MIAMI.- El restablecimiento parcial de sanciones contra Venezuela sin que el régimen de Nicolás Maduro haya garantizado elecciones libres establecidas en el Acuerdo de Barbados en 2023, supone una falta de estrategia de la política exterior de EEUU hacia el chavismo que puede enviar una peligrosa señal de debilidad hacia los regímenes totalitarios, afirma el Otto Reich, exsubsecretario de Estado de EEUU para Asuntos del hemisferio occidental.
El exalto funcionario de gobierno firmó recientemente, junto con otros diplomáticos y prominentes figuras de la política estadounidense, una carta dirigida al secretario de Estado, Antony Blinken para que se restituyan las sanciones contra el régimen de Maduro, si no respeta la candidatura de la oposición elegida en primarias.
A partir de estos hechos, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, Reich analiza la medida ejecutiva de EEUU contra el petróleo venezolano en el contexto de la política exterior del gobierno de Joe Biden, a la cual califica de “confusa”.
“Quiere que haya elecciones libres en Venezuela con diferentes partidos, candidatos que han sido escogidos libremente en primarias por el pueblo, pero al mismo tiempo les mandan señales y abren puertas al régimen que está evitando elecciones democráticas”, señala Reich, tres veces embajador de EEUU en Venezuela.
Además, considera que la política exterior [de EEUU] carece de “organización”, algo riesgoso en un momento crucial en el que el gobierno de Biden es objeto de críticas y sospechas por una posición ambigua y aparentemente permisiva ante regímenes de izquierda y totalitarios.
“Eso causa conflictos, y una prolongación de estos regímenes en la región. Yo prefiero pensar que eso se debe simplemente a incompetencia, porque si esto es una política pensada de apaciguamiento de la administración Biden hacia Irán, Venezuela, Cuba, y al propio Putin pues la ayuda que le ha dado el gobierno de EEUU a Ucrania ha llegado tarde y corta, sería más peligroso todavía”.
Confusas sanciones
Reich reitera que si Maduro no cumple con los compromisos del Acuerdo de Barbados, tras largas negociaciones desde 2019, EEUU no debería levantar las sanciones que este miércoles 17 de abril modificó, un día antes del vencimiento impuesto: suspendió la flexibilización de la licencia 44 sobre petróleo y gas, emitida en octubre de 2023, y bajo la 44A permite a empresas extranjeras, de forma particular, tener operaciones de producción y exportación de ambos rubros hasta el 31 de mayo.
“Me parece una acción no suficientemente clara, porque se trata de una licencia general 44. Ahora hay también licencias específicas y según informes, el Departamento del Tesoro está aprobando licencias de compañías, como Repsol y de otras extranjeras. Eso es muy confuso, las señales que envía esta administración en política exterior francamente son razón para estar confundidos”.
Reich considera que la falta de claridad de la política exterior de Biden que se observa hacia Israel e Irán se ve reflejada también hacia Venezuela. “Por un lado, critican la violación de derechos humanos, las amenazas de Venezuela a Guyana por el Esequibo, movimientos terroristas como el Hezbolá, el propio Irán, y muchas más cosas que son antiamericanas, pero, por el otro lado, la administración [Biden] sigue apaciguando a Venezuela, como a Irán hasta cierto punto”.
En este marco, la suspensión del alivio de sanciones sin haberse cumplido el punto medular de elecciones libres y limpias del Acuerdo es un punto que destaca el diplomático. Y cita, en abono a su opinión, la declaración del gobierno de Biden instando a cumplir el Acuerdo de Barbados para restaurar la democracia en Venezuela, un día después de haberse levantando el alivio de las sanciones.
“Que haya tenido que explicar lo que hicieron un día antes demuestra, además, que lo que hicieron es criticado en privado por ciertos miembros demócratas. Esto no es un asunto partidista, esto es bipartidista”.
Y agrega: “¿Cómo van a decir hoy que hay que regirse por el Acuerdo de Barbados cuando la propia Administración está tomando acciones que van en contra de lo que se acordó en Barbados?”.
¿Creer en el chavismo?
Reich descarta que una señal de cumplimiento del pacto sea recibir misiones de observación internacional, como lo ha alegado el régimen venezolano, porque el punto medular son las elecciones libres y limpias, “y eso no lo está cumpliendo”.
Tampoco le convence que el jefe de la delegación oficialista en esas conversaciones, Jorge Rodríguez, además presidente de la Asamblea Nacional, diga que están dispuestos a conversar sobre el tema, lo que sugeriría que estarían dispuestos a seguir negociando.
“Yo no creo en el chavismo”, afirma Reich, basado en su experiencia en Venezuela durante el régimen de Hugo Chávez en 2002.
“Ya son 24 años y cada vez que encuentran un problema dicen que están dispuestos a conversar o a negociar, y ¡lo hacen y hasta firman acuerdos como el de Barbados! Y después se burlan de ellos; allí está su respuesta”.
En medio de las señales de confusión general que da la Adminisrración Biden y que, dice, afecta a estadounidenses y a “venezolanos de a pie” por igual, “el régimen de Maduro se aprovecha de esa confusión para sus propósitos de mantenerse en el poder a cualquier costo”.
Luego de expresar su respaldo a los comunicados de los senadores republicanos y también el del senador demócrata Ben Carden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que piden mantener las sanciones que se establecieron hace seis meses, Reich se detiene a cuestionar el tiempo concedido por EEUU.
“¿Por qué seis meses, por qué no tres o dos meses? Si el gobierno [régimen] de Venezuela de verdad quiere tener elecciones libres lo puede hacer en 24 horas, no necesita seis meses. Si el gobierno de EEUU quiere poner de verdad presión al de Venezuela no necesitaba seis meses, como ahora no necesita 45 días que le ha dado el Departamento del Tesoro para terminar las relaciones comerciales petroleras que establecieron en aquel lapso”.
Señales peligrosas
Para Reich, toda demora que la Administración Biden atribuye a la diplomacia, es solo “apaciguamiento” que no solo puede causar guerras como la de Rusia y Ucrania, sino también una prolongación de regímenes totalitarios en la región, que nadie detiene.
Si se puede esperar que el gobierno de EEUU en 45 días de plazo que dio para Venezuela cambie su posición “y se ponga los pantalones”, para Reich es incierto.
“Desafortunadamente, y me duele decirlo seriamente como ciudadano americano, como exfuncionario del gobierno y veterano del Ejército de EEUU, de esta Administración se puede esperar cualquier cosa, una acción fuerte, una débil, algo por el medio, no tienen estrategia. Yo he trabajado para tres presidentes norteamericanos de los que avanzaron los intereses internacionales de EEUU, con (Ronald) Reagan y los dos Bush (George W. y su hijo George H), y nunca he visto una organización tan mala, una falta de organización en las relaciones internacionales de este país”.
Si en política exterior no tener estrategia es una estrategia, Reich advierte que eso “sería más peligroso todavía”.
“Yo prefiero pensar que es simplemente incompetencia y no malicia”, reitera el diplomático. “La ayuda que le pidió el presidente Zelensky al presidente Biden siempre llegó tarde. Por ejemplo, hace 28 meses cuando los rusos atacaron a Ucrania le pidieron a EEUU aviones F16 y Biden dijo que no, que, de ninguna manera, y un año después Biden dijo que se los iba a dar. ¿Pero cuánto se demora en entrenar pilotos en F16? Un año, y todavía no han llegado los aviones. Si Ucrania los hubiese tenido en este momento, los rusos no pudieran estar destruyendo infraestructura eléctrica e hidroeléctrica de Ucrania como lo están haciendo”.