SONIA SCHOTT,
No importa de quién sean las mejores prácticas, las encuestas no son perfectas.
“En una medición, lo más probable es que se ofrezcan opiniones bastante desfavorables sobre los encuestadores y su trabajo” sostienen E.J. Dionne, Jr. y Thomas E. Mann, del Instituto Brookings.
Las dudas descansan en, si se hacen las preguntas correctas o si hay manipulación para obtener las respuestas que se desean.
El Pew Research Center encontró, en 2022, que los errores en los sondeos son mayores en temas políticos, pero son más precisos en cuanto a: el empleo, el estado civil o la propiedad de la vivienda.
Es cierto que, las elecciones presidenciales de 2016 y 2020 dejaron a muchos preguntándose si las encuestas funcionan luego de que “tuvieron dificultades para captar la fuerza del apoyo al expresidente Donald Trump” según el Pew.
Para Jennifer Rubin del Washington Post, los votantes suelen responder contradictoriamente en política.
“Alrededor del 60 por ciento responde que el expresidente Donald Trump, cuatro veces acusado, debería retirarse. Pero casi la mitad dice que votará por él”, ¿entonces?
Por su parte, las cifras en estados clave, para el presidente Joe Biden, han sido tan desalentadoras, que el Partido Demócrata está preocupado por su reelección, en 2024.
Los votantes más jóvenes, en particular, parecen estarle dándole la espalda.
Históricamente no es inusual que un presidente enfrente encuestas negativas pero las últimas cifras sugieren que, Biden podría encaminarse a la derrota electoral, especialmente si Donald Trump gana la nominación republicana.
¿Podemos confiar en estos datos?
Todavía falta un año y mucho dependerá del desenlace de las dos guerras en las que Estados Unidos está involucrado con suministros de armas y apoyo moral: Ucrania contra Rusia e Israel contra Hamás, en Gaza.
A Washington le interesa que Israel derrote a Hamás porque mientras gobierne Gaza, nunca habrá esperanzas de revivir la solución de paz de dos Estados.
Los expertos coinciden en que cuanto más duren las guerras, menos apoyo habrá entre los votantes, especialmente si los precios de los alimentos continúan aumentando porque, aunque la economía estadounidense sigue emitiendo buenas señales, incluida una caída constante de la inflación, la mayoría no acierta a ver los beneficios.
Las relaciones con China también se imponen.
La Casa Blanca aseguró, de cara a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en California “la importancia de mantener líneas de comunicación abiertas».
Los temas son variados: comercio, Taiwán, el fentanilo, la guerra entre Israel y Hamas, el medio ambiente y como bien lo dijo recientemente el Senador Mark Warner (D-Va) “quien le ganará la batalla a la inteligencia artificial”.
China igualmente lleva años extendiendo su influencia comercial en América Latina.
“Desde la última década, las inversiones chinas en Latinoamérica y el Caribe, han aumentado significativamente y de manera más diversa” según el Fondo Monetario Internacional, en 2021.
En Perú, por ejemplo, se espera la finalización del puerto de Chancay, al norte de Lima, para el segundo semestre de 2024, que aspira a convertirse en una puerta de salida a Asia.
Las empresas estatales chinas están además muy involucradas en el desarrollo energético; PowerChina, por ejemplo, tiene más de cincuenta proyectos en curso en países como: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Perú.
Para el Council on Foreign Relations, está cumbre es importante porque “Biden se enfrenta a la reelección, y si bien la política exterior rara vez hace ganar o perder en las urnas, es crucial, evitar sorpresas en un año electoral.
Su liderazgo, tanto nacional como internacional, serán cada vez más importantes.
Los resultados de las encuestas del New York Times y del Siena College sugirieron que, los votantes prefieren a un líder dominante y fuerte y no se sienten impresionados por alguien que no hace mucho ruido, como Biden.
Trump, lleva la delantera en estados cruciales como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada y Pensilvania, aunque sus comentarios más ruidosos hayan sido desde un tribunal.
Biden, no ha dado señales de que querer hacerse a un lado, aunque el responsable de la campaña de Barak Obama, David Axelrod, insinuó en redes sociales, que sería inconveniente que Biden buscara un segundo mandato, aunque luego se corrigió.
El tema es que el Partido Demócrata seguirá apoyando a Biden porque no existe una alternativa obvia.