Tras los feriados del viernes y lunes, se inicia hoy una semana corta de extrema tensión en el mercado cambiario. Las pulsiones son más opuestas que nunca: mientras operadores e inversores intensificarán su cobertura, es decir, buscarán la manera de dolarizarse y encontrar un refugio para esperar el resultado electoral del domingo, en el otro extremo el Gobierno hará todo lo que esté a su alcance para evitar una nueva disparada de las diferentes cotizaciones del billete.
La escalada por encima de los $1.000 durante la semana pasada, que finalmente cerró en $980 para el informal mientras que el financiero siguió acumulando presión, encendió las sirenas a todo volumen en el comando proselitista del ministro de Economía, Sergio Massa. El funcionario candidato buscará esta semana mantener abastecidos todos los mercados para evitar que una nueva disparada semejante caracterice su cierre de campaña. En la práctica, esto significará eventualmente una fuerte presencia oficial en el segmento financiero del dólar que se ubicó entre $870 y $970 a fin de la semana pasada y también, indirectamente, en el mercado informal a través de agentes siempre dispuestos a diversificar sus apuestas.
En ese mercado, la batería de medidas dispuestas en los últimos días -que incluyó la suba de tasas al 11% mensual que debuta hoy- se complementó con sonados allanamientos a “cuevas” de la city que resultaron en el caso de Ivo Rojnica, conocido como “El Croata”, a quien se señala como el mayor operador de dólar libre del país. Ese caso, o tal vez otro, podría deparar novedades esta semana que contribuyan, desde la perspectiva oficial, a disciplinar las operadores informales.
Es que la combinación de la aceleración inflacionaria que se confirmó el jueves con el 12,7% de septiembre, el consumo de la munición del BCRA para intervenir en el mercado de cambios, además de la absoluta falta de incentivos a la cooperación por parte de los candidatos presidenciales aumentó, según la consultora Anker, la demanda de cobertura. Esa presión provocó un salto en las tasas implícitas en Rofex y una aceleración en la pérdida de reservas del Banco Central, tanto por la falta de oferta por parte de los exportadores en mercado de cambios oficial como por la intervención en el dólar Bolsa y el contado con liquidación.
“En particular, en lo que va de octubre estimamos una intervención en el tipo de cambio financiero en torno a USD 85 millones diarios y ventas en el MULC, principalmente para importaciones y pagos de servicios de deuda, de USD 80 millones diarios. Las últimas restricciones a la operatoria de bancos y empresas, la suba de tasas del BCRA y la extensión del dólar especial de exportación a otros productos del agro son medidas que intentan reducir el ritmo de pérdida de reservas, que no resulta sostenible por más de unas pocas semanas”, advirtió la consultora.
Se refirió así al conjunto de medidas que fue desgranando el Gobierno, en pleno in crescendo de la tensión en las últimas dos semanas. Entre ellas, las nuevas restricciones para bancos y operadores para hacerse de divisas, con nuevas regulaciones respecto del activo en el primer caso y del período de tenencia de títulos para operar en el MEP y CCL. Concretamente, el denominado parking -plazo en el que se deberán mantener en cartera los títulos públicos operados para dolarizarse- se extiende ahora a los 5 días hábiles, lo que genera una ralentización clave en el mercado dado que a partir de hoy quedarán apenas 4 ruedas hasta las elecciones.
Serán días probablemente decisivos en términos políticos y sin dudas determinantes en términos económicos. “En la semana la tensión financiera aumentó fuertemente impulsando a nuevos máximos a los dólares financieros y obligaron al Gobierno a seguir tomando medidas para tratar de frenarlo”, sintetizaron en Delphos Investments donde resaltaron que la pérdida de reservas del BCRA superó los USD 500 millones en cuatro días. Para lo que viene en las próximas jornadas, el mensaje es moderado pero claro: “Estimamos que la búsqueda de cobertura en activos seguros continuará en el corto plazo junto con el desarme de plazos fijos que empezó a mediados de septiembre”.