LA PAZ — El expresidente de Bolivia y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, advirtió este jueves que si le ocurre algo a él o a otro dirigente «que no entre al chantaje de algunos ministros», será «culpa del Gabinete político» y no del actual presidente, Luis Arce.
Un día antes, Morales paso a la ofensiva contra el gobierno de su heredero político, el mandatario Luis Arce, dejando a la luz las pugnas a lo interno del MAS.
Evo Morales aseguró que no cree que Luis Arce «esté metido en eso» -el supuesto complot-, pero su dedo apunta a ministros y exaltos cargos que, según él, buscan ejecutar un «plan negro» contra él y legisladores de su partido como Andrónico Rodríguez, Leonardo Loza y Gualberto Arispe, según Página Siete.
En la más reciente escalada Morales culpó al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, por el robo de su celular en un acto público, denunció sobornos en la construcción de una carretera, protección al narcotráfico y acusó a colaboradores de Arce de urdir el “plan negro” para desplazarlo.
Arce no ha respondido y tampoco ha cedido a la presión de Morales para cambiar ministros, pero un diputado allegado suyo acusó al MAS de financiarse en el pasado con dinero del narcotráfico.
El tercero en disputa es el vicepresidente David Choquehuanca, de origen aymara como Morales, que le está restando influencia al expresidente en los sectores indígenas de occidente, por lo que varios analistas creen que el partido se encamina a la fractura.
Arce fue el cerebro del éxito económico del gobierno de Morales como ministro del área por más de una década, lo que le valió que Morales lo designara candidato para recuperar el poder en los comicios de 2020.
Pero las discrepancias entre ambos fueron creciendo hasta llegar a una suerte de guerra declarada.
“La ruptura está latente entre el presidente del país y el presidente del partido gobernante. Arce tiene la iniciativa estando en funciones, Morales tiene poco que ofrecer”, dijo a The Associated Press el profesor de la Universidad Privada Domingo Savio, Paul Coca.
No obstante, Arce no ha logrado lidiar con las presiones de organizaciones sociales y sindicatos que lidera Morales y que pugnan por espacios de poder, lo que suma conflictividad social en medio de una fragilidad económica, sostuvo la profesora universitaria de Ciencia Política, María Teresa Zegada.
Guerreros digitales
El líder del MAS aseveró que miembros del Gobierno han contratado a «guerreros digitales» para «atacarlo» a través de las redes sociales. Morales señaló al equipo del Ministerio de Gobierno y algunos funcionarios de la Presidencia y del viceministerio de Comunicación como responsables de estos movimientos.
En su intervención, señaló directamente a los ministros Edmundo Novillo, Eduardo del Castillo y el exministro de Gobierno Hugo Moldiz, entre otros. El Gobierno boliviano desmentió estas declaraciones.
Evo Morales endureció su discurso contra el Ministerio de Interior después de denunciar el robo de su teléfono móvil durante un acto del MAS donde también se encontraba el ministro de esa cartera, Eduardo del Castillo. El exmandatario dijo en su cuenta de Twitter que era la primera vez que les pasaba algo parecido y no quería pensar que «era parte de un ataque planificado para perjudicarlo».
En la misma red social, el expresidente de Bolivia señaló «a la derecha interna y externa» y «a los «neoliberales golpistas» que «armaron innumerables juicios, tantas persecuciones, amenazas y atentados», como responsables de lo que él llama «complot».
La mayor oposición al MAS proviene de los poderosos grupos cívicos de la región oriental de Santa Cruz, bastión opositor y motor de la economía de Bolivia, cuyo gobernador Luis Fernando Camacho lideró las protestas que forzaron la renuncia de Morales y está abiertamente enfrentado a Arce.
Mientras tanto, la tensión política en el MAS agita las calles.
“El Evo tiene miedo de que Arce lo haga mejor, tiene miedo de que le quite su lugar”, dijo María Justina, una vendedora de empanadas en un puesto callejero. A lo que un cliente replicó: «Arce no tiene los cojones, es débil, puede hacer mucho pero no quiere”.