NUEVA YORK- Después de que Joe Biden recibiera la aprobación de 95.000 millones de dólares (la mayor parte para enviar a Ucrania) gracias a un acuerdo con el presidente republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, en el que los demócratas incluyeron a Israel como chantaje, ahora el inquilino de la Casa Blanca juega a la política sucia con la ayuda a Tel Aviv.
Biden ordenó desde la semana pasada dejar de enviar proyectiles de artillería al ejército israelí porque desaprueba la ofensiva de Rafah, una estrategia importante para aniquilar a Hamás y dejarlo sin capacidad de supervivencia.
Por tales razones, el expresidente Donald Trump acusó este jueves directamente a Joe Biden de «ponerse del lado» de los terroristas de Hamás y calificó de «vergüenza» las amenazas del presidente estadounidense de dejar de entregar ciertas armas a Israel si lanza una gran ofensiva en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
«Lo que Biden está haciendo con Israel es una vergüenza», declaró a periodistas el candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, antes de entrar en la sala del tribunal de Nueva York donde se le juzga, sin pruebas fehacientes, de ocultar un pago a una exactriz porno, cuyas intenciones es buscar publicidad, dinero y destruir la reputación del exmandatario.
Protestas antisemitas presionan a Biden
«Ha abandonado completamente a Israel», añadió Trump en sus declaraciones.
El presidente demócrata dijo que «no entregará» algunas armas a Israel, en particular «proyectiles de artillería», si se llevan a cabo operaciones de gran alcance contra Rafah.
Esta es la primera vez que Biden condiciona la ayuda militar estadounidense a Israel, que libra una guerra contra el terrorismo de Hamás en Gaza en represalia por el brutal ataque en territorio israelí el 7 de octubre, que dejó más de 1,300 muertos.
Biden ha recibido al parecer las amenazas electorales de grupos de los radicales de extrema izquierda en EEUU, tras protestas en varias universidades del país, en las que se ha tenido que emplear la fuerza para desalojar a los manifestantes que han bloqueado los recintos estudiantiles y han entrado de forma violenta en varios de ellos.
«Joe el Corrupto está del lado de estos terroristas» de Hamás, declaró asimismo Donald Trump en su red social Truth.
«Biden es débil, corrupto y lleva al mundo directamente a guerras», añadió.
Por debjo en todas las encuestas y con el nivel de desaprobación más alto para un Presidente de EEUU en la historia, Biden intenta quedar bien con todos y hacer ver que su gestión ha sido efectiva. Para la mayoría de los estadounidenses, es demasiado tarde para corregir los graves errores durante sus tres años de administración y a medida que pasan las semanas, Biden parece enterrarse más en el lodo a pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre.
Política exterior de Biden lo pone contra la pared
El exmandatario aseguró que si gana las elecciones en noviembre «exigirá la paz mediante la fuerza».
Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos no entró ni financió ninguna guerra. Fomentó la paz y tuvo mano dura con los enemigos de Estados Unidos y con los terroristas. Todo lo contrario a los pronósticos que hicieron los demócratas, entre ellos el propio Biden, cuyo mandato -al igual que el de Barack Obama- se han caracterizado por alentar las guerras y aumentar el presupuesto militar de EEUU.
Sobre la mesa de la Oficina Oval de la Casa Blanca ahora están la impulsada guerra en Ucrania, las graves amenazas y acciones de Irán en el Medio Oriente y en la guerra entre Israel y Hamás; el alza de la tensión latente entre China y Taiwán con el envío de armas y dinero al segundo por parte del gobierno de Biden. Las constantes amenazas nucleares de Vladimir Putin y de Irán, que ha incrementado sus acciones en el Medio Oriente y en el conflicto armado entre Israel y los terroristas de Hamás, con posibilidades de extenderse al Líbano.
Por su parte, el dictador de Norcorea, Kim Jong-Un, aprovecha la debilidad del gobierno de Biden para intensificar sus pruebas de misiles de mediano y largo alcance, que el expresidente Trump detuvo durante sus cuatro años.
En estos momentos hay conflictos de mediana intensidad en Nigeria, Sudán, Somalia y otras regiones del mundo.