Ucrania ha dado a conocer poca información sobre sus bajas militares, y Occidente no ha presentado un estimado, pero el presidente Volodímir Zelenski dijo hace casi dos semanas que unos 1.300 soldados ucranianos habían perdido la vida.
El jefe de Estado mayor adjunto de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rudskoy, declaró que «los principales objetivos de la primera fase de la operación fueron alcanzados. La capacidad de combate de las fuerzas ucranianas fueron reducidas de manera significativa».
El militar indicó que esto permite «concentrar los principales esfuerzos» en alcanzar el objetivo principal que es la ocupación de Donbás, una región del este de Ucrania.
Los principales avances de Rusia se han concentrado en el este y el sur de Ucrania, pero todavía no consigue capturar ninguna ciudad importante.
Una parte de la zona ucraniana del Donbás está controlada desde 2014 por separatistas prorrusos.
Justo antes de lanzar la ofensiva que comenzó el 24 de febrero, Rusia reconoció la independencia de estos grupos y lanzó la intervención militar argumentando que quería protegerlos de un «genocidio» orquestado por el gobierno de Ucrania. Con esa campaña Rusia pretende justificar la sangrienta invasión a Ucrania.
En tanto, este viernes Rusia reconoció el que 1.351 soldados de sus filas murieron desde el inicio de su ofensiva militar en Ucrania hace un mes.
«Durante la operación militar especial, 1.351 militares murieron y 3.825 resultaron heridos», declaró previamente Rudskoy.
El anterior balance oficial de Moscú publicado el 2 de marzo contabilizaba 498 soldados rusos muertos en Ucrania, pero Kiev afirmaba que Rusia sufrió pérdidas mucho más cuantiosas.
Rudskoy calificó como un «grave error» la entrega de armas a Ucrania por parte de los países occidentales.
«Esto prolonga el conflicto, aumenta el número de víctimas y no va a tener ninguna influencia en el resultado de la operación», según el militar.
Además, Rudskoy indicó que Rusia «responderá en consecuencia» si la OTAN instaura una zona de exclusión aérea en Ucrania, una petición reiterada por Kiev desde hace varias semanas.
Por su parte, Mijaíl Mizintsev, director del Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia informó que Rusia ha recibido 419.736 refugiados de Ucrania desde el inicio de la operación.
Cuando Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero, derrocar rápidamente al gobierno ucraniano parecía una posibilidad real en lo que es la mayor ofensiva en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Pero al cumplirse más de cuatro semanas de combate, Moscú se encuentra estancado en una desgastante campaña militar.
Ante el estancamiento de sus fuerzas terrestres a causa de los ataques relámpago de las unidades ucranianas con armamento proporcionado por Occidente, las tropas del presidente ruso Vladimir Putin están lanzando proyectiles a blancos a distancia, recurriendo a las mismas tácticas que usaron para destruir ciudades completas en Siria y Chechenia.
Fuente: Diario las Américas