«Las importaciones se mantuvieron, pero la cadencia de las refinerías quedó en un nivel bastante débil, lo que permitió que las reservas subieran», explicó John Kilduff, de Again Capital.
Las importaciones totales de crudo de Estados Unidos bajaron ligeramente, de 6,86 millones de barriles diarios (mbd) a 6,64 mbd. Las exportaciones aumentaron de 2,44 mbd a 2,46 mbd.
Las refinerías funcionaron al 73,8% de su capacidad, un incremento de 0,7% sobre la semana anterior.
Las reservas estratégicas de petróleo aumentaron a su vez en 1,7 mb. El gobierno federal sigue almacenando temporalmente barriles de los grandes productores estadounidenses.
Los precios del crudo se replegaron el miércoles tras la publicación del reporte.
El barril de Brent del mar del Norte cotizado en Londres para entrega en agosto terminó en 40,71 dólares, con baja de 0,6%, y el WTI cotizado en Nueva York para entrega en julio cedió 1,1% a 37,96 dólares el barril.
Caída de producción
Según Kilduff, la otra cifra particularmente notable del informe de la EIA es la caída de la producción, que registró su undécima semana de baja consecutiva y se ubicó en 10,5 mbd, su menor nivel desde marzo de 2018.
A mediados de marzo, la producción había alcanzado su máximo histórico, en 13,1 millones de barriles por día.
Pero la caída del consumo ligada a la pandemia de coronavirus y las medidas adoptadas para intentar disminuir la propagación de la enfermedad llevaron a los productores estadounidenses a recortar su actividad.
«Hubo una clara reacción del sector de extracción y producción en Estados Unidos», explicó Kilduff.
«Eso se traduce en un número históricamente bajo de campos petroleros explotados», detalló el experto.
Por otra parte, la demanda de energía en Estados Unidos aumentó.
Los estadounidenses consumieron en promedio 16,5 mbd en las últimas cuatro semanas. La cifra, no obstante, representa 20,4% menos que en igual período de 2019.
Segunda ola
También el riesgo de una segunda ola de infección por coronavirus, con noticias poco alentadoras provenientes de China, origen de la pandemia, presiona los precios a la baja.
La situación en Pekín es considerada «extremadamente grave» por las autoridades. En total 137 personas se contagiaron desde la semana pasada en la megalópolis de 21 millones de habitantes.
Estos casos llevaron a las autoridades aeroportuarias a anular más de mil vuelos en Pekín, y los habitantes de la capital china fueron invitados a postergar cualquier viaje no esencial, con impacto sobre el consumo de carburante para aviación.
Fuente: Diario las Américas