WASHINGTON — Los republicanos aprobaron el jueves en la Cámara de Representantes de Estados Unidos un paquete de asistencia a Israel, desafiando al presidente Joe Biden quien quería que esa ayuda fuera acompañada de fondos para Gaza, Ucrania y los socios en Asia.
La decisión tiene muy pocas posibilidades de éxito pues Biden amenazó con vetarla.
La Cámara de Representantes aprobó el jueves un paquete de ayuda militar para Israel por 14.500 millones de dólares, una respuesta firme de Estados Unidos a la guerra contra Hamás, pero que también muestra un enfoque partidista del nuevo presidente del recinto, Mike Johnson, que representa un desafío directo a los demócratas y al presidente Joe Biden.
Congreso dividido por la ayuda
El Legislativo está dividido en torno al tipo de apoyo a sus aliados en el extranjero.
Tanto los demócratas como los republicanos pretenden que se libere de inmediato ayuda militar para Israel, el más tradicional aliado de Estados Unidos, el cual está en pleno conflicto militar con el grupo terrorista Hamás.
Sin embargo, las cosas ya son más complicadas cuando se trata de Ucrania.
Washington es el mayor proveedor de ayuda militar a Kiev y ha comprometido y enviado decenas de miles de millones de dólares desde que Rusia concretó su invasión en febrero de 2022.
Pero la promesa de Biden de seguir apoyando financieramente a Ucrania, reiterada durante la visita del presidente Volodimir Zelenski a Washington en septiembre pasado, está en peligro.
En el Congreso por un lado está la Cámara de Representantes, dominada por los conservadores republicanos y donde un puñado de legisladores piden el fin inmediato de la ayuda a Kiev. Esta institución estuvo sumida durante tres semanas en una parálisis sin precedentes, con una vacante en su cima, y con su nuevo presidente, Mike Johnson, todavía tratando de recuperarse.
Por otro lado, está el Senado, de mayoría demócrata y donde la oposición republicana está mayoritariamente a favor de la ayuda a Ucrania.
«La idea de que el apoyo contra Rusia perjudica otras prioridades de seguridad es falsa», afirmó el líder republicano del Senado, Mitch McConnell.
Consciente del riesgo de cansancio en una parte de la clase política estadounidense, Biden decidió combinar su petición de ayuda para Ucrania -más de 61.000 millones de dólares- con la de asistencia a Israel -unos 14.000 millones-.
El mandatario de 80 años también quiere fondos para hacer frente a China militarmente, invirtiendo en fabricación de submarinos y compitiendo económicamente con grandes proyectos chinos en países en desarrollo.
Biden estima también que necesitaría algo más de 9.000 millones de dólares para responder a las crisis humanitarias internacionales, incluida la desatada en el territorio palestino de la Franja de Gaza con los bombardeos masivos de Israel.
Ardua disputa en puerta
La cúpula republicana de la Cámara Baja desafió a Biden al aprobar sólo la ayuda a Israel.
Para financiar esa asistencia, planean desviar fondos del plan climático e infraestructuras de Biden aprobado el año pasado. Como era de esperar, la Casa Blanca está en contra del plan y también lo está el Senado.
En un alejamiento de las normas, el paquete del presidente de la Cámara Baja requiere que la ayuda de emergencia se compense con recortes al gasto del gobierno en otros ámbitos. Esa táctica consolida al nuevo liderazgo conservador republicano en la Cámara de Representantes, pero también convirtió lo que normalmente sería una votación con apoyo bipartidista en una que divide a demócratas y republicanos. Biden ha dicho que vetará la propuesta.
Johnson dijo que el paquete republicano proporcionaría a Israel la ayuda necesaria para que se defienda, libere a los rehenes tomados por Hamás y erradique al grupo terrorista, logrando “todo esto mientras también trabajamos para garantizar un gasto público responsable y reducir el tamaño del gobierno federal».
Demócratas quieren más dinero
El plan republicano «nace muerto», replicó un portavoz de la Casa Blanca, John Kirby. «Es inconcebible que alguien piense que no necesitamos fondos adicionales para ayudar a llevar agua, alimentos y medicinas a estas personas», dijo.
De su lado, el presidente de la Cámara Baja dijo que «no podemos permitir que continúe la brutalidad que actualmente se produce contra Israel».
Consideró que las medidas de apoyo a otros aliados de Estados Unidos, incluida Ucrania, deberían ser objeto de discusiones posteriores.
La disputa sobre los paquetes de asistencia –que traen al tapete los cuestionamientos de muchos sobre el papel de Estados Unidos como gendarme mundial– promete ser dura.
«He pedido al Congreso un conjunto de medidas que nos permitan cumplir nuestros compromisos con la ayuda humanitaria y la defensa», suplicó Biden en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
«Una paz duradera depende de ello», remarcó.
Los demócratas dijeron que ese enfoque sólo retrasaría la ayuda a Israel. El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, ha advertido que el proyecto de ley “asombrosamente poco serio” no tiene posibilidades de ser aprobado en la Cámara Alta.
Ayuda por debajo de lo que Biden está pidiendo
La primera iniciativa sustancial en el Congreso para apoyar a Israel en la guerra está muy por debajo de la petición de Biden de casi 106.000 millones de dólares, que también respaldarían a Ucrania en su lucha contra Rusia, al igual que los intentos de Estados Unidos para contrarrestar a China y abordar la seguridad en la frontera con México.
Es también la primera gran prueba de Johnson como presidente de la Cámara de Representantes, que dijo que a continuación se ocupará de la ayuda a Ucrania junto con la seguridad fronteriza de Estados Unidos, y que prefiere abordar las peticiones de Biden por separado.