Unas 600 personas protestaron este jueves en Quito para exigir al presidente Lenín Moreno la creación de fuentes de empleo, en una jornada que transcurrió de manera pacífica pero terminó con leves disturbios, sin que se hayan reportado heridos.
Los manifestantes caminaron cerca de una hora desde un parque en el norte de la capital ecuatoriana hasta la Plaza de Santo Domingo, en el centro histórico. En ese lugar, los asistentes lanzaron piedras y la policía respondió desalojando el área con gas lacrimógeno, constataron periodistas de la AFP.
La ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, señaló en Twitter que «han terminado ya todas las marchas y plantones» previstos, y que hubo «incidentes aislados» en Quito.
El mensaje de Romo estaba acompañado de un video en el que se observa a varias personas sacando piedras de la plaza de Santo Domingo.
«Nosotros queremos trabajo con dignidad», dijo a la AFP el líder del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), Mesías Tatamuez.
Agregó que la propuesta de los sindicatos es que «todo el crédito que venga (al país de organismos multilaterales) vaya a la pequeña industria, a los emprendedores, al turismo, a la agricultura».
Usando mascarilla para protegerse de la pandemia de covid-19, los manifestantes caminaron por las calles de Quito llevando carteles en los que se leía «los derechos de los trabajadores no se venden».
La protesta se dio un año después de las violentas manifestaciones que estallaron en Ecuador entre el 3 y 13 de octubre pasado contra el alza del precio del combustible que dejaron una decena de muertos y más de 1.300 heridos.
En esa ocasión, las manifestaciones llevaron al gobierno a declarar el estado de excepción, y en un momento, Moreno huyó de la capital hacia Guayaquil, para luego dar marcha atrás y restablecer los subsidios a los combustibles.
Tatamuez advirtió que habrá otras manifestaciones. «Si el gobierno no entiende que estas marchas son pacíficas hasta ahora, no respondemos», señaló.
La policía había reforzado la vigilancia alrededor de iglesias patrimoniales del centro histórico e instituciones públicas ante posibles actos violentos. Militares también custodiaron el palacio de Carondelet, sede del gobierno nacional.
El acceso a las calles que dan al palacio de gobierno, en pleno casco colonial de Quito, estuvo bloqueado por vallas.
«Violencia es lo que ha hecho el gobierno nacional al impedir que los trabajadores puedan disfrutar el derecho al trabajo como un derecho humano», comentó a la prensa Nelson Erazo, dirigente del Frente Popular.
El gobierno sostiene que el desempleo ha disminuido en el país a raíz de la flexibilización de las medidas de confinamiento que fueron adoptadas a mediados de marzo para frenar el avance de covid-19.
De acuerdo con el balance más reciente, Ecuador registró una disminución del nivel de desempleo que pasó de 13,3% en junio a 6,6% en septiembre.