La ONG Prisoners Defenders ha presentado al Comité contra la Tortura de Naciones Unidas un informe de denuncia en el que ha constatado la existencia de más de un centenar de casos de tortura y maltrato a presos políticos en Cuba.
El informe, hecho público este martes, será considerado por el Comité en el marco de la revisión de Cuba durante su próximo período de sesiones -del 19 de abril al 13 de mayo de 2022-.
Así, la organización ha documentado un total de 101 casos. En 87 de ellos, los denunciantes han cumplimentado una declaración tabulada a través de un formulario con 38 campos de respuesta, lo que permite presentar estadísticas y extrapolarlas. Prisoners Defenders ha destacado que los 87 casos se han recabado sobre una muestra aleatoria de los 1.167 presos políticos que tiene constatados. Es decir, «no ha sido preseleccionados, sino obtenidos por respuesta espontánea» al formulario de declaración.
«Entre ellos, por tanto, no abundan de forma prominente los testimonios de activistas de Derechos Humanos y opositores, como podía ser esperable en el caso de documentar los casos de tortura más graves», ha agregado. Los casos se han complementado con 14 adicionales.
Predominan en la muestra civiles independientes que no habían ejercido activismo alguno jamás y fueron detenidos por manifestarse el 11 de julio de 2021 en Cuba. Toda la información se ha obtenido mediante las propias víctimas, familiares, compañeros presos y/o allegados directos, pero siempre y cuando fueran testigos de primera mano de lo acontecido.
Trabajos forzados, agresiones físicas…
Prisoners Defenders ha señalado que los 87 presos políticos han podido documentar al menos 15 patrones de malos tratos y torturas. Son privación de la atención médica entre los presos políticos; trabajos y tareas forzados no propias de su condición de procesado o condena penal; patrones posturales «altamente incómodos, dañinos, degradantes y prolongados»; confinamientos de castigo en solitario; uso de la temperatura como mecanismo de tortura; y agresiones físicas.
También han constatado conducción de forma anormal a localizaciones desconocidas para reos y familiares; desorientación intencionada; privación de líquidos y/o alimentos, y del sueño; privación de comunicación con la familia y la defensa; amenazas para ellos, su integridad, su seguridad y las de sus seres queridos; despliegue de exhibición amenazante de armas o elementos de tortura; sometimiento intencionado a angustia, pesar o incertidumbre por la situación de un familiar; humillación, degradación y maltrato verbal.
La ONG ha explicado que, entre los 87 casos para los que los denunciantes han cumplimentado el formulario, el 100 por cien han sufrido mecanismo de tortura y maltratos. Por ejemplo, mencionan los casos de Jonathan Torres Farrat -de 17 años, menor de edad en el momento de su detención- o de Iván Hernández Troya -de 26 años-, que han sufrido los 15 tipos de tortura.
Los menores también son torturados
En este sentido, Prisoners Defenders ha destacado que, del conjunto de 101 víctimas estudiadas, tres son menores de edad y los menores están siendo torturados «igual o más que el resto». «La víctima que acumula mayor número de tipos de tortura es precisamente un menor de 17 años, Torres Farrat», ha destacado.
En cuanto a la intensidad, la organización ha explicado que la víctima que con mayor intensidad sufre estos tratos es José Daniel Ferrer García, de 51 años. «Está recibiendo ataques sónicos constantes desde hace 260 días, a lo que se suma ahora un envenenamiento químico desconocido, y que está encerrado todo este tiempo aislado, y en una celda de castigo preparada tecnológicamente para estas torturas», ha lamentado, antes de apuntar también que «su degradación física y psicomotriz es paulatina debido a esta tortura constante destinada a asesinarle lentamente».
Si se tiene en cuenta que las toma de declaraciones sobre los 87 presos políticos ha sido «aleatoria y espontánea» y que la muestra es «representativa», ya que son el 8,65 por ciento del total, Prisoners Defenders ha considerado «obligado científica y estadísticamente» extrapolar los valores del total de los 1.167 presos políticos para poder «tener una idea» de cuántos están siendo sometidos a tortura.
Los datos muestran que, por ejemplo, 889 prisioneros sufrieron humillaciones, degradaciones o maltrato verbal; 981 a privación de comunicación con familia, defensa y allegados; 650 a agresiones físicas; y 597 a privación del sueño intencional.
El régimen comunista reforzó su maquinaria de represión tras el 11-J
Por otra parte, Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que el régimen comunista de Cuba reforzó «su maquinaria de control de la libertad de expresión y de reunión» tras las pacíficas protestas del 11-J de 2021.
La entidad ha manifestado que la represión que se llevó a cabo durante y después de las movilizaciones contra el régimen. «Las autoridades interrumpieron el servicio de internet y bloquearon frecuentemente las aplicaciones de mensajería instantánea«, ha añadido.
Asimismo, ha señalado que se ha sometido a los opositores a una «vigilancia física frente a sus domicilios» y a un «régimen de incomunicación«.
Fuente: Gaceta