MIAMI. – En medio de escándalos como el de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años de prisión por un esquema de fraude y aún en el cargo mientras se resuelven algunas apelaciones, Argentina se apresta a participar en las elecciones de octubre para escoger presidente en un escenario político fraccionado entre los propios oficialistas y también dentro de los partidos opositores.
Para entender mejor el panorama previo a esos comicios, DIARIO LAS AMÉRICAS consultó al periodista argentino Hugo Macchiavelli, quien cuestionó el “narcisismo exacerbado” que vislumbra entre el liderazgo opositor para escoger al o los candidatos que enfrentarán en las urnas al kirchnerismo, hoy representado por el presidente Alberto Fernández.
El comunicador afirmó que “el kirchnerismo está en su ocaso” y ve amplias posibilidades en el precandidato Javier Milei, un conservador que compara en algunos aspectos con el expresidente Donald Trump, y de quien destaca su aceptación entre el electorado en general, pero principalmente entre los jóvenes por su “look rockstar” y los simbolismos que viene utilizando en su campaña.
-Muchos ojos en su país y en el contexto internacional están puestos sobre el kirchnerismo y en la imagen de Cristina Fernández de Kirchner. ¿Sigue siendo fuerte este movimiento político en Argentina o todos los escándalos en los que ha resultado involucrado lo han diezmado de alguna forma?
Mucha gente dice que el kirchnerismo está en su ocaso por un proceso biológico y de agotamiento de ese modelo, muy similar al castrochavismo venezolano y cubano, de apropiación y permanencia en el poder como régimen autocrático, de avasallamiento sobre las instituciones fundamentales, como la justicia, y también sobre los medios de comunicación, que han sido quienes han desnudado la corrupción del kirchnerismo, que ha tenido también un revés a nivel judicial. Hay una primera condena a Cristina Fernández de Kirchner, que es ejecutada, y se vienen otras por diferentes megacausas en las que están involucradas los bienes de la familia Kirchner, acusada de lavado de dinero con fondos provenientes de obras públicas. El kirchnerismo, ya agotado, se sustenta ideológicamente con los líderes del Foro de Sao Paulo, también alicaído, sin embargo, siempre se reagrupa. El kirchnerismo ha usado como base de sustentación al peronismo, ese partido histórico que fue el primero en querer modificar la Constitución en 1949. Entonces, este movimiento político está en retirada o está en reorganización para permanecer en algunos distritos fundamentales, como la provincia de Buenos Aires, en donde se van a realinear.
- ¿Cómo está la oposición en estos momentos en Argentina frente al kirchnerismo?
La oposición está dividida, tiene al menos siete candidatos a presidente. Esa oposición que tiene un padre fundador en Mauricio Macri, con el PRO (Propuesta Republicana), aquel partido distrital que llegó a la presidencia de la Argentina, que también incluyó a un partido histórico como la Unión Cívica Radical (UCR), que fue en baja pero que se encuentra hoy en un momento de reanimación. El radicalismo (UCR) tiene dos o tres candidatos a presidente para la interna (primarias). El PRO tiene dos. La Coalición Cívica uno. Esas divisiones y deseos de narcisismo exacerbado en la oposición le generan un caldo de cultivo o una funcionalidad al gobierno (kirchnerismo), algo que le viene como anillo al dedo por el desgaste que eso implica. El kirchnerismo, que tiene al presidente Alberto Fernández, un títere de Cristina Fernández de Kirchner también intentará pelear por una posibilidad. Podría ser Cristina Fernández, si es absuelta, o se presume que podría ser candidata a senadora. Macri probablemente diga que no va a participar como candidato a presidente en días previos a Semana Santa. Es probable que acompañe a quien gane en la interna. Estos desacuerdos en la oposición, incluso en el kirchnerismo como en el peronismo, permiten que figuras como Javier Milei tengan un crecimiento importante.
-Pero Milei, cuya imagen ha subido como la espuma no solo dentro de Argentina, sino también en otras latitudes por sus frecuentes conferencias en temas económicos asociados con la política —en la cumbre de la CPAC en México fue el encargado del cierre del evento con una amplia presencia de público—, también es visto como parte de esa oposición fraccionada.
Milei es alguien que, en términos estructurales, pertenece a la oposición en cuanto al voto antikirchnerista, antioficialista o antiperonista. Sin embargo, paradójicamente, es funcional al kirchnerismo o al oficialismo porque divide a la oposición y tiene sólo una opción con Juntos por el Cambio, es decir, el PRO, la Coalición Cívica, el radicalismo, el peronismo republicano y otros partidos. Parece alguien por fuera de la política este hombre antisistema, que es un fenómeno no solo argentino, sino también regional y mundial, un fenómeno similar al de Trump, con distintas características. También tiene rasgos similares a Jair Bolsonaro. Milei es un experto en economía que fue recorriendo los medios de comunicación, repartiendo algún libro y nos visitó hace algunos años en Radio La Red cuando nadie lo conocía, con su ‘look rockstar’ y su discurso por la libertad que atrae a un público que quiere cambiar el sistema, que son los jóvenes, a quienes les llega muy fácil porque tal vez no tengan la reflexión o la autocrítica del electorado habitual más maduro, más pensante, que saben que Milei es una buena alternativa, pero difícil de ser ejecutada, en la práctica, porque no tiene el respaldo que tuvo Trump, ni siquiera el de Bolsonaro para lograr las alianzas suficientes en el Congreso. Sin embargo, siempre es incierto calificar de antemano a alguien que todavía no ha ejecutado un cargo ejecutivo, y como él lo ve muy académico, quizás la percepción que se tiene de él es la de un economista, alguien acotado a ese aspecto y sin experiencia ejecutiva. Si bien es legislador, tiene ideas demasiado innovadoras o rupturistas. Por ejemplo, cerrar el Banco Central, algo que no han hecho los países más serios, aunque es cierto que el banco, tan dependiente del gobierno de turno, emite dinero a instancia de lo que le pide el mismo gobierno para hacer su mecánica populista.
-Alguien tan conservador, defensor de posturas que están en contravía del gobierno de turno y de esa mancha roja de la izquierda que se ha posado sobre el continente, ¿cabe en estos momentos dentro del espectro político argentino?
Su discurso llega al electorado en general y su ‘look’ gusta sobre todo a los jóvenes, y su idea del ‘león y la libertad’ son dos conceptos simbólicos y lingüísticos que impactan favorablemente para este nuevo siglo, donde los oficialismos pierden en todo el mundo, donde hay un desgaste de la dirigencia política en general y donde la gente tiene indignación por lo que hacen los políticos que viven de manera privilegiada. Milei es un fenómeno argentino, pero también regional y, por qué no, de otras latitudes.
- ¿Cómo están las encuestas de cara a las primarias partidistas en su país?
Las encuestas dividen en tres tercios, más o menos, el paquete electoral. Las del gobierno dicen que el oficialismo puede llegar hasta un 30%. Las contrarias dicen que tiene un 20%. Incluso Milei, con un 20% o 25%, es un es tercio también en términos generales, pero es alguien que puede definir una elección y que algunos señalan que puede ir a una segunda vuelta. Eso es muy aventurado descifrarlo todavía, más no imposible.