lunes, noviembre 25, 2024
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Retos para Trump: Derroche, deuda y burocracia en Washington

MIAMI- El gasto de la administración de Joe Biden y Kamala Harris ha sido el mayor de un mandato de cuatro años en la historia de Estados Unidos.

Sólo en costos adicionales (directos e indirectos) para los contribuyentes en inmigración, defensa y la guerra de Ucrania, la cifra se aproxima a los 2 billones (trillions) de dólares.

Biden y Kamala dejan una deuda pública de casi 36 billones (trillions) de dólares.

De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), a partir de este año EEUU pagará más en intereses anuales por su desorbitante deuda, que el dinero destinado a la defensa del país.

La suma por intereses pasará de los 870.000 millones de dólares contra los $886.000 millones anuales del Pentágono en 2024, que a su vez representa una cifra récord en este sector.

El déficit presupuestario del país quedará por encima de los 2 billones (trillions) cuando el actual gobierno demócrata deje la Casa Blanca el 20 de enero de 2025.

Consecuencias creadas por la Casa Blanca
La campaña presidencial republicana que condujo a Donald J. Trump y los conservadores a una demoledora e histórica victoria electoral se centró en la reducción del costo de vida, la vivienda, el caos irresponsable en inmigración ilegal masiva en la frontera sur (más de 14 millones de personas), inseguridad ciudadana, seguridad nacional y política exterior.

Estos temas en su conjunto causaron que los demócratas, con una agenda de ultraizquierda, sufrieran la derrota más contundente en varias décadas.

Las consecuencias económicas y financieras del presente mandato presidencial en la Casa Blanca generaron la necesidad de una reacción popular reflejada en el voto ampliamente mayoritario por los conservadores.

En las condiciones en que los republicanos y Trump retoman el control del país los obliga a realizar cambios drásticos en camino a la recuperación del país.

El presidente recién electo de EEUU, Donald J. Trump, ha designado ya casi 30 miembros para su gabinete y entre ellos se encuentran Elon Musk y Vivek Ramaswamy, quienes estarán al frente de una comisión que se encargará entre otros asuntos de reducir el tamaño del gobierno federal y el costo para hacerlo más eficiente, además de atacar la extensa burocracia que entorpece el funcionamiento y respuestas efectivas a crisis y desastres.

“Necesitamos reducir el tamaño del gobierno y gastar menos dinero. Dejemos que los estadounidenses puedan guardar más de su dinero, generado por su trabajo, su talento y esfuerzo”, dijo Musk en una de sus intervenciones durante la campaña presidencial en apoyo al entonces candidato republicano Donald J. Trump.

“Los grandes medios de comunicación en Estados Unidos ignoran que una ultraizquierda y enemigos externos desean desmantelar a América a niveles sin precedentes”, indicó.

Los gastos
El descontrolado e irresponsable gasto de los gobiernos y sus políticas desacertadas conducen a la inflación y las crisis”, puntualizó el dueño de Tesla, SpaceX, Neuralink y la plataforma X.

Entre las propuestas de Kamala Harris en su intento populista por llegar a la Casa Blanca estaba la de subsidiar hasta con 30.000 dólares la adquisición de una vivienda para los primeros compradores, una medida que se financiaría con el dinero del estrangulamiento en impuestos a las grandes, medianas y pequeñas empresas.

Gracias al voto mayoritario de los estadounidenses, estos planes quedaron enterrados. De lo contrario, hubiesen desatado una mayor crisis inflacionaria y económica en sentido general.

El senador federal por el estado de Kentucky, Rand Paul, denunció en su informe anual de gasto público el despilfarro y descontrol de 482.000 millones de dólares por parte del gobierno Biden-Harris, sólo en sus dos primeros años (2021 y 2022).

Entre las denuncias del informe se incluyen 1.300 millones de dólares en pagos del gobierno federal a personas fallecidas y más de 170 millones de dólares por desempleo y seguridad social a reclusos. Programas impulsados por los demócratas dentro del Medicaid y Medicare generaron acciones fraudulentas por más de 100.000 millones de dólares.

A lo anterior se suma, el “uso” de 2.000 millones de dólares cada año en edificios federales subutilizados o completamente vacíos.

Fondos federales en iniciativas de equidad e inclusión de personas de la comunidad LGTBQ+ superaron los 40 millones de dólares. Más de 4.500 millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos se utilizaron en la Casa Blanca en relaciones públicas y publicidad con fines partidistas.

Pero la extensa lista también la integran los fondos destinados a asuntos tan absurdos como investigaciones de monos transgénero, reacción de gatos rusos en esteras para correr; comportamiento agresivo de hámsteres inyectados con esteroides.

Para estudiar a ratones bajo los efectos del alcohol se emplearon $1,2 millones; decenas de miles de dólares se dirigieron supuestamente a financiar espectáculos de “Drag Queens” en Ecuador, Pakistán y otros países de América Latina y del Medio Oriente como promoción a las llamadas teorías inclusivas y de género.

Unos 31.5 millones de dólares de ayuda para el COVID-19 sirvieron para adquirir autos de lujo.

Reestructuración
Por supuesto, Paul también criticó el paquete de supuesta «ayuda» federal por COVID-19 de 1,9 billones (trillions) de dólares que calificó como un proyecto repleto de gastos innecesarios y despilfarro, pero con la marcada intención política de regalar dinero para ganar simpatizantes.

Esa cantidad de fondos cuando el COVID-19 se encontraba en pleno retroceso agudizó la inflación, la peor en cinco décadas. Con el ataque directo a la industria petrolera estadounidense, por políticas de cambio climático, la actual administración provocó que los precios de los combustibles se elevaran inmediatamente y ocurriera el efecto en cadena en el resto de los productos de consumo.

Según un artículo de The Wall Street Journal, Musk trabaja en recortes de puestos federales, eliminación de subvenciones y desregulación de políticas fallidas en Washington.

El hombre más poderoso en las comunicaciones y tecnologías avanzadas del mundo dijo que apunta a millones de dólares en gastos gubernamentales, incluidos los fondos para la radiodifusión pública y los grupos de “planificación familiar” Planned Parenthood (sumamente cuestionados por acciones ultraliberales de adoctrinamiento en niños y adolescentes), así como a la burocracia que representa la «amenaza existencial» para la democracia estadounidense.

El fundador de Tesla y SpaceX dijo que, junto con su colega empresario Vivek Ramaswamy, trabajarán para reducir las regulaciones federales y hacer importantes recortes administrativos y de gastos en Washington.

«Somos empresarios, no políticos. Serviremos como voluntarios externos, no como funcionarios o empleados federales», escribieron Musk y Ramaswamy.

«Cuando el presidente Trump anule miles de regulaciones de obstrucción en Washington, los críticos alegarán extralimitación ejecutiva. De hecho, sólo estará corrigiendo el abuso de poder sobre medidas promulgadas por decreto administrativo, que nunca fueron autorizadas por el Congreso», afirmaron ambos.

Musk y Ramaswamy agregaron que la revisión de las regulaciones allana el camino para «reducciones de personal en la burocracia federal». El objetivo es recortar más de 500.000 millones de dólares en gastos gubernamentales.

«Con un mandato electoral decisivo en el Congreso federal y una mayoría conservadora en la Corte Suprema» la nueva Comisión de Eficiencia Gubernamental «tiene una oportunidad histórica para realizar reducciones estructurales en el gobierno federal», consideran expertos.

Musk y Ramaswamy citaron una serie de decisiones de la Corte Suprema que justifican los recortes, y estiman que el uso de decretos para desestimar estas regulaciones no aprobadas por el Congreso es «legítimo y necesario».

Los planes de reestructuración del gobierno federal deben concluir antes del 4 de julio de 2026.

El giro de Musk hacia la derecha ha sido uno de los golpes más duros para los planes de la ultraizquierda en EEUU que contaba con el multimillonario de la tecnología en la alianza integrada por Bill Gates, George Soros, Michael Bloomberg, Mark Zuckerberg, Jamie Dimon y otros grandes donantes de la izquierda.

Musk se convirtió en una importante carta de triunfo para Trump, más allá del aporte financiero superior a los 100 millones de dólares para su candidatura presidencial. Musk fue protagonista de mítines en Pennsylvania y otros estados clave.

El dólar y el bitcoin

Desde el anuncio de la aplastante victoria de Trump y los republicanos en las elecciones presidenciales; y la designación de gran parte de su gabinete, el valor del dólar y de las empresas de Musk y Trump se han disparado en los mercados bursátiles, precisamente por la reestructuración que se avecina y el precedente del líder republicano en sus éxitos económicos en su primer período presidencial

Desde octubre, los mercados comenzaron a reaccionar de forma positiva y el dólar estadounidense -tras varios meses en declive- comenzó a escalar.

Al día siguiente de las elecciones, el 6 de noviembre, el dólar registró la mayor subida de los últimos años. Y ha continuado en esa tendencia.

Esta fortaleza supone un cambio brusco después de tres meses de debilitamiento sostenido, en los que tocó su punto más bajo del año a finales de septiembre.

Los movimientos del valor del dólar pueden tener un efecto significativo para la economía mundial, porque la divisa estadounidense es una de las dos divisas en casi el 90 por ciento de todas las transacciones en el planeta.

El índice general del dólar ha subido alrededor de un 3% desde el día de las elecciones, un gran movimiento para ese mercado en un periodo tan corto.

Por su parte, el bitcoin superó los 95.000 dólares en un momento de bonanza para el sector de las criptomonedas ante la esperanza de posturas más flexibles con la futura administración de Trump en Estados Unidos.

Desde la elección de Trump en las presidenciales, el bitcoin se ha revalorizado en casi un 40%.

Durante su campaña, el líder republicano prometió desregular el sector y convertir a Estados Unidos en «la capital mundial del bitcoin y las criptomonedas».

La realidad es que antes de que Trump asuma la presidencia el 20 de enero, los cambios a nivel internacional y en especial para la economía y la política estadounidenses ya se perciben.

La incertidumbre sobre el destino de EEUU ha quedado atrás y las expectativas de inversores, empresarios y de los consumidores estadounidenses han resurgido como señal esperanzadora.

lmorales@diariolasamericas.com

Fuente: Diario Las Américas

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