Hace tiempo la dictadura venezolana dejó de disimular. El control que pretenden mantener sobre el Poder Electoral va mucho más allá de postular candidatos a rectores provenientes de los cuarteles militares, o de modificar las fechas de las votaciones para beneficiarse. Durante años han aplicado diversas técnicas para atornillarse en el poder y Nicolás Maduro lo evidenció nuevamente en las últimas horas.
Acompañado de altos mandos militares y con la Constitución reformada por el difunto Hugo Chávez en la mano, reveló durante una alocución sus intenciones de cambiar el nombre del Consejo Nacional Electoral (CNE) para que pase a ser el “Sistema Electoral Tibisay Lucena” en referencia a la fallecida artífice de los mayores fraudes electorales en Venezuela para garantizarle al chavismo resultados con “tendencias irreversibles” por más de 14 años.
“Gracias a Tibisay Lucena tenemos este sistema electoral y cuando usted vaya a votar siempre recuerde que está votando en las máquinas de Tibisay Lucena”, dijo Maduro para reiterar la lealtad que esta tuvo con el chavismo durante unos 15 procesos electorales. Durante su gestión no faltó el ventajismo en la propaganda electoral, cambios de centros de votación, inhabilitación de partidos o manipulación de testigos y actas. Ahora, como parte de su legado, el régimen asevera que el sistema electoral debería tener su nombre para reafirmar que la independencia de dicha instancia continua secuestrada.
El oscuro legado de Tibisay Lucena
Maduro pronuncia tales palabras antes de las elecciones presidenciales de 2024 donde deberá enfrentarse al candidato opositor más votado en las primarias del próximo octubre. Si las encuestas finalmente aciertan, esta persona sería María Corina Machado, actual coordinadora nacional de Vente Venezuela y defensora de la lucha contra la corrupción, contra la continua violación de derechos humanos y el autoritarismo con el que ha gobernado el régimen por 24 años.
Su expresión también apela al objetivo de espantar votos y comprueba lo que la precandidata opositora alertó respecto a la celebración de las primarias. Es decir, ella se opuso a la participación del CNE en esas votaciones por la injerencia que tendría el órgano electoral en los resultados. “O hacemos una primaria real, con transparencia y gallardía, o hacemos un simulacro de primarias en las cuales, a través del CNE, el régimen se agarra el proceso”, expresó en abril pasado.
Los ciudadanos venezolanos son conscientes de lo que Lucena representó para el país. Cuando falleció hace cuatro meses, la conversación giró en torno a su oscuro “legado” chavista aunque desde Miraflores se empecinaron en vociferar adjetivos que la vanagloriaban. Desde las filas del régimen se refirieron a ella como una mujer “irreductible y llena de amor” además de “cultivar la lealtad a su patria en el cumplimiento del deber”. La segunda frase posiblemente sea cierta, pero solo aplicable para la cúpula que hoy continua pisoteando la posibilidad de una democracia en el país sudamericano.
Manipulación electoral del régimen
No solo la oposición señaló como fraudulentos varios procesos en Venezuela, también lo ha hecho la
comunidad internacional al mencionar la falta de garantías. Por ejemplo, en el 2017 —con las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente— la empresa a cargo del sistema electrónico de votación, Smartmatic, denunció que los resultados anunciados por Lucena fueron manipulados. Esos números superaban en al menos un millón de votos los datos que arrojaban las máquinas. Todo por intentar tapar la alta abstención debido a que no hubo participación de la oposición.
Posteriormente, en el 2018 Nicolás Maduro fue anunciado como presidente reelecto sin candidatos opositores y sin observación electoral. Cinco años después, se mantienen vigentes las críticas sobre la manipulación del chavismo y la falta de independencia del Poder Electoral aunque Tibisay Lucena ya no esté con vida. Una de las señales llegó en abril fue cuando Maduro asomó la posibilidad de un posible cambio de fecha de los próximas comicios que corresponden celebrarse en 2024.