La guerra que declaró oficialmente Israel tras el bombardeo masivo de Hamás obligó a gobiernos de todo el mundo a fijar posición. En primera instancia están quienes lo rechazan de forma contundente, mientras otros deciden apoyar al grupo terrorista islámico. Sin embargo, existe un sector que evita una condena directa contra los autores de la matanza del pasado 7 de octubre.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pertenece al tercer grupo. Y es que se limitó a rechazar la violencia de una forma tan leve que ahora recibe nuevas críticas. Dice que “no quiere tomar partido”, porque quiere ser factor “para la búsqueda de una solución pacífica”. Al mismo tiempo que anunciaba dos vuelos para repatriar mexicanos en Israel, dijo que desde el gobierno “no queremos la guerra, no queremos la confrontación, no queremos la violencia”. Sin embargo, no hubo mención al grupo terrorista Hamás.
Previo al anuncio de los vuelos para repatriar mexicanos desde Israel, la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, (COPPPAL), emitió un comunicado exigiendo seriedad al gobierno de AMLO. Puntualmente, en cuanto a la liberación de mexicanos presuntamente secuestrados y en rechazo a actos terroristas. Según Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores, una mexicana y un mexicano habrían sido tomados como rehenes por el grupo Hamás, en Gaza.
Si bien se anunció la repatriación de mexicanos, hay reclamos contra el mandatario que se mantienen en pie. Sofía Carvajal, secretaria ejecutiva de la COPPPAL, así como de asuntos internacionales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y diputada federal mexicana, mencionó a PanAm Post lo que desde la COPPPAL consideran una “actitud de tibieza” de parte de AMLO, la cual termina siendo “vergonzosa” dentro de la comunidad internacional.
“Vemos siempre una actitud de tibieza cuando no se trata de situaciones que ideológicamente coinciden con él. Sí puede ser muy categórico, y muy emotivo inclusive, cuando quiere marcar sus puntos. Pero en este caso no lo fue y eso es síntoma de la política exterior mexicana que se lleva a cabo en este gobierno. Una política exterior que no lleva a ningún lado, que no se ve, donde México no se vuelve referente como antes sí lo había sido”.