El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lamentó este miércoles la estrategia que parece estar llevando la Administración Biden para hacer frente al régimen chino. Una táctica que apunta a una especie de amiguismo cada vez más palpable para el mundo, a medida que se registran cercanías telefónicas o declaraciones por parte del demócrata.
Durante una entrevista telefónica concedida a Newsmax, Trump deploró lo que se ha interpretado como un retroceso en la cruzada para sitiar no solo al régimen de Xi Jinping, sino al Partido Comunista de China (PCCh).
«Todo el asunto es ridículo: teníamos a China exactamente donde la queríamos», respondió el republicano cuando el presentador Greg Kelly le preguntó sobre los comentarios que hizo Biden referentes al régimen comunista chino, durante en su primer «town hall« transmitido por CNN, tras llegar al cargo. En dicho evento minimizó el genocidio uigur que ocurre en la provincia de Xinjiang.
Este comportamiento, para Trump, tiene una explicación y apunta a nexos que puedan existir entre la familia de Biden y el PCCh. «Su familia está involucrada con los chinos, ciertamente, durante mucho tiempo y con mucho dinero», dijo Trump en Newsmax.
Y es que este martes, el presidente Joe Biden trató de hacer a un lado los hechos más condenables que ha llevado a cabo el régimen chino —la persecución en Hong Kong, las tensiones con Taiwán y las torturas a los uigures— y redujo su posición a decir que no sería su lugar responsabilizar a China como lo hizo la administración Trump, porque es una nación con «normas diferentes».
«Culturalmente hay diferentes normas que se espera que sigan cada país y sus líderes», aseveró Biden este martes por la noche, cuando le increparon por la llamada que tuvieron ambos presidentes hace pocos días.
Biden y las señales de apaciguamiento ante China
Con el demócrata los pronósticos no son tan alentadores en política internacional, aún más cuando se trata de la relación con Xi Jinping. La internacionalista Giovanna Quina, en una entrevista con PanAm Post, sostuvo que Biden podría suavizar la porosa relación que dejó Trump con China. Todo apuntando a los beneficios económicos, obviamente.
Biden ha descrito a Xi Jinping como un político «brillante» y «duro», sin un sentido de lo que es democracia. No obstante, teniendo esta percepción en cuenta, las acciones del demócrata, más que concretas y fuertes ante un régimen claramente responsable de varios crímenes, pasan por ser tibias y hasta compensatorias.
Hay varias muestras de ello. Sin embargo, la más preponderante vino recientemente, cuando Biden prohibió todas las referencias al COVID-19 que puedan relacionar la enfermedad con su ubicación geográfica. Es decir, el mandatario demócrata pidió el cese de la proliferación de nombres como «virus chino» o «virus de Wuhan», porque —a su juicio— estimula el racismo en el territorio norteamericano.
A escasos días de haber asumido el mando como presidente de Estados Unidos, Biden ha ejecutado acciones que refuerzan esas teorías. El regreso de esta administración al Acuerdo Climático de París es otro factor que apunta a la sumisión frente al gigante asiático, al menos así se interpreta.
Por ejemplo, China actualmente está suscrita al Acuerdo de París. No obstante, es el país más contaminante del mundo. No cumple con sus acuerdos, sino que por el contrario, ha incrementado sus emisiones de CO2.
Fuente: PanamPost