Ni la cercanía ideológica ni la complicidad política entre los socialistas y comunistas chilenos evita el quiebre entre ambos partidos, por la elección de las candidaturas para las elecciones municipales de octubre. Las dos toldas están en pugna por los abanderados que les corresponde apoyar, pese a existir un pacto donde suscribieron el compromiso de hacerlo. Las discrepancias proyectan una campaña en tempestad.
Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista, cuestiona el liderazgo del alcalde socialista Marcos López (PS) en Copiapó, quien buscará la reelección. Le frustra que su precandidata para la localidad, Rosa Ahumada, haya sido descartada con el criterio “el que tiene, mantiene”.
Con posiciones altisonantes a cinco meses de la contienda en las urnas donde se definirán los alcaldes de las 346 comunas del país, la izquierda implosiona.
Según El Líbero, las declaraciones de Carmona que enfrentan a los socialistas y comunistas chilenos está lejos de ser una descoordinación o hecho aislado. Al contrario, forma parte de una agenda interna que ha comenzado a desplegar el Partido Comunista, así como su presidente, para asegurar su reelección en la cúpula de la tolda a finales de este año.
Sensibilidad por la novedad
Además, hay que agregar que los partidos están sensibles. Sobre todo porque en 41 comunas hay alcaldes que por tener tres periodos consecutivos al mando no podrán reelegirse. De ellas, 19 son de la Democracia Cristiana (DC), siete corresponden al Partido por la Democracia (PPD), cinco pertenecen al PS y otras cinco al Partido Radical (PR). El panorama obliga la consideración de nuevos nombres y ello, aviva las diferencias.
Sin embargo, este antagonismo es un capítulo más en la historia de convivencia de la izquierda. La unidad entre sus miembros es una utopía que no sólo sirve para movilizar a las masas crédulas, sino también para eliminar al adversario de la misma trinchera. Basta con mirar los detalles de la guerra civil en España e incluso, la virulenta relación de los socialistas y Podemos. Dan pena.
Pacto izquierdista débil
Chile es espejo de la animadversión que existe entre socialistas y comunistas bajo discreción estratégica. A pesar de que las 11 organizaciones aliadas del gobierno de Gabriel Boric han sellado el pacto “Contigo Chile Mejora”, comprometiéndose a designar candidatos únicos en representación del oficialismo en 255 localidades, así como a realizar primarias en 86 municipios para elegir a sus candidatos y a abandonar cuatro zonas del país debido a la falta de interés político en ellas, persiste una fragilidad en el compromiso izquierdista.
Aunque Convergencia Social, Revolución Democrática, Comunes, el Partido Socialista, Partido Radical, la Democracia Cristiana, Partido Por la Democracia, Partido Comunista, Frente Regionalista Verde Social, Partido Liberal y Acción Humanista formalizaron la inscripción de su alianza en el Servicio Electoral a mediados de abril con el compromiso de “trabajar arduamente por estar en terreno para construir programas de cambio y por hacer avanzar los derechos en todos los municipios de Chile”, las rivalidades internas entorpecen los planes.
Alianza desechable
Ni siquiera haber apelado a una reedición de los slogans “Estoy contigo” y “Chile crece contigo” que representaron a los programas de gobierno de la expresidente Michelle Bachelet garantiza la unidad entre socialistas y comunistas chilenos.
Los diputados socialistas de la región de Atacama, Daniella Cicardini y Juan Santana ya emitieron un comunicado donde señalan que “Carmona ha pretendido desconocer un acuerdo que lleva su firma, y en lugar de asumir su responsabilidad en aquello, ha querido desviar la atención responsabilizando a nuestro partido. Esto atenta directamente contra la unidad de la izquierda y la subsistencia del pacto electoral suscrito por los partidos oficialistas”.
Para el sector sería fatal cuando reina la incomodidad por la reelección de la alcaldesa comunista de Santiago, Irací Hassler, imputada por posible cohecho por la Fiscalía tras la compra de la clínica Sierra Bella que pretendía concretar por casi cuatro veces su valor en el mercado, luego de enviar una carta de oferta a la Sociedad Inmobiliaria San Valentino, para ejecutar la adquisición por 8200 millones de pesos chilenos (10 millones de dólares).
“Cumplir el acuerdo no significa no levantar un candidato por el lado, porque evidentemente eso sería un acto de beligerancia. Significa que uno apoye a los candidatos del pacto y así como yo tendré que apoyar a Irací Hassler en Santiago, él tiene que apoyar también a Marcos López en Atacama”, advierte la presidenta del PS, Paulina Vodanovic