El Banco Central de Venezuela reportó, este martes, que la inflación de Venezuela en julio alcanzó 19,6% con lo que el alza acumulada de los precios en siete meses suma 491,9%, en un país con seis años en recesión con hiperinflación, un grave colapso de los servicios básicos y un débil sistema de salud, en momentos en que aumentan los casos de COVID-19 (más de 45 mil).
Los precios en julio se desaceleraron respecto a junio cuando la tasa fue 25,1%, según el ente emisor, que divulgó los datos luego de dos meses sin ofrecer información. No obstante, en la inflación del mes incidieron los saltos de precios en las áreas de educación y comunicaciones.
La cifra indicada por el BCV resultó menor a la divulgada hace varias semanas por la opositora Asamblea Nacional, que calculó una tasa mayor a 50%. Los diputados realizan estimaciones de los indicadores económicos por los atrasos de los datos oficiales.
Permitidos ajustes en tarifas de aseo urbano y telefonía
En febrero y marzo, el gobierno logró que los precios bajaran luego de una parcial apertura económica que implicó la relajación de controles al sector privado. Sin embargo, bajo la cuarentena nacional por el COVID-19 los precios volvieron a aumentar.
Las autoridades venezolanas, que por años mantuvieron reguladas las tarifas de los servicios básicos, desde inicios de 2020 han permitido a las empresas de aseo urbano y telefonía realizar ajustes, en un intento de enfrentar las constantes fallas y aliviar a las compañías en la hiperinflación.
Pero las flexibilizaciones han sido insuficientes, y el deterioro en el suministro de agua, gas y telefonía ha llevado a muchos venezolanos a contratar servicios alternativos que incluso se cobran en dólares.
Fuente: El Carabobeño