El hartazgo por el encierro, la inflación, el desempleo y el pésimo manejo de la pandemia le están pasando factura al Gobierno argentino. Según una encuesta publicada hoy, el 72 % de los consultados ya rechaza la gestión peronista del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Según un estudio realizado por la Universidad de San Andrés, solamente un 26 % de los encuestados manifestaron estar satisfechos con el rumbo de la gestión del oficialismo. De esta manera, se mantiene la caída que comenzó en abril de 2020, cuando cambió la tendencia, luego del gran apoyo registrado en marzo del año pasado, cuando comenzó la cuarentena.
En el electorado menor de 40 años, se estaría registrando la grieta más profunda, con mayores índices de apoyo y rechazo a la gestión. Entre las edades de 23 y 38, el trabajo indica que se registra el segmento con mejores números para el Gobierno. Allí la aprobación llega al 31 %, algo por encima del promedio general. Sin embargo, entre los 16 y los 22 años, el rechazo es absolutamente mayoritario: el 78 % detesta al Gobierno.
El desagregado también indica que el sector socioeconómico denominado ABC1, es decir, el de mayor poder adquisitivo, es el más opositor. Aquí el rechazo a la gestión alcanza el 77 %. Dentro de los sectores de menores recursos, el respaldo al oficialismo es algo mayor que en el resto, pero tampoco le ofrece al oficialismo ninguna garantía electoral. Al día de hoy la aprobación aquí es del 28 %, con tendencia a la baja.
Preocupaciones argentinas
El drama de la inflación resultó el más señalado a la hora de los problemas, con un 42 %. En segundo lugar, aparece la corrupción (37 %). La inseguridad sigue siendo otro de los temas que más preocupan a los argentinos, y se mantiene en el podio de los dramas nacionales en el tercer puesto con un 33 %. Con relación al manejo del gobierno con respecto a la pandemia, el 60 % de los encuestados se manifestó en “desacuerdo” con las políticas oficiales.
Complicado cronograma electoral
Mediante un cuestionado acuerdo con la oposición, y con la excusa de la pandemia, el oficialismo logró aplazar un mes el calendario electoral. La apuesta a incrementar los pobres índices de vacunación, parece ser la única bala de plata con la que cuenta el oficialismo para remontar la complicada situación. Finalmente, las primarias abiertas y simultáneas que iban a realizarse en agosto tendrán lugar en septiembre, y las legislativas reales, quedaron para el mes de noviembre.
Fuente: PanamPost