Los esfuerzos por lavarle la cara a Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, han llegado incluso hasta el Servicio Secreto de Estados Unidos. No conforme con la larga lista de escándalos en los que ha aparecido involucrado el polémico Hunter, este jueves se conoció un informe en el que se revela que funcionarios del Servicio Secreto intentaron encubrir un extraño incidente relacionado con una pistola perteneciente al hijo del mandatario estadounidense.
El episodio ocurrió el 23 de octubre de 2018, cuando Hallie Biden tomó el arma de Hunter y la arrojó en un bote de basura ubicado detrás de una tienda de comestibles. Posteriormente la policía de Delaware comenzó a investigar la “desaparición” del revólver calibre 38, con la preocupación de que estuviera frente a una escuela y pudiera usarse en un crimen. Esta información se desprende de una copia del informe policial al que tuvo acceso Politico.
Hallie Biden es la nuera del presidente Joe Biden por partida doble. Pues Hunter Biden inició una extraña relación amorosa con la viuda de su hermano Beau, quien falleció de cáncer cerebral en 2015. “Hallie y yo somos increíblemente afortunados de haber encontrado el amor y el apoyo mutuo durante momentos tan difíciles”, declaró Hunter Biden al New York Post.
El Servicio Secreto pedía los registros del arma
La irregularidad revelada por Politico radica en el hecho de que, según el informe al que tuvo acceso, el Servicio Secreto de EE. UU. se acercó a la tienda donde fue adquirida el arma con la intención de obtener todos los registros de la transacción.
Pero el propietario del local, Ron Palmieri, se negó a proporcionar la documentación, sospechando que los oficiales del Servicio Secreto querían ocultar que el arma pertenecía a Hunter Biden. Decisión que habría tomado como precaución en caso de que el arma estuviera involucrada en un crimen, dijeron dos fuentes a Politico.
De acuerdo con la información, el propietario de la armería entregó posteriormente toda la documentación a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, que supervisa las leyes federales sobre el porte de armas.
Nadie tenía conocimiento
El Servicio Secreto le dijo a Politico que no tenía registro del presunto incidente. Cuando este medio preguntó si el Servicio Secreto había tenido participación informal en la seguridad de Biden durante este periodo –cuando Joe Biden ya no ejercía como vicepresidente– simplemente no obtuvo una respuesta.
Al respecto, un portavoz de la Policía Estatal de Delaware respondió: “Me comuniqué con nuestro sargento que supervisa la Unidad de Protección Ejecutiva con la Policía Estatal de Delaware. Él no tiene conocimiento de tales solicitudes o servicios proporcionados”.
La Casa Blanca salió al paso con la declaración de un portavoz, quien afirmó: “El presidente Biden no tenía ningún conocimiento ni estaba involucrado en el supuesto papel del Servicio Secreto en este incidente, y ni él ni ningún miembro de la familia estaban protegidos en ese momento”.
Politico asegura haber obtenido copias de los registros relacionados con la compra del arma por parte de Hunter Biden el día 12 de octubre de 2018. Según los documento, el hijo del presidente respondió de forma negativa a la pregunta relacionada con el uso ilegal o adicción a marihuana o cualquier antidepresivo, estimulante, narcótico, droga o cualquier otra sustancia.
Larga lista de acusaciones
Hunter Biden ha estado involucrado en múltiples escándalos que de una u otra manera enlodan al ahora presidente estadounidense. Durante la campaña presidencial, el New York Post reveló correos electrónicos sobre un presunto tráfico de influencias que involucra a Hunter Biden con su padre, cuando se desempeñaba como vicepresidente de Barack Obama. De acuerdo con la información, Hunter le presentó un alto ejecutivo de la empresa de gas ucraniana, Burisma, a su padre.
El nombre de este empresario es Vadym Pozharskyi, asesor de la junta directiva de la empresa de la que también Hunter Biden formaba parte. Según un correo electrónico de mayo de 2014, Pozharshkyi buscó consejos de Hunter Biden sobre la forma en que “podría usar su influencia” en nombre de la empresa.
La sospecha sobre el presunto tráfico de influencias viene dada por el hecho de que esto habría ocurrido menos de un año antes de que Joe Biden presionara a funcionarios del gobierno ucraniano para que despidieran a un fiscal que estaba investigando a la compañía, según afirmó en octubre pasado el New York Post.
Para la misma fecha, el presidente del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado, Ron Johnson, y el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Chuck Grassley, presentaron un informe sobre los negocios de Hunter Biden en el extranjero. Además de la participación en la junta directiva de Burisma Holdings LTD, en Ucrania, también se dieron a conocer pagos millonarios que habría recibido de ciudadanos chinos y rusos con antecedentes cuestionables.
Una de las contribuciones más polémicas fue la que habría recibido Hunter Biden de Elena Batúrina, segunda esposa del exalcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, quien ha sido señalada de haber recibido contratos ilegales de construcción de su esposo. Al respecto, la jefa de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró este miércoles no estar «familiarizada» con el informe del Senado que acusa al hijo del presidente de haber recibido 3,5 millones de dólares de la esposa del exalcalde de Moscú. Agregó que no había pruebas de dicha acusación.
Esfuerzos por frenar el escándalo
Pero la difusión de este escándalo encontró un obstáculo en las redes sociales que hicieron su trabajo para evitar que la imagen del entonces candidato demócrata se viera salpicada. Facebook y Twitter calificaron como información no confirmada la investigación del New York Post y frenaron la propagación de las publicaciones relacionadas con esta noticia.
Adicionalmente, grandes medios como The New York Times, The Washington Post, Rolling Stone, Business Insider, Newsweek, NBC News, Politico y The Hill desestimaron la denuncia del New York Post y el informe del Senado que coincidían en las irregularidades que habría cometido Hunter Biden, asegurando que se trataba de una “operación de desinformación rusa”.
El tiempo le dio la razón al New York Post y al Senado y dejó en evidencia a al menos ocho medios de comunicación que mintieron u ocultaron información sobre el escándalo de Hunter Biden. En diciembre se conoció que La Oficina del fiscal de Estados Unidos en Delaware, en conjunto con la agencia de investigación criminal del IRS y el FBI, se había sumado a las averiguaciones por «asuntos fiscales» del hijo de Joe Biden. Aunque oficialmente no anunciaron detalles de la investigación, una nota de CNN aseguraba que se debía a presuntas violaciones de las leyes fiscales y de lavado de dinero por negocios en países extranjeros, principalmente en China.
Fuente: PanamPost