El plan de llenar las arcas del régimen de Cuba con recursos provenientes de la minería ante el desplome del turismo en la isla va rumbo al fracaso. Las complicaciones financieras de las multinacionales a cargo de la explotación de níquel y cobalto en el país, junto a la obsolescencia tecnológica que prevalece en las faenas, impiden alcanzar el desarrollo de la industria.
La crisis económica de la compañía australiana Antilles Gold y los líos internos del gigante canadiense Sherritt International desestabilizan los negocios de la dictadura con ambos conglomerados, publica 14yMedio.
En el caso de Antilles Gold, la empresa enfrenta una profunda falta de liquidez para ejecutar proyectos de extracción de oro, plata y cobre en las minas cubanas de Vega Grande, Buey Cabón y La Cristina, tras perder una querella en contra República Dominicana por el impago de 45 millones de dólares.
Si bien la compañía que cuenta con una concesión sobre 53700 hectáreas, estimó un resultado a favor en los tribunales, la Corte Suprema dominicana dictaminó que el Estado reconocería 3,1 millones de dólares del monto solicitado. De la suma, ya 1,3 millones de dólares equivalen a gastos judiciales.
Con Antilles Gold recibiendo solo 2,6 millones de dólares, las posibilidades de promover la minería en Cuba son escasas. Sobre todo, cuando esta disputa pasó a manos del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial, ubicado en Estados Unidos.
Directiva sin esperanza
Concentrar las esperanzas de la minería en Cuba en el Sherritt International tampoco es una opción viable para la administración de Miguel Díaz-Canel. Los próximos cambios en su cúpula directiva y el desplome del precio del níquel y el cobalto en el mercado mundial complican sus operaciones en las minas cubanas de Moa y Punta Gorda, en Holguín.
De acuerdo con el medio, “una facción de accionistas” fundó una sociedad limitada bajo el nombre SC2 para comprar más de 21 millones de acciones de Sherritt a un precio superior, con el fin de crear un accionista importante. La división incidirá no sólo sobre las decisiones sino también el destino del dinero, considerando que el régimen castrista mantiene deudas con la entidad canadiense por 173,7 millones de dólares que salda con el llamado “canje del cobalto”, que permite la sobreexplotación de minas cubanas como medio de pago.
Minería con dilemas
Además de lidiar con los desafíos financieros de las empresas mineras, el régimen cubano también enfrenta las significativas emisiones de polvo y gases, como el amoniaco y el ácido sulfúrico, en las zonas de explotación.
Informes revelan que las enfermedades respiratorias agudas representan en la última década, el 57 % de las incidencias de salud. Asimismo, el agua potable debe ser tratada en esta región con altos contenidos de cloro.
También trasciende que Moa es conocida por el polvo rojo de sus tierras y la pésima calidad de vida de sus residentes por presentar una piel amarillenta, caries, delgadez y vejez prematura debido a los efectos de la industria.
Sin embargo, la dictadura insiste en sostener la extracción de níquel, un mineral indispensable para la fabricación de acero inoxidable, así como en aleaciones metálicas de alto rendimiento y, más recientemente, en las baterías recargables cuya cotización alcanza los 18 000 dólares la tonelada.
Para el castrismo, el cobalto, cotizado en unos 70 000 dólares la tonelada, es otro mineral de interés por ser necesario parala fabricación de dispositivos electrónicos de automóviles y teléfonos.
Negocio sin futuro
Buscar la preservación de los negocios de la minería en Cuba tiene una explicación en el resultado del informe global para 2021 del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), donde Cuba se sitúa como el noveno productor mundial de níquel, así como el quinto de cobalto.
La isla caribeña registra 5,5 millones de toneladas de reservas de níquel, pero solo produce entre 30000 y 40000 toneladas anuales. Mientras tanto, en lo que corresponde al cobalto, se reporta 0,5 millones de toneladas en reserva y produce 3000 toneladas anuales.
Levantar los números requerirá más que astutas condiciones. Ni siquiera conceder a Antilles Gold un régimen fiscal generoso, que incluye una exención del 15 % de los impuestos sobre la extracción durante los próximos ocho años, garantiza hoy la extracción que pretendió la dictadura comunista.
A ello se agrega que el año pasado los tribunales de Ciego de Ávila juzgaron a 60 cubanos por delitos vinculados a la extracción ilegal de oro.