Sobre la Biblia o en notaría. No importa cómo jure Gustavo Petro que no va a expropiar. En apenas una semana confirmaron sus sospechas los que desconfiaron del juramento del candidato a la presidencia de Colombia por el izquierdista Pacto Histórico. Se trataba de un show electoral en medio del escándalo que generó la visita de su hermano Juan Fernando a la cárcel de La Picota, donde se reunió con corruptos presos en busca de apoyo a la campaña. Petro cuenta con un largo expediente de mentiras, fake news, promesas incumplidas. Y esta no fue la excepción.
Este fin de semana se le volvieron a escapar sus verdaderas intenciones. No una, sino dos veces. “¿Por qué un lechero o una lechera tiene que contentarse con meter el fruto de la ubre en una cantina y vendérsela a un especulador cuando ese campesino y esa campesina, lechero y lechera, podrían ser los propietarios de la pasteurizadora?”, dijo Petro durante un mitin de campaña en la población de Sogamoso, departamento de Boyacá, a lo que de inmediato respondió la senadora María Fernanda Cabal que pese a haber prometido en una notaría que no expropiaría, lo sigue planteando directamente.