Al presidente Gabriel Boric se le agota el tiempo de aplazar el uso de las Fuerzas Armadas, para combatir la inseguridad. Los 78 homicidios que registra en menos de tres meses agitan la discusión en el país sobre la necesidad de militarizar Chile como medida para combatir la creciente criminalidad. Incluso alcaldes aliados lo exigen esta medida, lo que está poniendo al mandatario en una situación de alta tensión mientras busca soluciones al problema.
El bochorno en el Ejecutivo parece va para largo, especialmente después de que el alcalde oficialista de Maipú, Tomás Vodanovic, solicitara el despliegue de las instituciones militares para proteger la infraestructura crítica, según informa La Tercera.
Detrás de la petición de Vodanovic hay varias realidades. “Lo que está diciendo es que, uno, la crisis grave, dos, que con los recursos que ya tenemos disponibles de Carabineros y la Policía de Investigaciones no nos está dando abasto, y tres, que dejemos de una lucha más bien ideológica y veamos cómo podemos incorporar, en este caso a los militares”, señala el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego.
Fuerzas Armadas sin condiciones
La posición de las FF.AA chilenas sobre la militarización de Chile es que sin Reglas del Uso de la Fuerza (RUF) claras, ellos no accederán a un despliegue. En los cuarteles hay desazón, especialmente después de que Boric introdujera indicaciones progresistas al proyecto.
Los últimos cambios del presidente pretenden establecer de forma diferenciada estas reglas en caso diversidades sexuales, migrantes, indígenas o personas adultas mayores, cuando lo necesario es preservar el cumplimiento como un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo.
Boric está bajo tensión. Sobre todo cuando su par argentino, Javier Milei, líder de La Libertad Avanza; señaló que con su Gobierno “cambia la doctrina de seguridad” y en su administración “el que las hace las paga”, porque se “protege a la víctima y se va contra el victimario”.
No en vano desde el 8 de marzo, Rosario está bajo un Comité de Crisis, establecido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, e integrado por las Fuerzas Federales y con respaldo del Ejército, para intentar frenar la escalada de violencia asociada al narcotráfico.
Un alcalde con peso
Vodanovic quiere respuestas de la Moneda sobre la militarización de Chile y él no es cualquier alcalde. Si bien el funcionario pertenece a Revolución Democrática (RD) ―uno de los partidos afines al presidente Boric― también tiene vínculos transversales, incluso, en la derecha.
El mandatario local mantiene contacto cordial con la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, quien posiblemente será la candidata de Chile Vamos para las presidenciales. Por ello, su petición de presencia militar en la comuna que lidera es lo que aprieta al gobierno. La ministra de interior, Carolina Tohá, le prometió celeridad para el proyecto de ley de infraestructura crítica.
Es lo mínimo que Tohá puede hacer, especialmente considerando que Vodavonic, el dirigente del Frente Amplio con mayor popularidad, ha experimentado un notable aumento en su evaluación positiva. Según los sondeos de opinión del Centro de Análisis de Estudios de Mercado (Cadem), pasó del 40 % en noviembre de 2023 al 59 % en febrero de este año. Además, en la actualidad es el sexto político mejor evaluado del país y el segundo del oficialismo, por debajo de la expresidente Michell.
Su nombre se catapultó después de denunciar el déficit de 35 millones de dólares que dejó a Maipú su antecesora de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Katty Barriga, quien luego de sus trámites judiciales, quedó bajo arresto domiciliario y formalizada por fraude al fisco.
A Boric no le conviene tener a Vodanovic como disidente, en especial porque en octubre son los comicios municipales y el edil arrastra respaldos. Además de ellos, varios alcaldes apoyan la solicitud de refuerzo de seguridad con militares, entre ellos están Felipe Muñoz, quien forma parte del Partido Socialista y está al frente de Padre Hurtado y también, Felipe Muñoz Vallejo, quien es independiente y funge como el burgomaestre de Estación Central.
Boric comienza a ceder. Hace un año desestimó la medida, ahora lo reconsidera. “No me cierro”, dice. No tiene otro camino cuando la petición sale de sus filas y en las últimas horas el país registra diez homicidios.