acuerdo migratorio firmado con EEUU.
Panamá estableció mayores controles biométricos y activó el mecanismo de la deportación y eso sin lugar a dudas rindió sus frutos, porque desde enero a octubre hay 37% menos, cuando para esta época más bien se esperaba un mayor incremento.
El ente oficial informó que para igual período en 2023 cruzaron 442,333 migrantes frente a los 279,168 de este año. Sin embargo, Migración Panamá informó que no bajará la guardia y seguirá afinando las medidas para que disminuya la travesía por la peligrosa selva que hace frontera con Colombia.
Las principales nacionalidades que llegaron a Panamá, luego a cruzar ese peligroso camino son de Venezuela, Ecuador, Colombia y China.
En lo que va de octubre han sido 15,872 personas un promedio diario de 750 cuando el año pasado llegó a ubicarse en 1,200 diarias. Sin embargo, en septiembre, Seguridad de Panamá registro que 25,111 migrantes cruzaron, 51% más que en agosto, siendo el 80% venezolanos (atribuido a la crisis política tras las elecciones del 28 de julio), el resto colombianos, ecuatorianos, chinos y otras nacionalidades, aún así las cifras consolidadas reportan una disminución.
La Operación de Flujo Controlado de Migrantes Irregulares de Panamá tras el acuerdo firmado con Estados Unidos ha venido mostrando mejores resultados. Las personas que siguen su camino para alcanzar el llamado “sueño americano” son sometidos a controles biométricos.
Cada vez son más expulsados por presentar antecedentes penales relacionados con delitos graves como fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, así como hurto calificado y agravado, y lesiones personales dolosas, informaron las autoridades panameñas, dando cumplimiento al Memorándum de Entendimiento, firmado por Panamá y Estados Unidos.
Y tal vez por eso es el motivo que otra ruta migratoria como la isla de San Andrés de Colombia ha venido incrementando su uso, con migrantes que llegan a Nicaragua y de allí siguen las caravanas centroamericanas en donde se consiguen con los grupos que atravesaron el Darién.
Presión en salud
La afluencia de migrantes a través de la selva del Darién le agrega una presión a los sistemas de salud en Colombia y Panamá, según datos proporcionados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Un análisis del perfil de los migrantes que buscan atención médica en ambos países revela una disparidad en la distribución de consultas entre diferentes grupos de edad y género, destacando los desafíos de esta crisis migratoria.
La OPS muestra que la mayoría de los migrantes que consultan servicios de salud son mujeres entre 20 y 49 años, un grupo que representa la mayor carga para ambos sistemas de salud.
En Colombia, este grupo es particularmente significativo, con más de 600 mujeres que han acudido a servicios de salud, en comparación con aproximadamente 450 hombres en el mismo rango de edad.
En Panamá, aunque la tendencia es similar, el número de consultas por parte de las mujeres en este grupo de edad es levemente menor que en Colombia, mientras que los hombres en este rango también acuden en menor número.