SONIA SCHOTT,
Luego de la aprobación del proyecto de ley de ayuda militar par Kiev, por 61.000 millones de dólares, el presidente Joe Biden parece calcular que, por ahora, la guerra en Ucrania no es un tema apremiante y es mejor dedicarle atención a otros asuntos que pueden influir en las elecciones.
Históricamente, una economía fuerte casi siempre asegura la reelección presidencial, pero, 2024 podría ser distinto pues, aunque Estados Unidos parece haber esquivado una recesión, la inflación todavía pesa sobre los votantes, según un reporte del Standard and Poor’s (S&P), un índice bursátil que rastrea el desempeño de las empresas más grandes que cotizan en las bolsas de valores estadounidenses.
Si los números no mienten “El 22% de los votantes identifica la inflación y los precios como lo más importante, en comparación con sólo el 7% que cita el empleo y la economía. Sólo el 22% de los afroamericanos, el 13% de los hispanos y el 18% de los jóvenes creen estar mejor económicamente, que hace un año. El 65% de los votantes califica la economía como buena durante la presidencia de Donald Trump, en comparación con el 38% bajo Biden” sostiene, William Galston, del Instituto Brookings.
Es decir, la percepción de los votantes sobre la economía sigue siendo negativa y aunque Ucrania y el mantener la ayuda financiera contra la agresión rusa seguirán siendo un hito del mandato de Biden, sólo alguien muy optimista diría que una vez que comiencen a llegar las esperadas armas estadounidenses, Ucrania marchará pronto hacia la victoria.
Es más probable que la guerra se prolongue hasta 2025 y más allá.
Si Biden gana la reelección, la ayuda a Ucrania, seguirá pesando en el presupuesto nacional.
Tal vez los contribuyentes reflexionen sobre si quieren que su gobierno continúe financiando un conflicto que parece no tener fin, especialmente cuando la alternativa a Biden, Donald Trump, promete una estrategia diferente.
Trump no ha dado detalles sobre su plan para poner fin a la guerra, pero es posible que planee detener cualquier ayuda adicional a Ucrania para presionar al gobierno de Kiev a que acepte un acuerdo de paz con Moscú que les permitirá a los rusos conservar los territorios ocupados.
Eso complacería a muchos trumpistas, aunque, un acuerdo que premie a Moscú como agresor, sería nocivo para Estados Unidos y su liderazgo en la OTAN y malas noticias para la democracia versus la autocracia. Puede que estos detalles se diluyan a medida que avance la campaña presidencial dando paso a temas de mayor importancia electoral.
Por ejemplo: los juicios de Trump, el fallo de la Corte Suprema sobre la inmunidad procesal, las manifestaciones pro-palestinas nacionales, cada vez más violentas, la economía y la interminable crisis migratoria en la frontera.
Los pasos de migrantes por el sur alcanzaron un récord a fines de 2023. La Patrulla Fronteriza tuvo casi 250,000 encuentros con personas cruzando desde México, en diciembre de 2023, según las estadísticas del gobierno.
“La inmigración es un tema polarizador en la política y es casi seguro que desempeñará un papel central en las elecciones presidenciales de noviembre. Los cruces fronterizos ilegales han promediado 2 millones por año, desde 2021, el nivel más alto jamás registrado. Las encuestas muestran una amplia desaprobación pública de cómo el presidente Biden ha manejado el aumento, y el expresidente Trump, quien también enfrentó críticas por sus políticas de inmigración, se postula para el cargo con promesas de reprimir y deportar a millones de personas” escribieron Nick Miroff, María Sacchetti y Sarah Frostenson en el Washington Post, en febrero pasado.
Con tanta incertidumbre, los electores seguramente ansían un gobernante que tome decisiones audaces y duraderas.
Aquí, Trump podría obtener ventaja sobre Biden porque da la impresión de conocer todas las respuestas y de actuar rápidamente. El enfoque Biden es más sereno y menos dramático.
Sin embargo, Biden cree tener una ventaja particular sobre Trump: lo venció en las elecciones de 2020 y está convencido de volver a hacerlo.
Para Trump, el arrebatarle la presidencia a Biden no dependerá del futuro de Ucrania, ni de la situación migratoria o la economía, sino de lo que decidan los jurados y jueces sobre los múltiples cargos que enfrenta, aunque ahora parece cada vez más improbable que deba comparecer en más juicios, antes de las elecciones.
El tiempo parece estar de su lado.